Ra’s al Ghul ha vivido durante cientos de años, pero no es inmortal. Si se le priva de la revitalizante Fosa de Lázaro, la muerte alcanzará a la Cabeza del Demonio como a cualquier persona. Ra’s sabe que tiene los días contados, pero la labor a la que ha dedicado su vida está lejos de haber concluido. El Caballero Oscuro ha frustrado sus planes una y otra vez, pero en sus últimos días, Ra’s deberá acudir a Batman en busca de ayuda.
Del premiado autor Greg Rucka (Batwoman, Wonder Woman) y de la leyenda del cómic Klaus Janson (Batman: El Regreso Del Caballero Oscuro, Daredevil), Batman: La Muerte y las Doncellas nos cuenta la apasionante historia de los últimos días de Ra’ al Ghul. Este volumen incluye la miniserie de nueve números al completo y el prólogo de la historia, así como bocetos y comentarios del equipo creativo.
Un título tan evocador como La Muerte y las Doncellas no podía pasar desapercibido para un ex-cinéfilo como yo. Durante mis primeros años de estudiante universitario me gastaba más en cine que en comer, y descubrí una pequeña joya de Roman Polanski llamada La Muerte y la Doncella, basada en la claustrofóbica obra teatral homónima del chileno Ariel Dorfman (que a su vez tomó el título de la pieza musical de Richard Strauss, pero ahí estamos divagando). El argumento de esta obra gira alrededor de una mujer a cuya casa acude, por puro azar, un hombre al que ella reconoce, sólo por la voz, como su torturador durante la época de represión dictatorial en el país. En la película asistíamos a un tremendo duelo interpretativo entre Sigourney Weaver y Ben Kingsley, donde ella se propone hacer confesar sus crímenes al que cree que fue su captor.
Vemos ecos de este argumento en la presente obra de Rucka, aunque tangencialmente y muy breves, en una escena de tortura y crueles experimentos en un campo de concentración Nazi a manos de una suerte de Doctor Mengele. Pero el título La Muerte y las Doncellas hace referencia a las dos mujeres protagonistas y la relación de una ellas con la muerte, sobre todo la de sus seres más queridos, cuya sombra le acompaña toda su vida. Una es la hija de Ra’s al Ghul. La otra es su hermana. ¡Es su hija y su hermana! (Perdón, otro ramalazo de mi época Polanski. Olvidadlo).
Planteada por los autores Rucka y Janson y su editor en aquella época Matt Idelson como una miniserie de 9 entregas (tras haber sopesado el volumen único en cartoné y el formato prestigio), La Muerte y las Doncellas muestra cómo se entrecruzan las vidas de cuatro personajes: Bruce Wayne/Batman, Ra’s al Ghul, su hija Talia y Nyssa, una nueva incorporación al universo del hombre murciélago. Ra’s al Ghul, incapaz de encontrar nuevas fosas de Lázaro que prolonguen su vida artificialmente durante más siglos a causa de las interferencias de Batman, le pide a éste que le conceda una última fosa para esquivar la muerte, a cambio de lo que Bruce Wayne más desea: poder volver a encontrarse con sus padres. Al mismo tiempo, asistimos a la evolución de la relación de Ra’s con Nyssa, aparentemente tan longeva como él, y de cuya vida (y pérdidas) iremos descubriendo nuevas pistas con las que Rucka compone un puzzle de personaje tan complejo como importante para el futuro de Batman.
En la introducción a este volumen, Idelson nos cuenta cómo tuvieron que ordenar una y otra vez las escenas que conforman esta historia para darle una estructura adecuada. Había que mezclar inteligentemente las tramas de Nyssa (su pasado y su presente) con la de Batman y su viaje al mundo de los muertos para reencontrarse con sus padres. Un descenso a los infiernos de los dos personajes: uno moral y otro físico/onírico; uno para huir de una figura paterna y otro para hacer las paces con ella. El regalo de Ra’s al Ghul, esa poción alquímica que permitirá a Bruce Wayne volver a ver a sus padres, es un caramelo envenenado: lo que queremos no es siempre lo que necesitamos. Bruce querría que sus padres aprobaran en lo que se ha convertido, en lo que hace en memoria de ellos y su honor. ¿Pero lo necesita? ¿Y si sus padres lo rechazaran, y le pidieran que dejara de ser Batman y llevara una vida normal? ¿Lo haría Bruce? Bruce habrá de prepararse no sólo para lo que les tiene que decir, sino también para lo que puede que le respondan.
Así, mientras que la parte de la historia dedicada a Nyssa y a su plan es seguida con interés y mantiene el suspense con pulso firme, las páginas dedicadas al reencuentro de Bruce con sus padres actúan como mero McGuffin, hasta el punto de que la obra se sostiene igual si las eliminamos. Incluso habrían formado una estupenda historia alternativa del personaje, al estilo de ¿Qué le sucedió al Cruzado de la Capa? o Para el hombre que lo tiene todo. En conjunto no desentona por completo, porque parte de razón de ser tiene, amén de servir de moneda de cambio para que Ra’s obtenga lo que más desea, pero es cierto que altera un poco el ritmo narrativo, por muchas piruetas que hicieran los autores para hacer encajar todas las historias.
Greg Rucka es un escritor al por el que tenemos cierta debilidad en esta web (aquí podéis leer la entrevista en dos partes que le hicimos hace años para esta web: 1 y 2). No tan reconocido por sus personajes superheroicos (Batman, Lobezno, Daredevil, Wonder Woman) como por sus incursiones en el género policial y detectivesco (Gotham Central, Whiteout, las novelas de Atticus Kodiak), Rucka nos presenta aquí un thriller lleno de venganza, traición y mucha crueldad, todo en aras de «un bien superior», en palabras del propio Ra’s al Ghul. Además, nos ha regalado al personaje de Nyssa Raatko, heredera de Ra’s al Ghul, y hoy parte del Arrowverso televisivo.
El trabajo de Klaus Janson, por otro lado, es más discutible. Nadie duda de sus méritos como entintador, siendo uno de los mejores de la industria, como bien atestiguan sus trabajos con Frank Miller en sus Daredevil y Dark Knight, o con John Romita Jr en Lobezno y Superman. No obstante, sus habilidades como dibujante no están a la altura. Mientras que es eficaz en los diseños de viñetas y en algunos planos cortos, su punto débil son los escorzos y algunas representaciones anatómicas, en las que sus personajes parecen tener las piernas demasiado cortas, o poses imposibles de mantener con la naturalidad que requerirían. Ninguna objeción, sin embargo, a las páginas que comparten Nyssa y Talia en la fosa de Lázaro, llenas de tensión y con una potencia narrativa sobrecogedora. Sin duda, la parte más impactante y la mejor sin duda de todo el cómic.
ECC ha recopilado esta miniserie dentro de su colección Grandes Autores de Batman en un lujoso volumen en tapa dura, que recoge también bocetos y diseños de página de Janson comentados por él mismo. 240 páginas del cruzado enmascarado a un ajustado precio de 23 EUR, de manos de dos de los autores más reputados del noveno arte. Una historia intemporal, dentro de la continuidad de nuestro héroe y que supone el punto de partida para un nuevo personaje que ocupará un lugar muy especial dentro de su galería de villanos.