La editorial Barrett parece haber entrado en puja directa con Fulgencio Pimentel para ver quién publica la propuesta más innovadora del panorama actual en cuanto a cómic underground. De hecho, la comparación tiene su intencionalidad, porque la propia Fulgencio Pimentel editó una obra anterior de Tommi Musturi, el autor de Future, que es el cómic que hoy nos ocupa. ¿Y qué es Future? Una ambiciosa recopilación, de publicación simultánea en 7 idiomas para países de todo el mundo, que recoge los 10 números de la revista autopublicada de manera bianual desde 2018 a 2022, y que teoriza sobre posibles futuros para nuestra sociedad.
Cada número está conformado por varias series que se continúan en los siguientes números, aunque dejando espacio para algunas historias cortas independientes y para un par de secciones escritas: una presentación de cada número a cargo de una criatura mutante y deforme; y una sección de cartas dirigidas a IDA (no confundir con la presidenta de la Comunidad de Madrid), una inteligencia artificial del futuro que contesta con un tono filosófico y existencialista que te vuela la cabeza.
Luego están las secciones fijas en cada número: Culture, una distopía en la que la cultura ha sido declarada ilegal y un grupo de bohemios artistas se han convertido en activistas; Centra, que nos muestra una sociedad más naturista; Reality Show, donde vemos a un maestro de ceremonias que bien podría ser un trasunto de Mojo o sacado de la novela Perseguido, de Stephen King; o Tristram, el mago, protagonizada por un mago borrachuzo. No son las únicas, hay otras tantas secciones que van desde una extensión de varias páginas a una tira dentro de un recopilatorio de varias en una misma página, pero todas en la misma línea.
Musturi hace un ejercicio visual completamente desbordante. Cada sección tiene un estilo radicalmente diferente, que contribuye a esa sensación de los propios futuros tan diferentes entre sí. Y cuando digo estilos diferentes, no me estoy refiriendo a pequeños cambios con un trazo común reconocible. Si te dejan este cómic y te dicen que es una antología de diferentes autores, como hizo Desfiladero en su Alta Tensión, te lo crees a pies juntillas. Musturi da el salto del dibujo a lápiz a diseños simétricos con dibujos muy equilibrados de contorno grueso, o series basadas en una trazo sucio que arrastra atmosféricas masas de negro. Lo mismo sucede con las rejillas de viñetas, continuamente cambiantes, o el color, que se mueve entre bi o tritonos, policromías de tonos planos con mucho contraste, o coloreados más naturistas de tonos suaves. Cada sección es un mundo diferente, en todos los sentidos que podamos imaginar. El autor es consciente de los referentes que se nos pueden venir a la cabeza cuando hablamos de ciencia-ficción futurista y distopías, por lo que se limita a mostrarnos sus propios miedos de adónde nos dirigimos y cómo puede evolucionar involucionar el ser humano en sociedad.
Para ello, el autor comenzó a plantear su idea para la serie en el año 2012 y fueron varios los años que le llevó recopilar referencias y material que le permitiese completar su proyecto. Algunas son más evidentes que otra pero van desde la revista 2000 AD de los años 70 y 80 hasta obras como Solaris (Stanislaw Lem), Mirando atrás (Edward Bellamy) o 2001 (Arthur C. Clarke), aunque el autor cita como principal influencia la obra Noticias de ninguna parte, de William Morris. A partir de este tipo de material, Musturi crea sus propios futuros imaginando adónde puede conducirnos la sociedad actual, intentando plasmar diferentes perspectivas de la realidad y posibles futuros.
En definitiva, Future es una obra que explora (y advierte) hacia dónde podemos dirigirnos. Con un toque muy ácido reflexiona sobre la manipulación política, la ciudadanía mansa que abandona el pensamiento autocrítico y la claudicación hacia una tecnología que sustituye cualquier esfuerzo, y satiriza sobre un futuro con clones o inteligencias artificiales, donde la cultura es algo mal visto. Tan estimulante en lo intelectual como potente visualmente, con un derroche de técnicas narrativas y cambios de estilos. Si te gustó Space Riders, Pudridero o cualquier trabajo de Víctor Puchalski, seguro que te va a remover las entrañas y vas a disfrutar la lectura, pues estamos ante cómic underground de primer nivel. Eso sí, si no estás acostumbrado a leer este tipo de material, te recomiendo encarecidamente que le eches un vistazo antes en la tienda, porque no es un cómic apto para todo tipo de lectores.
Lo mejor: La variedad de estilos. La crítica que hace de una manera subrepticia. La edición de Barrett, que además incluye un póster de regalo.
Lo peor: No es un cómic fácil ni apto para todos los públicos.