La artista italiana Elisa Menini nos ofrece en Folclore Nipón una preciosa recreación de siete historias de la cultura popular japonesa antigua. Un cómic con el que sumergirnos en el folclore del país del sol naciente mientras nos dejamos llevar por la sutil belleza de sus ilustraciones. Con un estilo que recrea la técnica tradicional de la estampa, Menini nos cautiva con su reinterpretación de leyendas clásicas como Tanuki y el zorro, Momotaro o La mujer carpa. Un auténtico deleite gráfico que apasionará a cualquier amante de la cultura japonesa.
No se me ocurren muchos países cuyos mitos y leyendas se hayan internacionalizado tanto como Japón, al tiempo que mantienen su vigencia. Dejando a un lado las antiguas Grecia y Roma, cuyas mitologías forman tan sólo parte del pasado, hoy día apenas los mitos feéricos británicos, los leprechauns irlandeses y los yokai japoneses siguen siendo protagonistas de relatos, cuentos populares y leyendas por todo el mundo. Pocos países tienen un folclore fantástico tan rico y vigente como Japón. Sus yokai no sólo protagonizan obras en su país de origen como el Kitaro de Shigeru Mizuki, sino que también están presentes en obras creadas en Estados Unidos (Wayward), Francia (Okko) o incluso España (La llamada del bosque de los suicidas). Su vasta panoplia de historias, su variedad y su colorido les abren puertas allá donde van, y sus relatos se entremezclan con muchos otros cuentos populares del folclore (palabra proveniente del inglés folk, ‘pueblo’, y lore, ‘acervo’, ‘saber’ o ‘conocimiento’) nipón. En la obra que hoy reseñamos, las leyendas japonesas viajan hasta italia, donde la autora Elisa Menini ha cogido un puñado de ellas para narrarlas en forma de cómic, adoptando el estilo de las viejas estampas y pinturas japonesas.
Comenzamos la obra con una divertida historia entre un zorro y un tanuki (mapache japonés), personajes muy frecuentes en las historias sobrenaturales de Japón, dado que a ambos animales se les atribuye la habilidad de cambiar de forma, para gastar bromas a los humanos o a otros animales. Esta primera historia es toda una declaración de intenciones por parte de la autora, quien desde la primera página arranca con un nivel gráfico sobresaliente, combinando varias de las técnicas que solemos encontrar en el arte popular japonés, desde el ukiyo-e (pinturas del mundo flotante) tan característico de Tsukioka Yoshitoshi, a las conocidas acuarelas en tinta china sumi-e. Mientras que los animales adoptan rasgos caricaturescos, los humanos que aparecen parecen estar sacados de antiguos grabados nipones, con sus características poses y expresiones faciales. Tenemos a continuación la historia de una anciana y su diabólico gato de tres colores y el famoso cuento de Momotaro el niño melocotón (que incluso contó con una película de animación japonesa en 1945, considerado el primer anime de la historia).
La historia de la mujer carpa entronca nada sutilmente con la leyenda de la selkie o mujer foca, muy típica de zonas del norte de Europa como Irlanda o las Islas Feroe. En las mitologías europea y japonesa, el animal toma la forma de una mujer y se va a vivir con el pescador que la ha salvado, a menudo incluso dándole hijos, si bien ambos folclores difieren en los detalles. El cuento de Taro el dormilón abandona el género sobrenatural para adentrarse en el de la picaresca, mientras que El sombrero de paja y El cangrejo y el mono son fábulas que pretender dar explicación a expresiones populares y a rasgos fisiológicos de los animales, no muy diferentes de nuestras fábulas de Esopo o Samaniego, protagonizadas igualmente por animales. Al igual que en el resto de países donde las leyendas y los cuentos tienen como principal destinatario los niños, en el folclore nipón no suele faltar una enseñanza para acompañar sus historias: ya sea que no hay que fiarse de los zorros ni de los mapaches, que toda buena acción tiene su recompensa o que no hay animal más listo que un mono hambriento, en sus leyendas yace, no siempre muy disimuladamente, una moraleja que extraer.
La artista italiana Elisa Menini ha seleccionado siete cuentos populares del folclore nipón y los ha puesto a nuestra disposición mezclando técnicas tradicionales japonesas con la narrativa secuencial occidental, usando incluso recursos gráficos y composiciones de página que machihembran ambas culturas, como las tramas manuales de puntos y la superposición de patrones infográficos. El resultado es una extraña e hipnótica amalgama gráfica que requiere una segunda lectura, más pausada, para apreciar en su totalidad los recursos utilizados y la amplia variedad de técnicas que emplea Menini. Una consecuencia de esto es que es muy difícil definir el estilo de la autora porque… no usa un estilo propio. Esto no ha sido óbice para triunfar en Europa con este primer álbum, que le ha abierto las puertas para publicar un segundo volumen, protagonizado enteramente por yokais.
Si hubiéramos de poner una pega a este Folclore Nipón (publicado por NORMA Editorial) es que se lee en un suspiro, pero eso se compensa con las relecturas que permite, para dedicar más tiempo a cada página y así apreciar mejor la técnica empleada y las referencias a piezas y técnicas del antiguo arte japonés. Se trata de un cómic en gran formato con tapa dura, en papel de alto gramaje con (curiosa característica) esquinas redondeadas, que sin duda llamará la atención de los amantes de los cuentos populares japoneses, que me consta no son pocos en nuestro país.