Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Flight

Flight
Guion
Kuniko Tsurita.
Dibujo
Kuniko Tsurita.
Traducción
Yoko Ogihara y Fernando Cordobés.
Formato
Rústica, 484 págs, B/N. 15X21 cm.
Precio
39€.
Editorial
Gallo Nero. 2024.
Edición original
Flight (Seirinkogeisha).

Kuniko Tsurita fue una mangaka que, de no ser por su temprano fallecimiento con 35 años, probablemente habría sido un referente incontestable en la industria del manga. Ya lo es a pesar del poco tiempo que pudo trabajar, por haber roto muchas barreras en un mercado como el japonés, y mucho más en la época que ella comenzó a publicar, a mediados de los años 60. Flight, editado por Gallo Nero, recoge cronológicamente las publicaciones de la autora en la revista Garo, cabecera que en aquellos tiempos tenía poco espacio para mujeres, debido a los convencionalismos de la época. En aquellos años las mujeres solo parecían estar capacitadas para escribir y dibujar shojos, historias románticas sobre frágiles damas enamoradizas, ¿quién iba a pensar que podían hacer otro tipo de historias de temáticas como la ciencia ficción o la acción?


Tsurita comenzó a publicar en la revista Garo en el año 1965, cuando apenas tenía 18 años. En aquel tiempo, la revista estaba caracterizada por dar voz a artistas experimentales, que querían explorar nuevas vías narrativas, muy alejadas del manga más comercial. La autora venía de ganar un concurso en la revista S-F Magazine, con temática de ciencia ficción, pero a pesar de ello había recibido la negativa a publicar en algunas revistas por su condición de mujer, recomendándole que se dedicase a hacer otro tipo de mangas. Impulsada por una historia en Garo del autor de La leyenda de Kamui, Sanpei Shirato, en el que animaba a los jóvenes que dibujasen sus propios mangas, presentó rápidamente trabajos y en un par de meses estaba viendo cómo se publicaban en dicha revista. Fue la primera mujer que vio sus trabajos publicados en ella.

Este tomo que hoy nos ocupa, nos permite tener una visión global del trabajo de Tsurita y ver cuáles eran las temáticas más recurrentes. Igualmente sirve para comprender por qué su trabajo fue tan relevante en un contexto más histórico, puesto que contribuyó a la difusión de un tipo diferente de manga y a dejar claro que el cómic es un medio artístico con un terreno enorme por explorar. Los relatos que podemos leer en este tomo tocan temáticas de muchos tipos, pero podríamos decir que el surrealismo, el existencialismo, la muerte o la futilidad del ser humano en un contexto global eran temáticas recurrentes en sus historias. También experimentaba mucho con los roles de género, mostrando en sus historias a mujeres comportándose «como hacían los hombres» o viceversa, una reivindicación constante en años en los que aquello no era muy habitual. Y menos en una sociedad como la japonesa.


A nivel de historias nos encontramos con relatos muy alejados de la corriente mainstream, bien porque no tenían una estructura «al uso», bien porque acababan de manera abrupta, sin una moraleja o desenlace que diera sentido a lo que acabábamos de leer. Además, Tsurita incluía personajes de otras series de la revista, o recuperaba a los suyos propios de relatos anteriores, sin que su presencie aportase nada especial, pero parece que le divertía hacerlo.

Donde sí hay mucho más que analizar es en el aspecto gráfico. Ahí sí se percibe la plasticidad de su estilo donde hay historias con un tono más cómico, otros más «estilo Tezuka» y otras más experimentales,  con una versatilidad asombrosa para pasar de uno a otro registro. Es evidente cómo exploraba rejillas de viñetas diferentes, con un equilibrio en la visión de la página completa, simetrías entre ambos lados de la página y transiciones bastante transgresoras para la época. El uso de las masas de negro y de los vacíos como vehículo para transmitir emociones y sentimientos de tristeza o soledad resultan bastante impactante incluso 60 años después. Su trabajo se puede intuir como influencia importante en autores contemporáneos como Inio Asano o incluso Tillie Walden, compartiendo con la japonesa ese halo melancólico en sus historias.

Tsurita falleció con 35 años a consecuencia de complicaciones por un lupus. Las últimas historias del tomo se ven con diversas alteraciones en el estilo, pero todo queda explicado en los artículos que acompañan a la edición, y es que las últimas historias publicadas por Garo pocos años de su fallecimiento, en realidad estaban realizadas diez años antes. La historia que da título al tomo, Flight, fue publicada en la revista más comercial Young Jump en 1980, con seudónimo para simular a una mangaka novel y con la intención de conseguir más dinero por ella. En esa historia se percibe el agravamiento de su enfermedad, que le dificultaba a la hora de dibujar, con un trazo más irregular y rígido.


Si te interesa la historia del cómic, y quieres conocer el trabajo de una mangaka mucho menos conocida de lo que merece por el lugar que ocupó en el género gekiga (manga experimental para adultos), Flight es una oportunidad perfecta para poder conocerla en un solo tomo. Incluye un relevante artículo a cargo de Shô Onoda, en el que analiza el contexto histórico y trasfondo de algunas de las historias, que permite comprenderlas mejor. También cuenta con unos pequeños textos a cargo de los traductores de la obra y de su viudo, Naoyuki Takahashi.

Lo mejor: Su potencia y la exploración como narrativa gráfica. El artículo de Onoda, que permite comprender mejor a la autora y su carrera. Las historias Habitantes o La noche, muy impactantes a nivel gráfico.

Lo peor: Al ser cómic experimental, mejor leerlo en pequeñas dosis.