Hoy hablamos de La gatita de Monet, una obra infantil publicada dentro del sello Astronave, dirigida a niños de 3 a 7 años. En ella, se cuenta una historia que parte de una anécdota real, y sirve para familiarizar a los más pequeños con el trabajo del autor de obras como la serie de Los nenúfares, o Impresión: sol naciente, que sirvió para dar nombre y punto de partida al Impresionismo.
La historia comienza cuando Monet da tres golpecitos con su pincel a su gatita de cerámica y esta cobra vida y comienza a colarse dentro de algunos de sus cuadros más famosos. El pintor tendrá que perseguirla y devolverla a su cojín pero, hasta conseguirlo, disfrutaremos de un agradable recorrido por algunas de sus obras más conocidas y los paisajes que inspiraron para su realización.
Chika, la gatita que protagoniza esta obra, existe de verdad. La figura de cerámica fue un regalo que el pintor recibió y que dejó a su segundo hijo Michel, quien falleció en accidente de tráfico a mediados de los años 60. Ahí se le perdió la pista a la figura, puesto que el hijo de Monet no tenía descendencia reconocida. Pero en realidad sí tuvo una hija, Rolande Verneiges, quien durante muchos años tuvo dicha figura en su casa, sin que nadie lo supiera. Tras su fallecimiento, la familia vendió la figura a un merchante de arte japonés que inmediatamente la donó a la fundación Claude Monet. Esta la devolvió a la casa del pintor en Giverny que actualmente es visitable.
El cuento se centra en cuatro obras del pintor: El almuerzo, La estación Saint-Lazare, El estanque de nenúfares y El paseo marítimo de la playa de Trouville. Cuatro paisajes muy diferentes que dan variedad a la historia, y permiten acercar a los niños a una obra tremendamente variada y con diversos cambios de estilo a lo largo de su carrera. Monet irá persiguiéndola por dichos cuadros, cambiando el resultado final cuando vuelva a casa y vea las secuelas del paso de Chika por ellos.
Al estar dirigida a niños pequeños, el dibujo de Becky Cameron es muy sencillo, y con una distribución de página que permite una lectura fácil, con escasas viñetas por página, sin marcos de página para contribuir a esa sensación de fluidez y libertad. Son frecuentes las viñetas únicas o a doble página que permiten proporcionar visiones generales de los paisajes y un dinamismo en la persecución. El texto es sencillo y escaso igualmente, para que la experiencia de la lectura sea agradable para aquellos que todavía no tienen soltura.
En definitiva, La gatita de Monet es una obra infantil que acerca a los niños el trabajo de uno de los pintores más célebres de la historia. Con una protagonista que enamorará a los lectores por su ternura y «achuchabilidad», puede despertar el interés en el arte entre los más pequeños, algo muy necesario en estos tiempos en los que la historia del arte no está tan presente en centros educativos. Con un tono muy amable y divertido, la obra de Astronave se convierte en un regalo ideal para cualquier niño al que le guste el dibujo, e incluso una excusa para planificar un viaje en el futuro a conocer a Chika.
Lo mejor: Cualquier excusa para acercar el arte a los niños es buena, y si es de un modo divertido como en este caso, más.
Lo peor: Con este tipo de obras, siempre pienso que incluir un enlace QR o alguna fuente de información es una oportunidad de oro para captar el interés de los lectores.