El mes pasado pudimos leer el primer tomo de Estado Futuro dedicado a la figura de Wonder Woman, pero no es el único que el miembro femenino de la Trinidad protagoniza en este evento. Además de las dos miniseries que pudimos ver en el mencionado tomo anterior, protagonizadas ambas por Yara Flor, la nueva Wonder Girl en la continuidad presente, tenemos una serie más, Wonder Woman Inmortal, que ECC recopila en un tomo y nos presenta a otras dos versiones futuras de la icónica Amazona.
Esta serie, como varias otras del evento, incluye una historia principal y un backup que nos presenta otra versión del personaje protagonista con otro equipo creativo diferente, cada una con su punto de interés, aunque vamos avanzando que ninguna de las dos está a la altura de lo que vimos en el tomo de Joëlle Jones.
En la primera, tenemos a Diana como la Wonder Woman de un futuro lejano, muy lejano. Al final del tiempo, en un momento que nos recuerda, salvando las enormes distancias, al brillante cuarto número de Los Libros de la Magia de Neil Gaiman. En ese momento, Batman es un recuerdo, Superman es un anciano que porta la capa de Shazam y la Cosa del Pantano está debilitada, al borde del final de su existencia. En un momento en el que la vida está llegando a su fin, ya sólo hay sitio para los dioses. Y aún en este momento, Darkseid es.
Quizás la idea más interesante que plantea esta parte es que sabemos que puede que los grandes iconos del medio pueden ser sustituidos temporalmente, pero que antes o después van a volver a su encarnación más clásica. Así, Batman ha sido Jean Paul Valley o Dick Grayson, pero siempre volverá a ser Bruce Wayne. Aunque ahora el traje de Superman lo vista Jon, sabemos que antes o después volveremos a tener a Kal El. Y, por supuesto, Diana siempre será Wonder Woman.
El punto que más interés despertaba esta serie era tomarle el pulso a Becky Cloonan y Michael W. Conrad, sucesores de Mariko Tamaki al frente de la colección regular de Wonder Woman, y que tenían aquí su primer contacto con el personaje. Y aunque hay que reconocer que hay buenas ideas aquí y allá -tampoco hay que pedirle una historia profunda a una miniserie de dos números ambientada en un futuro indeterminado-, hay que decir que a Wonder Woman Inmortal le falta fuerza. Es una historia que nos está contando el fin de los tiempos y debería ser sobrecogedora… y no lo es. Quizás también tenga que ver el hecho de que el estilo de la ilustradora Jen Bartel es bonito de ver y técnicamente correcto, sin estridencias, pero inapropiadamente mono para la historia que nos está contando. Se acuerda uno del dibujo de Daniel Warren Johnson en Tierra Muerta, otra historia ambientada en un futuro remoto, en la que curiosamente Diana también lleva el cinturón de Batman, y claro, no hay color.
El complemento de esta serie está protagonizado por Nubia, un personaje pre-Crisis, creado por Robert Kanigher y Don Heck en 1973 que había tenido poco más de media docena de apariciones desde su primera aparición hasta que fue recuperada por G. Willow Wilson en su breve etapa al frente de la serie regular de Wonder Woman. Este personaje, históricamente la primera superheroína negra de DC, va a tener un notable protagonismo en los mitos de las Amazonas en los próximos meses. La tendremos en la serie regular de Wonder Woman, como protagonista en su propia serie Nubia and the Amazons, e incluso ha visto la luz un volumen de la línea Young Adult centrado en ella, Nubia: Real one. Y todo este nuevo protagonismo empieza precisamente aquí.
En esta historia, ambientada como muchas de Estado Futuro en un futuro indefinido, Nubia es la Wonder Woman de turno, y se enfrenta a Grail, la hija de Darkseid. No es una historia especialmente interesante, y da la sensación más de presentación del futuro foco editorial en el personaje que de nada realmente importante que contar. De nuevo, el punto a tener en cuenta en esta parte está en los autores: la dibujante de esta parte, Alitha Martínez, es la dibujante de la serie Nubia and the Amazons, con lo que esta parte sirve para hacernos una idea del trabajo gráfico que nos encontraremos en la nueva serie.
Aunque haya puntos de interés aquí y allá en este tomo, podemos decir que está bastante por debajo del protagonizado por Yara Flor que vimos el mes pasado. Salvo quizás para tomarle el pulso a Nubia de cara a su futuro protagonismo, no parece ser una lectura imprescindible para nada en particular. Así, Wonder Woman Inmortal resulta un tomo correcto pero no precisamente memorable.
