A veces el talento y el oficio no son suficientes cuando trabajas en la gran maquinaria del cómic USA. Da igual lo repleto y maduro que un autor tenga su cajón de las ideas, porque nunca sabes cuándo el próximo cambio de rumbo editorial de turno le puede dar el siguiente sopapo a tu historia. Generaciones Destrozadas parece un claro ejemplo de esto.
Tal vez hayáis oído o leído por ahí que los dos especiales que conforman este tomo iban a ser originalmente una miniserie relativa a algo llamado Generations, que desembocaría en todo aquello del 5G, que se comentaba hace algún tiempo. Con la abrupta salida de Dan Didio, todos los planes cambiaron e historias como este Generaciones Destrozadas, que con toda probabilidad ya estaban empezadas, tuvieron que ser reconvertidas sobre la marcha para encajar con los acontecimientos de Death Metal y Estado Futuro.
El motivo que nos invita a pensar que esto llevaba tiempo cociéndose no sólo es que ya tuviéramos un adelanto de esta historia en Detective Comics 1027, sino que a nada que el lector conozca la obra de uno de los autores implicados, la cosa huele de lejos. Por más que colabore con Robert Venditti, Andy Schmidt y un montonazo de dibujantes, todas las pistas apuntan a que las riendas están en manos de Dan Jurgens y es que Generaciones Destrozadas es, al fin y al cabo, otro capítulo más en esa gran historia autorreferencial que Jurgens se lleva de una a otra cabecera y cuyo principio casi podríamos ubicar en Armaggedon 2001.
Junto con Geoff Johns y aprovechando el nuevo escenario que nos dejaba 52, retomaban toda aquella epopeya temporal con Rip Hunter y un renovado Booster Gold, pero la saga continuaría en El fin del mañana y su etapa en Batman del Futuro, parcialmente inédita en España, donde daría coherencia a los distintos futuros de DC y pondría el foco en Kamandi. Y con todo esto, en Generaciones Destrozadas comenzamos con el paso de testigo oficial de Booster Gold a Kamandi en la labor de preservar la corriente temporal, que parece estar siendo destruida por un misterioso villano, también salido de una vieja historia de Jurgens.
Generaciones Destrozadas empieza con un planteamiento potente y el reclutamiento de un equipo absolutamente insólito extraído de toda la historia del universo DC. El problema es que con estos mimbres, la solución a la que se llega es bastante pobre y, evidentemente, llena de parches. Con el cambio de telón de fondo, la relación de Generaciones Destrozadas con Death Metal y Estado Futuro es tangencial, siendo generosos. Su trascendencia en el devenir del universo DC también queda mermada, con lo que tampoco puede suceder nada especialmente sustancial en esta serie. Sin demasiadas explicaciones, todo tiene que ver con un cierto viejo villano olvidado, para el que se crea en este tomo un nuevo trasfondo que no hay tiempo de llevar a ningún lado y resultando finalmente bastante gratuito.
Demasiadas ideas que no tienen tiempo de asentarse, muchas sin apenas lógica y un baile de dibujantes que por más que tenga nombres de lujo, hace un flaco favor a la solidez de esta historia. Conociendo los antecedentes de Jurgens, podemos ver en Generaciones Destrozadas esas ideas, guiños y amor por la historia DC que podían haber hecho de esta una gran historia, pero inevitablemente también pesan todos los parches, la tramas aceleradas e incluso las explicaciones de boca de los personajes de aquello que no tienen tiempo para contar.
Una pena no haber tenido la posibilidad de ver lo que podría haber sido esta historia y un regusto amargo ante la inevitable pregunta de si hay sitio en la DC actual para que Jurgens continúe su historia río, que va más allá de personajes y títulos.
