Hace ya tres años que Planeta Cómic comenzó a editar las adaptaciones de Gou Tanabe sobre las obras de H.P. Lovecraft con Las montañas de la locura. Puede ser que entonces necesitáramos presentación de este mangaka, dado que en España apenas había tenido dos incursiones: Mr. Nobody y una primera avanzadilla a su homenaje al maestro de Providence con El Sabueso, que no terminó de fructificar. Sin embargo, En la noche de los tiempos es ya el sexto de sus trabajos publicados por Planeta Cómic y, tras El color que cayó del cielo, La sombra sobre Innsmouth, La llamada de Cthulhu y El morador de las tinieblas — y con dos títulos más programados próximamente —, podemos decir bien tranquilos que Tanabe está completamente asentado por nuestros lares.
A estas alturas, dedicar espacio a las biografías y bibliografías de Tanabe o Lovecraft no tiene mucho sentido siendo ya la quinta vez que se pasan por esta web de estas adaptaciones al manga y además al maestro de Providence ya le dedicamos incluso su propio podcast. Tal vez no merecería la pena ni ahondar en el ciclo de los mitos de Cthulhu, ya que todos y cada uno de los títulos de Tanabe que ha publicado Planeta Cómic forman parte del mismo. Sin embargo, pese a que no es el último relato de los mitos — ese honor lo tiene El morador de las tinieblas —, casi podríamos decir que En la noche de los tiempos es el relato definitivo del ciclo, el que captura todo lo que se había venido plantando en torno a esta mitología.
En la noche de los tiempos fue publicado por primera vez en Astounding Stories en junio de 1936 y, aunque casi todo el resto de relatos de los mitos fueron publicados en otra cabecera, Weird Tales, tanto los seguidores de Lovecraft como los de la propia revista ya conocían su cosmogonía, ya que años antes había albergado En las montañas de la locura. De este modo, quien llega aquí ya ha leído sobre gigantes ancestrales dormidos, civilizaciones alienígenas prehumanas, ensoñaciones, viajes en el tiempo, transferencia de consciencias, el Necronomicón, manuscritos encontrados y ya ha descendido a la locura un buen puñado de veces en uno u otro relato. Lo peculiar de En la noche de los tiempos es que concentra todos y cada uno de estos lugares comunes del universo lovecraftiano en un solo relato y adaptados en estas 360 páginas de manga de Gou Tanabe.
Comenzamos en flashforward en medio un insólito paisaje en el yermo australiano, muy similar al que nos encontrábamos en los inhóspitos hielos de Las Montañas de la locura, para presentar a Nathaniel W. Peaslee, un catedrático de economía y padre de familia que, de un momento para otro, comenzará a sufrir una serie de ataques, visiones y episodios de amnesia además de un espontáneo y creciente interés por los estudios ocultos. Finalmente todo le desembocará en la expedición australiana de la universidad de Miskatonic que veíamos al principio, donde terminaremos descubriendo la horrible verdad tras todo esto.
Nos toparemos de nuevo con esas ciudades perdidas de arquitecturas imposibles en lugares escondidos, dentro de esa idea de inmensidad del mundo colonial de principios del siglo XX, un mundo aún desconocido que se presentaba exótico y misterioso, casi por encima de los límites de la comprensión del ser humano y domesticado de la civilización occidental. Sería este un sentimiento de la época que entroncaba directamente con la idea de horror cósmico de Lovecraft, que dejaba en evidencia la insignificancia de la humanidad ante la vastedad de los horrores que encerraba el universo.
Tanabe acierta de nuevo con esa habilidad que mencionamos en adaptaciones anteriores para dar forma a lo informe de la prosa Lovecraft, plagando su imaginería de detalles con ecos de civilizaciones aún hoy en día enigmáticas, jugando con la escala, el barroquismo y la planificación en panorámica para transmitir en imagen lo que Lovecraft dejaba entre líneas.
Tanabe juega además con el fondo de las páginas alternando el blanco convencional con el negro en los momentos de flashback, ensoñaciones y resto de elementos más sobrenaturales, preservándose con esto un pequeño retruécano final.
Pero sin duda el punto fuerte y más característico de este mangaka son las miradas, esas miradas a cámara completamente perturbadoras con esos ojos de pupilas perdidas. A menudo, no sabemos si los ojos que dibuja Tanabe son un manierismo o una deformación terrorífica de la idea de los ojos azules o verdes occidentales, que recordemos que en Japón se consideraban en el pasado como algo monstruoso. En cualquier caso, son esas miradas las que nos llenan de esa constante sensación de desasosiego, incluso cuando al principio todo parece idílico en la familia Peaslee en su hogar de Massachusetts, lo cual es aún más inquietante. Pero es que estas miradas son parte de ese acting que en una historia como esta es crucial, ya que el terror no está tanto en las formas viscosas o en la oscuridad de las viejas cámaras, sino en el miedo que vemos reflejarse en los personajes. Sólo percibimos el alcance de lo terrible que está sucediendo a través del descenso a la locura y el pánico reflejado y es que aquí está una de las mayores genialidades de Tanabe. Dado que jugamos a contar con dibujos, no nos podemos permitir la trampa de Lovecraft de dejar la imagen a la imaginación del lector, pero si queremos trasladar ese terror que va más allá de lo que se nos cuenta, de lo que podemos ver, hay que dejar esa parte incognoscible e informe en el interior de los personajes y dejar que nos permee a través de ellos. No es tanto el terror que se muestra como el que se siente. Son sus expresiones faciales y sus miradas las que nos hacen adivinar por empatía ese terror más allá de lo que se pone en plano.
Y es que han pasado casi 100 años desde que se publicó este relato muy conocido ya por millones de personas, pero sin duda tiene que ser perturbador que alguien se encuentre por primera vez con esta historia y se vea envuelto en desentrañar la enigmática naturaleza de todos estos extraños episodios que está sufriendo el protagonista. En la noche de los tiempos es el relato total de los mitos de Cthulhu, el Endgame donde confluyen todos los elementos que se nos han presentado por separado en otros relatos. Incluso hay casi algo así como un crossover con Las montañas de la locura y, sin embargo, se puede leer de manera completamente autocontenida. Si sólo puedes leer un relato de Tanabe adaptando los mitos de Cthulhu, debería ser En la noche de los tiempos y, si vienes de los anteriores, este viene a ser algo así como el gran colofón final y tal vez el mejor hasta la fecha de los que ha publicado Planeta Cómic.