Raymond Briggs es un autor inglés muy conocido, con numerosos premios y que triunfó con sus obras infantiles El muñeco de nieve y Papá Noel . Pero por lo que más probablemente sea conocido entre el gran público español es por su obra Cuando el viento sopla y su preciosa adaptación cinematográfica. Una obra que nos marcó la infancia a muchos (aún recuerdo lo que me impactó la cinta de animación) y por la que intentamos seguir la pista a un autor cuya obra no ha sido especialmente difundida por nuestro país. Por suerte, Blackie Books recupera uno de los títulos mejor valorado del autor: Ethel y Ernest. Una historia verdadera , el precioso homenaje que hizo el autor a sus padres en 1998.
Como suele tenernos acostumbrados, Blackie realiza una edición muy cuidada, con un tamaño reducido, pero en cartoné, con papel off-set de alto gramaje, que sienta de fábula al tipo de obra que es. Y es que Ethel y Ernest es una historia de amor, doblemente. Se trata de la preciosa historia de amor entre los padres del autor, pero también un canto de amor del propio Briggs hacia sus padres, reconociendo lo dura que fue su vida y cómo se esforzaron en todo momento por respetar a su hijo, con el que no estaban del todo de acuerdo.
A través de las 120 páginas que tiene esta obra, somos testigos de la relación entre Ethel y Ernest, desde que se conocieron a finales de los años 20 hasta la muerte de ambos en 1971. En estos 43 años no solo vamos a ser testigos de la relación entre ambos, sino que también vamos a ver la propia historia de Gran Bretaña en estas más de cuatro décadas. La historia está construida como una sucesión de escenas a lo largo del tiempo, de conversaciones entre ambos, y de cómo van progresando en sus diversos trabajos. Briggs lo hace con una narrativa muy sutil, que nos convierte en testigos, como si fuésemos telespectadores de una serie o una película. De hecho, y salvando las distancias, me ha recordado mucho su lectura a la serie Years and years de BBC/HBO. Vamos a ir acompañando a la familia Briggs mientras el mundo va cambiando a su alrededor.
Pero aparte del repaso histórico de esos años, lo que verdaderamente engancha es leer esa historia de amor entre ambos, entendiendo el amor como una relación de respeto y de trabajo en equipo. Son dos personas con ideas diferentes, incluso con ideales políticos distintos: Ethel es reacia a cualquier avance tecnológico, y se preocupa por la imagen de puertas para afuera y de no poder costearse su día a día; Ernest es un hombre que se deja sorprender por cualquier avance, pero que se muestra orgulloso y es capaz de renunciar a ascensos en el trabajo con tal de mantener su libertad y su trabajo al aire libre. Pero a pesar de su carácter, es extremadamente respetuoso. Tanto con su esposa, como con su hijo, al que augura lo peor por estudiar bellas artes pero que jamás intenta condicionar en su manera de vida absolutamente ajena a su manera de entender la vida.
A través de esta narrativa aséptica, estática en el sentido de colocar la cámara y mostrarnos la vida de esta familia desde un agujerito, nos muestra una historia de amor muy conmovedora pero sin necesidad de caer en el sentimentalismo gratuito o la ñoñería. Igualmente nos muestra las secuelas de la II Guerra Mundial en Inglaterra, sin necesidad de recurrir a escenas trágicas o que jueguen a tocar la sensibilidad del lector. Ethel y Ernest van superando todos los escollos que tienen, y lo hacen con resignación y asumiendo todo lo que les sucede, intentando siempre levantar la cabeza después de haber recibido cualquier golpe, sin necesidad de quejarse, o de culpar a nadie. Así, el lector va a empatizar mucho más con la pareja y acaba cogiéndoles mucho cariño.
El dibujo de Briggs es sencillo, con color a lápiz y una composición de página que juega mucho a alternar viñetas grandes con otras muy pequeñas. Es muy habitual en la obra unas viñetas a media página con los diálogos escritos al pie, y tiene un detalle que me ha gustado especialmente y es que la obra abre y cierra con una sucesión de viñetas mudas, en las que no es necesario ningún texto. El color es optimista y acompaña en todo momento esa intencionalidad vitalista del autor para contar la historia de sus padres.
En definitiva, Ethel y Ernest. Una historia verdadera es una historia de amor, optimista y que muestra lo que debería ser una relación en pareja: respeto, cariño, trabajar en una misma dirección y dejar que los hijos tomen su propio camino aconsejando, pero sin interferir en sus decisiones. Un delicioso relato que te deja con una tierna sonrisa en los labios y genera una envidia sana por la sincera historia de amor entre los dos protagonistas. La obra tuvo una adaptación cinematográfica animada en 2016 a cargo de Roger Mainwood. Esta edición abre con una frase a cargo de la editorial, y que me parece la mejor carta de presentación que se puede hacer de la obra: «La perrita Blackie creía en los amores que duran toda la vida. Y en los que, después de la muerte, perduran en los libros».
Lo mejor: Ver el paso del tiempo con la sensación de ser un espectador más. Lo sincera que se muestra la historia de amor entre Ethel y Ernest.
Lo peor: Que hayan tenido que pasar más de veinte años para que nos llegue una edición en castellano.