Que Mike Mignola es un tipo de mil amigos es algo que ha quedado claro a lo largo de la dilatada trayectoria de Hellboy. Son muchos los autores con los que ha colaborado estos últimos años, pero quizás Warwick Johnson-Cadwell no sea de los más conocidos. Hasta el momento este autor independiente ha colaborado con Mignola en los álbumes “El Sr. Higgins vuelve a casa” y “Nuestros encuentros con el mal”. De este microuniverso nos llega ahora su tercera entrega de título “Falconspeare”.

Pero ojo, aunque el nombre de Mike Mignola esté bien visible en la portada y esta sea de su autoría, “Falconspeare” es un tebeo escrito, dibujado y coloreado enteramente por Warwick Johnson-Cadwell. El autor nos ofrece una nueva aventura del trío de cazadores de monstruos formado por el Profesor Meinhardt, Mr. Knox y la Sra. Van Sloan. Juntos deberán averiguar qué ha sucedido con un cuarto miembro, del que llevan sin saber 15 años.

Este antiguo compañero, un experto cazavampiros, es James Falconspeare y su desaparición es el catalizador de esta novela gráfica que aglutina y mezcla con ingenio y buenos resultados géneros como el humor negro, el terror propio de la factoria Hammer y el misterio habitual de las novelas de Agatha Christie. Un cocktail tremendamente disfrutable.

El autor sabe como crear suspense en este “Falconspeare”. Jugando al despiste desde la primera plancha, los protagonistas recibirán una misteriosa carta en torno a su desaparecido compañero. Como si de una versión truculenta del Cluedo se tratase, el trío de cazadores deberá enfrentar un enigma tras otro hasta la resolución de la obra.

Falconspeare. Misterios victorianos

¿Qué le pasó realmente a Falconspeare? ¿Por qué ahora y no antes han sido llamados a esta aventura? Johnson-Cadwell lanza cuestiones al aire y las responde con una inesperada rapidez con la, nada disimulada, intención de que todo quede atado y bien atado en las escasas cincuenta y seis páginas que ocupa toda la historia.

Esta concisión es la mayor ventaja de la obra y a la vez su principal punto flaco, puesto que su lectura acaba sabiendo a poco debido al endiablado ritmo de los acontecimientos. En “Falconspeare” pasan cosas en todo momento. No hay un segundo de respiro para pararte a analizar los hechos y tratar de unir las pistas.

Por lo tanto, una vez finalizada su lectura, hay momentos en que la trama está demasiado condensada. La sensación de que se necesitaba mucho más espacio para contar la historia es demasiado palpable. Una pena, porque hay muchas ideas interesantes en este pequeño relato victoriano.

No obstante, “Falconspeare” es un entretenimiento de primer orden, tan ligero como divertido. Además, es totalmente accesible para los neófitos, ya que no es necesario conocer de nada a los personajes para entrar en la historia, puesto que el autor se molesta en que queden muy bien caracterizados y distinguibles en todo momento.

Para el final dejo mi opinión sobre el estilo de dibujo de Warwick Johnson-Cadwell. Pese a la opinión generalizada que he leído por ahí, me parece un artistazo con un estilo muy personal que le da a la obra la atmósfera que necesita. De trazo sencillo y línea clara, puede que algunas de sus páginas sean demasiado esquemáticas, pero me encanta en los momentos más locos o de acción. Sus personajes son verdaderamente expresivos y la paleta de colores planos empleada es ideal.

Ahora bien, estamos hablando de un tebeo que te ventilas en poco más de diez minutos y que cuesta 18 €, por lo que avisados quedáis.