Es la hora de las tortas!!!

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Espíritus de Venganza: La guerra a las puertas del infierno

Espíritus de Venganza: La guerra a las puertas del infierno
Guion
Victor Gischler,Robbie Thompson
Dibujo
David Baldeón. Anthony Piper
Tinta
David Baldeón. Anthony Piper
Color
Andrés José Mossa. Anthony Piper
Formato
Cartoné, 120 páginas
Precio
15.95 €
Editorial
Panini. 2018
Edición original
Spirits Of Vengeance vol. 2, 1-5 USA

Quién nos iba a decir que acabaríamos viviendo un revival nostálgico de los años 90. Con todo lo que se ha dicho de esa década, con todas las pestes que se han echado de los cómics noventeros… y aquí tenemos un tomo recuperando la cabecera de Spirits of Vengeance, manteniendo incluso el mismo logo original, en el mismo año que estamos viendo una reedición de lujo de la Marvel cósmica de los 90, que se ha reeditado el principio del Spiderman de McFarlane (técnicamente, de los 80, pero ya me entendéis), que hemos visto en el cine a Cable (¡y a X-Force!) y que vamos a ver a Veneno.

Espíritus de Venganza 2 usa

Espíritus de venganza

Tras el cierre de la colección original del Motorista Fantasma en 1983, Johnny Blaze desapareció casi por completo del panorama editorial. En los siete años que quedaban hasta el final de la década, tuvo tan solo cuatro apariciones en sendas series de la editorial: Ka-Zar, Vengadores, Defensores y Estela Plateada. Cuando, ya en 1990, la cabecera fue relanzada, lo hizo con un nuevo piloto a los mandos, Danny Ketch. La serie fue un inesperado éxito de ventas, y en su décimo número reapareció el semi retirado Blaze. Tan bien funcionó la nueva encarnación del personaje que provocó la aparición de spin-offs y series articuladas alrededor suyo en la línea editorial que se conoció como Hijos de la Medianoche. Así, tuvieron serie propia Morbius el Vampiro Viviente, los redentores del Darkhold y los Nightstalkers, Frank Drake, Hannibal King y Blade, otro personaje olvidado que apareció en un total de cinco cómics en toda la década de los 80 y acabó teniendo hasta película propia… y los Espíritus de Venganza.

Los Espíritus de Venganza originales fueron los dos primeros Motoristas Fantasmas, Johnny Blaze y Danny Ketch, que coprotagonizaron una segunda colección. ¿Por qué conformarse con un cráneo llameante cuando podías tener dos por el precio de uno? Con el tiempo se unió un tercero, Michael Badilino, conocido como Venganza, pero eso ya empezaba a ser excesivo.

La guerra a las puertas del infierno

Los nuevos Espíritus de Venganza son un nuevo grupo que se articula alrededor de Johnny Blaze, el Motorista Fantasma de verdad, no ninguna de las pálidas copias que han venido después. Pero no le rodean más cabezas llameantes, sino medio vampiros y demonios de variado pelaje, recordando más a los Hijos de la Medianoche que a los Espíritus originales… que, dicho sea de paso, tenían un nombre mucho más molón que el de la franquicia.

La nueva encarnación del grupo la forman Johnny Blaze, Blade, Daimon Hellstrom y su hermanita Satana. El grupo se ve metido en los sucesos que rodean a la reunión diplomática que tiene lugar una vez cada mil años entre las partes implicadas en la guerra entre Cielo e Infierno. Pero en esta ocasión alguien está intentando interferir, y hay armas nuevas, y ciertas balas de plata que pueden alterar el equilibrio… (¿cielo? ¿infierno? no hace falta decir cuál es la procedencia de esa plata, ¿verdad?)

La cabecera recuperada para Marvel Legacy nos trae ángeles asesinados a balazos, demonios residentes en el Bronx, ladrones de bancos de sangre, rivalidad fraternal demoniaca, mitología nórdica, lanzacohetes sobrenaturales… El nivel de absurdos que se llegan a encontrar en estas páginas no tiene límite. Pero no es “absurdo” en plan sinsentido, sino en plan extravagante, disparatado, y precisamente ahí es donde reside el encanto de esta serie. Es un más difícil todavía constante. A ello ayuda, por cierto, el dibujo hiperbólico de David Baldeón, que mezcla el ambiente sobrenatural con el estilo cartoon que le caracteriza, con una espectacularidad que le viene de lujo al tono exagerado y desenfadado que tiene la historia.

En resumen…

Esta serie funciona más como sondeo de mercado para ver si hay demanda de más historias de los héroes que poblaban el rincón sobrenatural de la editorial hace ya un cuarto de siglo que como historia en sí misma. Es un cómic entretenido y espectacularmente bien dibujado, pero tiene que presentar personajes (aunque Blade y Blaze son de sobra conocidos, Daimon y Satana no lo son tanto), establecer relaciones entre ellos, plantear una historia y resolverla… todo en cinco números. Queda, por tanto, todo bastante superficial, pero aún así funciona razonablemente bien. No pasará a la historia de ninguno de los personajes implicados, pero es un divertimento perfectamente disfrutable que pone el foco en personajes que molan tanto que no debieron caer en el olvido nunca. Y qué demonios, ¡que vivan los 90!