Ya hemos visto publicados en castellano media docena de títulos de la editorial Bad Idea, una de las iniciativas más extrañas que hemos podido ver en el mundo del cómic. A estas alturas, ya nos hacemos una idea -más o menos, que parece que la impredecibilidad es uno de los sellos de la casa- de lo que nos podemos encontrar en los títulos que llevan su logo: historias de entretenimiento sin pretensiones, que pretenden hacer pasar un buen rato al lector y no cambiar el medio o arrasar en los Eisner, con autores más que solventes y de nombre conocido aunque quizás no de primera fila, y de extensión cerrada en un tomo. Lo que hay es lo que ves, no tendremos larguísimas series con crossovers y reseteos varios. Si te gusta, alégrate por haberlo disfrutado, pero no esperes más. Si acaso, busca más obras de los mismos autores. Si ya hicieron algo bueno en el pasado, es muy probable que su nueva obra también merezca la pena. Y como nos gustó mucho El ojo de Odínn, hemos tardado aproximadamente cero segundos en decidirnos a leer la nueva obra de su dibujante, el argentino Tomás Giorello. Con todos ustedes, El escuadrón asesino de monstruos.
El escuadrón asesino de monstruos es exactamente lo que nos esperamos de Bad Idea. El grupo que da nombre a la serie es un equipo de operaciones de élite que entra en acción cuando las fuerzas de la ley se ven sobrepasadas y no pueden hacer frente a cierto tipo de amenazas. Amenazas criptozoológicas. En palabras más de andar por casa, monstruos. En resumen, el Escuadrón Asesino de Monstruos son los tipos chungos, ultraduros y malotes que sacas a la calle cuando hay que patear culos terroríficos. ¿Que suena a un planteamiento tremendamente noventero? Sin la más mínima duda. Estamos ante un grupo de personajes definibles con una frase cada uno, estereotipos andantes que están esperando su momento de gloria para molar. Tenemos la jefa del equipo más dura que darle un cabezazo a una pared de hormigón, la montaña de músculos, el cíborg con armas hasta en las armas y un par de complementos mágicos ante lo sobrenatural.
¿Y a qué tiene que plantar cara este Escuadrón? Pues a todo lo que dé mal rollo y entre en un libro de fantasía/terror. Mitos, leyendas urbanas, monstruos clásicos… Podría parecer que hemos cogido a unos héroes con los que hemos montado algo a medio camino entre los X-Force de Rob Liefeld y la panda testosterónica de Depredador y les hemos soltado dentro de un libro de Stephen King. Y ahí, mamporros hasta el final. Para qué hablar si lo puedes resolver a hostias, que se decía hace tiempo. Hablar queda para frases lapidarias como «los monstruos tienen pesadillas con nosotros».
Pero si los personajes son planos, la trama es lineal y los diálogos son estereotípicos, del dibujo de Tomás Giorello tenemos que hablar en un plano diametralmente opuesto. Cada página de este tebeo es para babear con ella, y la vacuidad de la trama queda disimulada por un ritmo adrenalínico, unas composiciones impactantes aquí y allá y una narrativa dinámica que necesita una historia de estas características. Giorello es, en pocas palabras, el auténtico protagonista de la obra y el argumento para leerla. Si nos flipó en Conan Rey y El Ojo de Odínn aquí no es menos.
La edición de Moztros, en su línea. Una edición física impecable a un precio alto pero en línea de lo que estamos viendo en el mercado en los últimos años para los tomos en tapa dura. Como extras, tenemos una historia corta que aparece a modo de escena a medio de los créditos, dibujada por Juan José RyP, en la que nos cuentan una escena del pasado de Joan Stockard, la jefa del Escuadrón, y que se menciona en las primeras páginas de la historia, y cuatro páginas de bocetos y diseños de personajes.
El escuadrón asesino de monstruos es, en resumen, un entretenimiento ligerito con escasa profundidad tanto argumental como en definición psicológica de personajes, y que gustará a los fans de los tebeos de acción adrenalínica y a los seguidores de Tomás Giorello. Si estás en ambos grupos, ni te lo pienses. Este tebeo está hecho para ti.
