He repetido en muchas ocasiones que el cómic está viviendo un momento dulce en nuestro país. Por lo menos en lo referente al número de publicaciones que se lanzan cada mes, porque lo que se refiere a las condiciones de los artistas patrios… Eso es arena de otro costal. El tema es que hay tal aluvión de novedades que pequeñas obras como este “Good Bastard”, editado por Serendipia puede pasar mucho más desapercibido de lo que se merece.
Comenzaré siendo claro: lo he pasado en grande con “Good Bastard”. La obra apuesta por ir todo el rato al once para que más que lectores, pasemos a convertirnos en espectadores de una alocada historia de terror sobrenatural, acción y humor macabro. Un cocktail de géneros que acaba siendo una combinación ganadora gracias al buen hacer de sus autores David Braña y Alejandro Pérez Mesa (Apmesa).
Good Bastad. Un sheriff de lo más inusual
En esta entrega, espero que primera de varias, conocemos a Gary Bowman, antiguo Good Bastard del inframundo que ahora trabaja como policía infiltrado de tres al cuarto en el mundo de los vivos. Por desgracia, su vida se va a desmoronar a base de bien cuando sus dos trabajos, viejo y nuevo, colisionan como dos locomotoras que van a toda pastilla.
Es cierto que la obra no es precisamente original. Tampoco hace falta, puesto que lo que cuenta lo hace muy bien. Braña es un escritor con sobrada experiencia con los relatos de temática sobrenatural, habiendo publicado historias cortas en multitud de antologías, así como otras obras más largas como “Evil War” o “Los Ocultos”. En “Good Bastard”, opta por contar ir contando todo lo que sucede de manera un tanto desordenada, usando como catalizador un suceso traumático que ocurre al comienzo de la narración que se apoya en monólogos internos del protagonista.
Con unas pinceladas de la irreverencia del cine de Guy Ritchie y unas gotitas de la mala uva que le vimos a Garth Ennis en su etapa en «Hellblazer«, Braña consigue parir una historia donde no importa tanto lo que cuenta, sino cómo lo cuenta. Esto es debido a que “Good Bastard” es todo un torrente de buenas ideas que no para de lanzar información a un lector que no tiene tiempo de asimilar todo lo que lee, debido en parte también al endiablado ritmo con el que se desarrollan los acontecimientos.
La parte artística viene ofrecida por Alejandro Pérez Mesa (que firma como Apmesa). No conocía el trabajo de este dibujante y debo reconocer que me ha sorprendido para bien. Me ha gustado especialmente la expresividad que le otorga a unos personajes que, por momentos, abrazan el estilo cartoon para dar a las escenas toda la exageración que requiere un guion como el firmado por Braña.
En esencia estamos a un tebeo divertido, ágil y dinámico, plagado de violencia, cruda que tiene varios momentos destacables y que acaba dejando con ganas de saber más de los personajes que se presentan en este puñado de páginas. La única pega que le encuentro es que quizás cuenta demasiado para la extensión que tiene el cómic.
La edición de Serendipia viene presentada en formato rústica con solapas. Como extras se incluyen ilustraciones y fichas de los protagonistas, así como reproducción del lápiz de algunas páginas y del guion original.