Llevamos ya oyendo hablar muchos años de Medicina Gráfica, y siempre que uno piensa en ello, lo primero que se le viene a la mente es una obra dramática en la que los síntomas de la enfermedad equis dificultan la vida del paciente y de sus familiares. Pero, si me permitís el oxímoron, no solo de enfermedades vive el hombre. Y es que la obra que hoy analizamos, Entre enfermeras, publicada por Fandogamia, es tan Medicina Gráfica como puede ser Arrugas o Una posibilidad entre mil. Al igual que una de las últimas publicaciones de la gran F catalogadas en esta categoría, El duelo, o el caso de Fuerte y frágil, surge de las publicaciones en redes sociales de su autora que hasta ahora había ido colgando tiras en sus perfiles.
El caso de María Jiménez, @entrenfermeras en Instragram y Twitter, es el de una enfermera de urgencias que utiliza el dibujo como herramienta para desahogarse de las cosas que le suceden en su día a día con pacientes, compañeros o superiores. En sus tiras vemos cualquier jornada habitual de una enfermera hospitalaria, mayoritariamente en el servicio de urgencias, pero que podría extrapolarse al de cualquier planta de otro servicio. Las tiras tienen un tono eminentemente cómico, aunque muchas de ellas esconden bastante crítica y desahogo por muy divertidas que nos puedan resultar a los lectores.
Eso sí, como la intención original de la autora era colgarlas en sus redes sociales, gran parte de ellas están dirigidas fundamentalmente a compañeros del gremio, y habrá algunos «chistes privados» que los muggles no-sanitarios no entendáis. No temáis, no son muchos y la mayor parte de las tiras las vais a poder disfrutar igualmente, pero tengo que reconocer que siendo sanitario he disfrutado aún más algunos chistes y me he sentido muy identificado con muchas de las situaciones planteadas. Eso sí, viviendo como vivimos en los tiempos de la ofensa fácil, recomiendo se abstengan a la lectura aquellos con piel fina que no entiendan que hay situaciones en que los sanitarios soportamos mucho (imagino que igual que cualquier profesión cara al público) y las tiras no buscan más que sacar el lado cómico de la situación, y no reírse de nadie concreto.
Es más, las tiras no satirizan exclusivamente con pacientes, sino con los propios compañeros de trabajo, con ese catálogo de tipos de enfermera que me ha hecho soltar una culpable carcajada, igual que con alguna simpática pulla a los especialistas o la publicidad de la Barbie supervisora de planta. En este tipo de cosas es donde tiene especial sentido eso que decía de los chistes internos para los que sabemos cómo funciona un hospital, pero imagino que desde fuera no debe haber demasiada dificultad para entenderlo igualmente.
El dibujo de Jiménez es muy amable y agradable, y no puede esconder su influencia por el manga/anime, con expresiones muy exageradas, líneas cinéticas y bocadillos de formas picudas que ilustren el tono de voz más alto. El color busca también ilustrar ese tono buenista, con paletas repletas de colores pastel muy sutiles y agradables de ver. No voy a negar que hay alguna tira un poco «asquerosilla» con fluidos corporales fuera de sitio, heridas y demás, pero aquellos con estómagos sensibles pueden estar tranquilos, que no se acercan en ningún momento al gore.
En definitiva, Entre enfermeras me ha parecido un libro de tiras cómicas que ilustra con buen humor y elegancia la vida de una enfermera en un servicio de urgencias hospitalarias. Con un equilibrio muy adecuado entre sátira, elegancia y crítica, es de esas lecturas que te dejan con una sonrisa en los labios y que, incluso sin ser sanitario, te da esa percepción de complicidad y buen rollo con sus protagonistas. Jiménez sigue publicando tiras en sus perfiles sociales por lo que no sería descartable una segunda entrega de las aventuras de esta enfermera de urgencias en su día a día. Como siempre, la relación de precio por número de páginas de los titulos de Fandogamia tienen poca competencia en el mundillo comiquero actual.
Lo mejor: Tiras muy divertidas que dan una visión muy certera del trabajo de una enfermera de urgencias. Dibujo muy agradable.
Lo peor: Tener la piel fina y llevar mal la sátira. Algunos chistes los vas a comprender mejor si eres sanitario.
