Astiberri es una editorial que no para de darnos sorpresas, entre la reedición de la inmortal “Calvin & Hobbes”, la apuesta por autores nacionales como David Rubín o Elisa Riera o la decisión, totalmente contra natura tal y como está el mercado, de publicar novedades en formato rústica. Recientemente hemos podido disfrutar ediciones en tapa blanda de “Cazarranas” de Jeff Lemire y ahora es el turno de “Gigantes”, de los hermanos Valderrama.

Para quién no los conozca, los hermanos Carlos y Miguel Valderrama, guionista y dibujante respectivamente, son dos autores malagueños que con esta obra debutaron en el siempre competitivo mercado americano de la mano de Dark Horse, con un tebeo apocalíptico que apuesta todas sus fichas por ofrecer un espectáculo digno del mejor blockbuster de Hollywood. ¿Sus armas? Un talento desmesurado para conseguir una historia trepidante llena de ritmo, acción y drama.

“Gigantes”: Kaijus con sabor español

Los hermanos Valderrama construyen el mundo de “Gigantes” con rapidez, dejando claro al lector que la trama transcurre en un futuro en el que el planeta Tierra es un páramo helado. La superficie ha sido arrasada por la presencia de unos monstruos gigantes y lo que queda de la humanidad sobrevive en sociedades que se han creado en los subterráneos de las grandes urbes. Además, impera un sistema de bandas que luchan por lo que llaman ámbar negro, que no es otra cosa que mierda de Kaiju. Lo siento, pero tras decir esto no puedo evitar pensar en el gran personaje de Ron Perlman para la cinta “Pacific Rim”, de Guillermo Del Toro.

Los “Valderrama Bros” no inventan nada en Gigantes. No les hace ninguna falta. Tampoco se molestan en ocultar unas influencias que beben de “Akira”, de Katsuhiro Otomo; “The Warriors”, de Walter Hill; “The Walking Dead”, de Robert Kirkman o películas de monstruos gigantes como la mencionada “Pacific Rim” o cualquiera de las cintas clásicas de “Godzilla”. Donde sí se luce el dibujante es en el diseño de las criaturas y en las habilidades que tienen dando lugar algunas planchas sumamente espectaculares.

No obstante, los monstruos funcionan como reclamo más que otra cosa. En realidad estamos ante una historia de amistad. Gogi y Zedo, son los protagonistas, hermanos por circunstancias del destino, que no por la sangre (aunque su vínculo es mucho más puro que una mera circunstancia genética). Ambos tienen sueños e ideales diametralmente opuestos que les llevarán a un inevitable conflicto que se anticipa desde su primera aparición en las páginas de “Gigantes”.

Me ha gustado mucho la forma en que los chavales son representados. Y es que aun siendo claras antítesis, se convierten inseparables pese al conflicto creciente. Una unión que puede hacer frente a cualquier adversidad. Esa forma que tienen de sacar fuerzas de donde no las hay para ayudarse, su capacidad para sacrificarse en caso de ser necesario o esa fidelidad que hace que uno siga a otro con inquebrantable decisión por muy loca que sea la ocurrencia del primero. Francamente, me parece que refleja la naturaleza humana a la perfección en lo relativo a lo que se supone que debe ser la amistad pura.

Y ya que hablamos de humanidad, debo reconocer que en “Gigantes” se abusa un poquito de la moraleja recurrente en este tipo de relatos, que viene a decir que da igual lo monstruosos que sean los kaijus (pues no son malos per se), ya que la verdadera maldad es la que reside en las personas, que son capaces de las atrocidades más viles con tal de asegurar su supervivencia a cualquier precio.

No me olvido de hablar un poco más del dibujo de Miguel Valderrama. Empezando por sus devastadoras portadas, el artista realiza un trabajo asombroso dando vida a los textos de su hermano. Sus personajes se mueven con una fluidez pasmosa, gracias a su total dominio de la narrativa gráfica. No diré más sobre sus diseños, pues ya he comentado más arriba que me parecen sensacionales. La edición de Astiberri incluye varias páginas de bocetos con anotaciones sobre el proceso de creación de los personajes de lo más interesantes.

En definitiva, “Gigantes” es un tebeo más que recomendable que, pese a estar dirigido a una audiencia juvenil, gustará a todo aquel que sea aficionado a las historias de ciencia ficción apocalíptica con o sin monstruos gigantes.

¿Sabéis cuál es la parte mala de haber disfrutado tanto de “Gigantes”? Pues que investigando para hacer esta reseña he descubierto que los cinco números que incluye la edición de Astiberri fueron publicados originalmente en 2017. Han pasado ya seis años, por lo que parece poco probable que vayamos a ver la continuación de las peripecias de Gogi y Zedo.