Veinte años hace ya de la primera aparición de Armando Catalano en La marca del diablo, el primer álbum de la serie El Escorpión, una de las principales obras de la carrera del suizo italiano Enrico Marini. Veinte años en los que han visto la luz doce álbumes, el último de los cuales acaba de ser editado por Norma Editorial. Teniendo en cuenta que El mal augurio funciona perfectamente como cierre de etapa en la serie, es un buen momento para echar la vista atrás.
Tras su colaboración en La Estrella del Desierto, el guionista Stephen Desberg y el dibujante Enrico Marini se embarcaron juntos en un nuevo proyecto inspirado por una pasión compartida por ambos: las aventuras de capa y espada. El Escorpión es una declaración de amor al género desde su mismísimo principio: Armando Catalano es el nombre de nacimiento de Guy Williams, el actor que interpretó al Zorro en la serie de televisión de 1957. Así, nos iremos encontrando a lo largo de toda la obra con prácticamente todos lugares comunes del género: protagonistas carismáticos y atractivos, romances, secundarios simpáticos, intrigas políticas varias, traiciones y retraiciones, pasados misteriosos, acción a raudales, antagonistas malvados… todo ello plasmado gráficamente de una forma impecable por Marini.
La idea detrás de esta obra es un clásico que se ha visto en multitud de géneros y en teorías de la conspiración del mundo real: un reducido grupo de personas controla el destino de la humanidad desde tiempos inmemoriales. Ya sea el Club Bilderberg, los Illuminati -los de Marvel o los del mundo real- o el Trust de 100 Balas, la idea del gobierno en la sombra es muy potente. En El Escorpión este concepto se materializa en la forma de nueve familias que controlan todo desde los tiempos del Imperio Romano. En el S.XVIII, el representante de una de ellas es, además, un alto cargo dentro de la Iglesia Católica, que es utilizada como una forma más de control sobre el pueblo. Tenemos así en el Cardenal Trebaldi el Richelieu de turno.
Armando Catalano es un pícaro espadachín con un toque a lo Indiana Jones: se gana la vida rastreando reliquias de santos y vendiéndoselas a beatas ricas, y molando todo lo que se puede molar, estética y verbalmente, por el camino. Además, es un personaje con un pasado traumático: tiene una marca de nacimiento en la espalda con la forma de un escorpión -de ahí su nombre-, que unido al hecho de que su madre muriera quemada en la hoguera por hereje le da un trasfondo misterioso que hace que queramos saber más de él. ¿Y llegamos a saber? Oh, sí, tras un par de sorpresas argumentales, a lo largo de la serie queda todo perfectamente aclarado.
Bueno, quizás no todo. Sí es cierto que las tramas principales a las que se lleva dando vueltas -con alguna que otra cabriola argumental- desde el primer tomo quedan cerradas en El mal augurio, pero quedan suficientes cabos sueltos como para poder seguir editando más entregas una buena temporada… lo cual es exactamente lo que ha decidido hacer Stephen Desberg: Aunque Marini ha dado por concluida esta serie, el guionista sigue con ella, habiendo editado un decimotercer tomo un año después de el que acaba de llegarnos en castellano. El nuevo dibujante, por cierto, es Luigi Critone (Siete psicópatas, La rosa y la cruz), y viene apadrinado por el propio Marini. Difícil papeleta tiene sustituyendo al cocreador de la serie, que además resulta ser uno de los autores más populares de la BD francobelga y en el que es posiblemente el mejor trabajo de toda su carrera. Merece la pena que os recreéis en cualquiera de las escenas de acción. El nivel al que ha llegado este hombre es para quitarse el sombrero.
El mal augurio ha llegado después de un largo parón de más de cinco años, con lo que antes de sumergirse en su lectura es recomendable aprovechar y releer la serie desde el principio. Así, nos reencontramos con una apasionante historia de casi seiscientas páginas que, si eres fan del género, te mantendrá horas con la boca abierta. Si aún no lo has leído te diría que empieces a recuperar álbumes, que es una de las mejores obras que ha dado el cómic europeo a lo largo de este siglo. Aunque también existe la posibilidad de que Norma recopile toda la etapa Marini en dos integrales como los de La Mazmorra. Sea como sea, lee El Escorpión. No te arrepentirás.