Federico Fellini es un director de cine italiano, responsable de algunas de las consideradas obras maestras de la historia del cine. Se le responsabiliza junto a Roberto Rosellini de crear el Neorrealismo italiano, y tiene en su haber la dirección de películas como La Strada, La Dolce Vita u Ocho y Medio, entre otras muchas. Astiberri nos trae Fellini en Roma, una obra en la que el autor Tyto Alba hace un homenaje al famoso director así como un repaso a su carrera y su vida contado de una manera muy peculiar.

Fellini en Roma nos presenta a un Fellini en los últimos años de su vida, que sufre de insomnio. Se despierta a las dos de la mañana y se dedica a pasear por Roma, recordando cosas de su pasado, personas que han sido fundamentales en su vida y entendiendo cómo llegó a ser quién fue. El trastorno del sueño le produce numerosas pesadillas y un estado de pseudovigilia que dota a la obra de un continuo aire de ensoñación que no sabes si lo que estás viendo es realidad o sueño. Eso sumado a un estilo gráfico particularmente peculiar, dota a la obra de una atmósfera que contribuye especialmente a la narración.

La obra está escrita, dibujada y coloreada por Tyto Alba (La Casa Azul, La vida…) y fue realizada gracias a una beca MAEC-RAECID para artistas de la Real Academia de España en Roma. Gracias a esa beca pudo vivir en la capital italiana y conocer de primera mano los escenarios que dan vida a Fellini en Roma y conocer in situ más de la vida del genial director. El dibujo es un dibujo muy a vuelapluma, de trazo fino y sin gran lujo de detalles, pero que se ve enriquecido gracias a una gran caracterización de personajes, que son muy reconocibles, y sobre todo a un color acuarelado que permiten disfrutar mucho de la obra y le da aún más valor a esa atmósfera casi onírica presente desde principio a fin.

El dibujo es muy disfrutable, pero si hay algo que me ha gustado es el guión. Un guión en el que va saltando entre los hechos más importantes de su biografía. Y es que Alba tiene bastante experiencia en realizar biografías desde un punto de vista casi ficticio. Si en La vida teníamos a Picasso o en La Casa Azul a Frida Kahlo, Chavela Vargas o Diego Rivera (entre otros), ahora Alba se centra en Fellini y su entorno. Desde sus inicios como ilustrador, a conocer a su esposa Giulietta Masina, a como conoció a Rosellini y lo introdujo en el mundo del cine, o cómo fue la primera vez que vio los famosos estudios de Cinecittá en Roma o cuando conoció a Ingmar Bergman. Entre ensoñación y ensoñación aparece algún personaje de su vida: Su amigo Marcello Mastroiani, la diosa Anita Ekberg, Pier Paolo Pasolini… Todos aportan volumen y ambiente a la historia.

Y si el guión está presentado de una manera interesante, contiene algunos diálogos y textos que hipnotizan. Me encanta especialmente cómo habla de su relación de amor-odio con Roma, esa ciudad de la que podría estar apartado o incluso hastiado 364 días del año, pero que el 365 encontraría algún detalle que la reconciliaría con la ciudad de su vida. O cómo habla de su esposa Giulietta, con quien mantenía una relación antes incluso de conocerla… Dibujo, historia y texto se combinan en un todo muy agradable y que deja un buen poso en el lector.

En definitiva, Fellini en Roma.

Una obra con la que repasar la vida y obra de Federico Fellini sin necesidad de profundizar. Si te pica el gusanillo, hay miles de biografía del director. Una obra en la que lo que más he disfrutado ha sido ese color acuarelado que supone un elemento más de la narrativa onírica buscada, que te introduce casi de una patada en el sueño de Fellini, y del que no te apetece salir. Como culmen, un desenlace precioso que recuerda al de cierta obra de Tim Burton (probablemente su última gran obra) y que deja al lector con una sensación muy placentera.

Lo mejor: El color. La obra como combinación de texto y dibujo. El tono de ensoñación, muy bien logrado.

Lo peor: Si no te interesa el director, tal vez la puedas considerar aburrida, pues no hace más que un repaso a su vida.

Para curiosos por saber más de la vida de Fellini. Para los que gustan de obras con un tono onírico. Para amantes de biografías contadas de manera original.