Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de la Siesta!!! – Sobrevivir a Expocómic 2011

Hola niños y niñas. Como no podía ser de otra manera, otro año más, se celebra en Madrid el salón del cómic, Expofriki, mal llamado Expocómic por los profanos.

Tras muchos años de visita ininterrumpida, deambular por sus stands y eventos, conocer a la fauna que cohabita por sus esquinas, este año Es la Hora de la Siesta!!! Sección Educación para la Ciudadanía ha realizado un estudio exhaustivo para poder entender y desarrollar un ensayo de utilidad (y supervivencia) para todos aquellos que tengan intención de pasar un agradable rato en tan magno evento relacionado con las viñetas.

Antes de nada, hay que señalar que la media de edad de los habituales a este tipo de congregaciones de gente, oscilan entre los 14 y 20 años, para dar un salto generacional hasta los 45-50 años. Las edades comprendidas entre medias, son unos meros espectadores, la mayoría perdidos entre estas dos jaurías de edades.

Es muy común ver a padres, y alguna madre (obligada o despistada) llevar a sus hijos pequeños a este tipo de eventos, normalmente ataviados de coloridos disfraces o camisetas a juego, en un intento de crear nuevas generaciones de aficionados, que siempre terminan con sollozos y bostezos por la apatía que terminan presentando hijos y madres.

Padres, una puntualización. Cuando vas disfrazado de Obi Wan, y tus hijos van disfrazados de un Lord Sith, será por algo. Ahí lo dejo caer.

Hace unos años, se pudo de moda, no se dónde, llevar un cartelito, cuyo mensaje era “Doy abrazos gratis”. Bien. El primer año, hizo gracia. El segundo año, también, aunque menos. A partir del tercero, se ha vuelto molesto.

Muy molesto.

Demasiado diría yo.

Aunque siempre hay quién quiere evolucionar o ser original. Al chico que el año pasado llevaba un cartelito que ponía “Por un Euro, me dejo dar una hostia”, solo quiero comentarle, que el sábado voy a llevar dos billetes de cien euros. No necesito que me proporcione cambio.

Un llamamiento a todos aquellos adolescentes que desde el viernes se desviven por estar a todas horas en el recinto de Expocómic: CAMBIAROS DE ROPA Y DUCHAROS. No pasa absolutamente nada por ir a Wikipedia y buscar la palabra Higiene Personal; en el caso de no entender su definición, preguntar a vuestros padres o profesores. Tampoco pasa nada por no repetir camisa días tras día; antes de salir de casa pasad por la ducha y después un poco de colonia (no mucha, un poquito), para rematar con una pasadita de desorodante.

No hay necesidad de combinar el olor del Ramen con el sudor de miles de adolescentes para darse cuenta que estás en un salón del cómic. A lo que me lleva al siguiente punto.

Estos eventos son un lugar perfecto para reunirse, charlar, pasar el día o el rato, tirados en el suelo, en comunidad. Está muy bien. Pero en la puta calle. Salid a la puta calle majetes, dejad de molestar a todos aquellos que quieren pasear o enseñar esos disfraces realizados con rollos de papel de cocina y telas viejas tan bonitos. Lo bueno que tiene estar en la puta calle, es que podéis hacer un macro botellón y así relacionaros con otras personas y dejar de joder, sin molestar a esos padres que hacen pasar vergüenza ajena a sus hijos. Y a mi, todo sea dicho de paso. So cabrones.

Es muy común en estos eventos ver adultos disfrazados de mamarrachos. Algunos, incluso, llevan su rostro tapado. En el caso de encontrar alguno de estos personajes disfrazados, por ejemplo, del Monstruo de las Galletas o Bob Esponja, posiblemente no contratados por la Organización, por favor avisad a seguridad de inmediato.

Desde que existe internet, han surgido una serie de seudo especialistas del cómic, los blogueros, capaces de ensalzar un tebeo europeo frente a otro género, cómo realizar tediosos artículos sobre lo maravilloso que sería volver a escribir y dibujar esos tebeos de décadas pasadas, ya sabéis, tebeos de los cuarenta, cincuenta y sesenta, o defender esa mierda que es The New 52 de DC. Si veis algún bloguero por el recinto, apartaros de su camino, y por favor, avisad a seguridad.

Uno de los puntos fuertes de estos salones, es la venta de tebeos antiguos a coleccionistas desesperados por completar sus colecciones. También es cierto que estamos en un periodo difícil, en un retroceso económico. Yo digo a estos intrépidos coleccionistas, que vayan a comprar y que regateen a los libreros. Con un par. Que ponen los tebeos antiguos, mal conservados, con rotos pegados de mala manera con celo, a precios prohibitivos. En el caso que se nieguen a regatear, pues no pasa nada, dices que en internet se encuentra de todo, a mejores precios, e incluso, gratis. Ahí queda eso.

Existe una clase de visitante muy característico no solo por su número, o su estrafalaria indumentaria, el Otaku o Mangaka. La gran mayoría son falsos. Descargar de la mula episodios de Naruto en japonés mal subtitulados o saber quién es Akira Toriyama no te hacen aficionado al cómic japonés. Tampoco decir a todas las pobres chicas que hay a su alrededor, que solo se excitan con ellas por que son parecidas a las protagonistas de las páginas que hojean de un tomo de Hentai. Tampoco son otakus por comer un cuenco de Ramen.

Respecto a los autores invitados, muy pocos tratan de relacionarse con el público, o con los medios especializados en general. En el caso de toparos con alguno, olvidaros de pedir un dibujito de Supergirl. Ellos lo que realmente quieren es adulación y veneración, hablar de si mismos y de lo buen artista que es, pero que desde su editorial lo único que hacen es entorpecer su carrera con tebeos horrorosos, que por otra parte, pagan la hipoteca. Un buen peloteo durante horas tiene como resultado un estupendo dibujito todo detallado del personaje que el autor le venga en gana.

Para finalizar. Todos aquellos que piensan que un salón del cómic es un paraje virgen sin explotar para ir a ligar, quedaos con la palabra que empieza con V y la frase de por vida.

Con estos consejitos, Es la Hora de la Siesta!!! les desea de todo corazón un feliz Expocómi…perdón, Expofriki.