Flash está a punto de reencontrarse con uno de los enemigos más poderosos que tiene: Gorila Grodd. Sin embargo, la amenaza de este simio telépata no será nada cuando entre en acción Zoom, un villano con poderes de supervelocidad y un solo objetivo: la venganza. El horripilante plan de Zoom supuso en su día un antes y un después en la vida de Wally West, como veremos en este volumen que, además, aborda el origen del Flautista. Todo ello a cargo del guionista Geoff Johns (La Guerra de Darkseid) y los dibujantes Scott Kolins (JLA: Liga de la Injusticia), Justiniano (Wonder Woman: De piedra) y Rick Burchett (Las Aventuras de Harley Quinn).
A lo largo de su trayectoria profesional, el guionista Geoff Johns ha aportado su talento a algunos de los personajes más destacados de DC Comics. Flash de Geoff Johns: Zoom recupera los episodios restantes de su trabajo en la serie del Velocista Escarlata, ejemplares que se encuadran entre los tomos Fuego cruzado e Ignición, y que junto a El país de las maravillas y La guerra de los villanos, dan forma a una etapa para el recuerdo, que por fin vuelve a estar disponible. ¡La mejor forma de seguir completando la historia moderna de un personaje que triunfa dentro y fuera del mundo de las viñetas!
Al eterno debate de si las películas y series de superhéroes atraen a nuevos lectores a las librerías o no, hay que hacerle un corolario: hay consenso en que al menos la popularidad catódica y cinematográfica adquirida por algunos personajes ha conseguido que las editoriales recuperen material clásico en los formatos más lujosos y duraderos, para deleite no tanto de los nuevos lectores, sino de los fans “de toda la vida”. A estas nuevas-viejas estrellas se ha añadido Flash, con una serie de éxito en televisión cuya 4ª temporada está acabando ahora en los USA al que se añade su aparición con alivio cómico en la película Liga de la Justicia. A esta popularidad hay que añadirle el que tuviera a principios de la pasada década como guionista a uno de los más reputados escritores del género en la DC de entonces: Geoff Johns, actualmente Director Creativo de DC Entertainment. No está mal, para ser un tipo que escribe tebeos. Podría usar esa frase para ligar en los bares.
Flash, encarnado por Wally West, vivió una nueva época dorada con uno de los mejores escritores que ha tenido, y acompañado por dibujantes eficientes, como el todoterreno Rick Burchet y el estupendo Scott Kolins (de quien descubro que nació en Sevilla hace 50 años). En este volumen en particular, Johns dispone sobre el tablero las piezas de una partida de ajedrez que se prolongará a lo largo de 12 números, y que culminará, como no puede ser de otra manera, con un enfrentamiento letal entre los dos reyes de la velocidad. Comenzamos con unos Wally West y Linda Park viviendo un momento muy dulce, invitando a una cena en su casa a sus amigos Jay Garrick (el primer Flash), su sobrino nieto Bart Allen (Impulso), Vic Stone (Cyborg), Iris Allen, los agentes Chyre y Murillo y el experto en perfiles de comportamiento crimina Hunter Zolomon. Después de todo, no todos los días uno puede dar una buena noticia como la que les tienen que dar. La fuga del Flautista de la prisión de Iron Heights antes de que se le pueda comunicar su inocencia y excarcelamiento complica las cosas.
Arrancamos, pues, con una historia que nos cuenta el origen del Flautista, ahora reconvertido en ayudante y amigo de Flash, para descubrir que no es enteramente un villano, sino sólo una persona confundida, desviada del camino correcto, al igual que James Jesse, ex-Trickster, reconvertido ahora en agente del FBI. Pasamos a continuación por un número ligero de puro entretenimiento, en el que Flash y Hawkman se enfrentan a una especia de rey elfo enamorado de Linda Park, la novia de Wally. Nada hace presagiar que en el siguiente número regresará una de las mayores amenazas de Flash, tanto de Wally como de Barry: Grodd, el gorila superinteligente y telépata, cuya fuga de Iron Heights provoca también la liberación de buena parte de la galería de villanos de nuestro velocista favorito. Grodd herirá mortalmente a uno de los amigos de Flash, lo que hará que su persecución hasta Ciudad Gorila sea más una búsqueda de venganza que una misión de captura. Todo esto desembocará en la más funesta de las conclusiones para nuestro héroe.
Johns nos deja todas las piezas del puzzle sobre la mesa desde el primer número de esta historia, y durante los 12 meses siguientes se dedica a unirlas y ensamblarlas hasta dar como resultado una imagen de violencia, muerte y destrucción como no habíamos conocido hasta ahora en la vida de Flash. Una pérdida que, según el antihéroe de esta historia, es necesaria para que Flash alcance su pleno potencial como héroe. Y es que muchos grandes héroes como Batman o Spiderman nacen a consecuencia de una gran pérdida. Flash también necesita sufrir una gran pérdida para llegar a ser lo que puede ser. Como si haber perdido a su tío Barry no hubiera sido suficiente.
Con este volumen, ECC Ediciones finaliza la publicación de las aventuras de Flash escritas por Geoff Johns. Un volumen en el que veremos al héroe sufrir más que nunca al tomar el manto del velocista escarlata tras la muerte del anterior Flash, y que descubrirá que el motivo por el que los héroes se hacen tales no es perpetuar un legado, sino utilizar sus dones para ayudar a cuanta más gente mejor. Acompañado por un puñado de estupendos dibujantes, entre los que destaca un Scott Kolins adalid de la línea clara, Johns nos toca una fibra muy sensible de principio a fin de este tomo. 12 números llenos de tensión y sufrimiento por el protagonista como nunca antes hemos visto. Muy recomendable.