A estas alturas de serie, el tono estaba más que establecido y, a golpe de prueba y análisis de la respuesta del fandom, se había llegado a una dinámica bastante interesante. Con 100% Marvel HC Los Exiliados 3. Un segundo adiós llegamos al final de la etapa de Judd Winick como guionista, aunque también podemos ver los primeros números de Chuck Austen que, a juzgar por los que podemos leer aquí, creo que es evidente que la serie está en buenas manos, porque mantiene la misma dirección que su antecesor, y escribe unos números igual de divertidos. Panini aumenta un poco el grosor de este tercer tomo para poder concluir la etapa. Esperemos que no signifique que pretenda finalizar aquí esta edición y podamos seguir disfrutando de la serie ya con Austen y compañía…
Winick finaliza su etapa manteniendo arcos argumentales cortos de 2-3 números, y llevando al grupo protagonista a visitar infinidad de realidades alternativas, aunque cada vez más, aprovechando esos saltos de realidad para visitar etapas emblemáticas de cualquier personaje del Universo Marvel. Con esto, Winick va consiguiendo que se cree esa alternancia entre What If…? y visitas a etapas concretas, y a Austen parece que la idea le gusta lo suficiente como para mantenerla.
De este modo, vamos a visitar desde un mundo gobernado por un Tony Stark totalitarista, a unos Vengadores vampirizados o al nacimiento de los 4 Fantásticos con una Cosa un poco Hulkizada… Igualmente nos cruzaremos con el Lobezno de Arma-X o un mundo devastado por el virus del Legado, en unos tie-in brillantes que sirven de antesala para la despedida de Winick. Lo interesante que tiene la serie, y más en una época previa a la popularidad de estas series de TV en las que juegan a romper tus expectativas matando a personajes importantes, es que en cualquier momento un personaje principal desaparece o incluso tiene su vida en riesgo. De hecho, en los 15 números que incluye, estamos ante una alineación sin Destello, que había abandonado el grupo en el tomo anterior.
Otro de los aportes de Winick es cómo utiliza la propia idiosincrasia de la serie para introducir fill-ins en los que explorar relaciones muy concretas. Es el caso de los dos números que he comentado antes de pasada en los que Heather se enfrentará al Lobezno de Arma-X y Mariko acaba en un mundo dominado por el virus de Legado… con Mary Jane Parker viva. Son dos pequeñas joyas que no cuentan con tanta acción como los anteriores, pero que son un absoluto mazazo emocional por la sensibilidad con la que están escritos y los matices que plantea. Con una premisa como la de Los Exiliados se puede explorar todo lo que el guionista quiera, y traer de vuelta a algunos personajes y sacar a la superficie las emociones de los protagonistas.
Lo que sí tiene más alternancia en estos números es el aspecto artístico, con dibujo de Kev Walker, Jim Calafiore y Clayton Henry más un fill-in de Tom Mandrake en la historia de Lobezno. Tal vez el dibujante que mejor me funciona es Henry. El estilo de Walker y Calafiore ha envejecido algo peor y, sumado al color digital que abusa en algunos momentos de satinación y degradados dejan un poso algo más pobre que cuando dibuja Henry, cuyo estilo conecta mejor con este tipo de color, y además tiene ese aspecto cercano al cartoon, muy limpio y proporcionado. Y hablando de cartoon, ojo que el último número incluido en el tomo es la historia corta incluida en X-Men Unlimited #41, en la que Austen, guionista de aquella serie, se hace acompañar por un Skottie Young novatillo que ya apuntaba maneras muy interesantes.
En definitiva, 100% Marvel HC Los Exiliados 3. Un segundo adiós es un tomo tremendamente divertido, que soporta el paso del tiempo como si la hubieran publicado ayer, y que nos trae unos números cuya única ambición son entretener y hacer volar nuestra mente por un rato. Su dinamismo, arcos cortos y acción continua hace que te bebas el tomo en muy poco tiempo, y te deja con ganas de seguir leyendo más. A partir de estos números comienzan varios cambios de guionistas, y esperan etapas de Chuck Austen, Tony Bedard… ¡e incluso el pope mutante, Chris Claremont! Esperemos que Panini mantenga la edición y podamos seguir disfrutando de una serie que permanece fresca décadas después.
Lo mejor: Arcos cortos, que se pueden leer independientemente, muy divertidos y sin pretensiones más allá de hacer pasar un buen rato al lector y hacer guiños al lector experimentado. Los dos fill-in previos al arco final de Winick.
Lo peor: Algunos dibujos han envejecido algo peor.