Ay, que esto se acerca al finaaaaaaal. Tras este Giant Days Vol. 12  ya solo nos quedarán dos tomos más por llegar. Nooooo, no quiero que acabe nuncaaaaaa. Ahem, recompongámonos, que esto es una web seria. Noooooo, por favoooor, chicos de Fandogamia, secuestrad a John Allison en plan El pacto  y obligadle a hacer más números de la serie. Tengo un cuñado abogado, él os cubrirá. ¿Que no? Jo, bueno, pues hablemos un poco de este tomo. [Sosos, que sois unos sosos].

En este tomo tenemos otras cuatro aventuras nuevas de nuestro grupo de chicas favorito. En el primer número, Ed descubrirá la verdadera cara de su espectacular novia australiana Nina; en el segundo, el grupo tendrá que investigar unos robos en la tienda de cómics donde está trabajando Esther; en el tercero Daisy se prepara para sacar el carnet de conducir (y tal vez arrasar media ciudad); mientras que en el cuarto número incluido en el tomo asistiremos a la boda del hermano de McGraw.

La serie a estas alturas está tan rodada que funciona sola. Hay tramas que quedan abruptamente interrumpidas y nos da igual, hay personajes que aparecen y desaparecen… pero no nos importa demasiado. Allison ya nos tiene atrapados con su propuesta y se permite jugar con tramas que, en otros medios resultarían muy manidas, pero aquí demuestran que por muy vistas que estén algunas fórmulas, cuando los personajes son suficientemente interesantes la tolerancia del lector se eleva exponencialmente. Es lo que sucede con esa primera historia en la que tenemos el dilema de haberle tomado cariño a ambas pretendientes de Ed: a la estrella de la serie, Esther, pero también a esa giganta australiana que pierde los papeles en cuanto se toma tres cañas. Estamos ante un nuevo triángulo Emily-Rachel-Ross, pero Allison no abusa de esas tramas habitualmente estiradas y resuelve todo en 24 páginas.

Después de un número en el que supuestamente han sucedido cosas importantes para algunos de los personajes principales de la serie, saltamos a una historia sin ningún tipo de referencia al número anterior ni ningún reflejo en el ánimo de los implicados en dicha historia. Se trata del clásico whodunit sobre unos robos en la tienda de cómics, muy divertido. Un número que, igual que es el 46 de la serie podría haber sido el 50 o el 19, porque no tiene apenas conexiones con el resto. Caso diferente es el siguiente, un descacharrante número en el que Daisy intenta sacar el carnet de conducir, poniendo a prueba los nervios de la mayoría de los examinadores de la zona. Pero en este número sí tenemos la presentación del hermano de McGraw y la trama que tendrá lugar en el siguiente número: su boda.

En definitiva, y aún siendo consciente de que me repito… Giant Days Vol. 12  es mi eterno happy place. Bueno, eterno no, que solo quedan dos tomos más. Sin duda, lo que sí se puede decir es que es una rara avis en el mercado americano del cómic: una serie autocontenida, con un espíritu de sitcom que funciona a la perfección y con una construcción de personajes exquisitamente equilibrados, y que a estas alturas se escriben solos. Historias más y menos divertidas pero que, si has llegado a este punto de la colección, seguro que superan con creces el mínimo exigido para ponerte de buen humor durante un rato largo. Jo, cómo voy a echarla de menos cuando se acabe…

Lo mejor: Lo divertida que sigue siendo. Apenas se resiente en cuanto a nivel, a pesar de la cantidad de números que lleva.

Lo peor: Aunque intuyo que lo están dejando para el final, el coitus interruptus que supone el desenlace de la primera historia: ¡shippeo extremo de Esther con Ed!