Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Gentlemind

Gentlemind
Guion
Juan Díaz Canales y Teresa Valero.
Dibujo
Antonio Lapone.
Formato
Cartoné, 176 págs, color. 23x31 cm.
Precio
28€.
Editorial
Norma Editorial. 2022.
Edición original
Gentlemind #1-2 (Dargaud).

Ha tardado un par de años en llegarnos (directamente en un tomo integral con los dos libros que conforman Gentlemind ), pero la espera ha merecido la pena. La obra escrita a cuatro manos por Juan Díaz Canales y Teresa Valero, y dibujada por el italiano Antonio Lapone, nos traslada a la Nueva York de los años 40, al mundo de las revistas en unos Estados Unidos que se tambaleaban entre leyes secas, cazas de brujas, guerras mundiales y un sinfín de situaciones que lo hacían algo inestable. Norma Editorial publica la obra íntegra en un bonito tomo de tamaño aumentado, con extras como bocetos de dibujo y un fantástico artículo introductorio del periodista Enric González que pone en situación al lector en la época en la que está ambientada la historia.

La historia comienza en 1939 y durante 20 años acompañaremos a la redacción de la revista Gentlemind, una publicación con ilustraciones y artículos, que tenía que competir con las poderosas Esquire, Bazaar, Life,… La revista carecía de calidad y pertenecía al magnate H. W. Powell, un millonario caprichoso cuya joven viuda acabaría quedándose al frente de la publicación. A modo de historia río, acompañaremos a una serie de personajes a lo largo de estas tres décadas, viendo cómo la revista alcanzaba sus cotas más altas hasta acabar cayendo en el pozo de la indiferencia. Pero también veremos las vidas de estos personajes y la historia funciona como un espejo de la realidad de la sociedad americana a mitad del siglo XX.


Lo que más me ha gustado es lo bien escritos que están los personajes, captando la atención del lector, y haciendo que nos encariñemos con ellos, provocando así que les dirijamos nuestra atención, e ir viendo lo que sucede en el mundo como algo en segundo plano pero que, cuando finalizamos la lectura y echamos la vista atrás para valorar globalmente la obra, nos damos cuenta de que es una crónica muy completa de dos décadas de historia. Una crónica de cómo es la sociedad, de las publicaciones que gustaban, del tipo de ilustración que llamaba la atención en los kioscos por delante de escritores de primer nivel, y de los altercados que se producían en el Harlem portorriqueño de Nueva York.

Como decía, los personajes son la clave, desde la joven judía que acabará ascendiendo a ser una magnate de prensa a la altura del mismo William R. Hearst; el joven dibujante que apuesta por la publicación más irrelevante del mercado y acabará siendo uno de los artistas más reputados del país; el abogado portorriqueño con aspiraciones enterradas por la losa de los deseos de un padre rico; o la joven fotógrafa que pasa de hacer fotos en la calle a firmar junto a un periodista las entrevistas más leídas.


Con todo, estamos ante una gran historia de amor. Un amor que se verá obstaculizado continuamente pero que siempre está ahí, aún cuando la pareja no está junta. El peso de la responsabilidad, el orgullo y terceras personas serán algunas de las piedras que sortear en el camino. Y, aunque está la gran relación entre dos de los principales personajes, también veremos los efectos colaterales: esas personas que acabarán cruzándose con ellos y que se enamorarán aún a sabiendas de que no podrá llegar al mismo nivel que su verdadero amor. Todo contado con mucha sutileza, y dilatando estas relaciones en el tiempo.

El dibujo de la obra recae en Antonio Lapone, un italiano de quien en España vimos varias obras publicadas mayoritariamente en el sello Dibbuks, y con un estilo muy particular, que encaja con la época que retrata y recuerda por momentos ese empaque y sobriedad de Darwyn Cooke en obras como Parker  o New Frontier . Su uso del color, acuarelado, tendiendo al bitono, acompaña con inteligencia la década en la que estemos, con un predominio de tonos grisáceos que darán paso a sepias o bitonos azules/rojos, e incluso hacia el final veremos policromos más floridos. La recreación de portadas de revistas de la época es fabulosa.


En definitiva, Gentlemind  es una obra maravillosa, con muchísimas capas de lectura. Un precioso vistazo a dos décadas de una sociedad americana convulsa, mostrada a través de personajes bien diferentes, cada uno con su propio equipaje a cuestas. Un repaso al mercado editorial de dicha época, y de cómo evolucionaban los gustos, con una buena base documental. Un cómic elegante, adictivo y que cuesta abandonar, es de esas obras que se llega al final con pena de no saber más de ellos. Muy bien escrita y documentada, y con un dibujo que acompaña y ambienta con acierto la época donde se desarrolla.

Lo mejor: Lo bien que combina un guión tan profundo y complejo con el fabuloso dibujo de Lapone. Un repaso histórico maravilloso a una época cargada de glamour.

Lo peor: El regusto amargo de llegar al final y saber que ya no vas a acompañar más a estos personajes. Alargarlo un poco más habría sido un Mad Men  fantástico…