La historia de Elisa Sánchez y Marcela Gracia ha pasado a la historia por haber sentado el precedente de ser el primer matrimonio homosexual registrado en España. Sucedió en junio de 1901 en La Coruña y, evidentemente, una de las dos contrayentes, tuvo que hacerse pasar por hombre en aquel matrimonio, puesto que en aquellos tiempos no estaba permitido el matrimonio entre personas del mismo sexo. Poco a poco la historia, que pudo haber quedado en el anonimato de no haber descubierto el engaño, ha ido ganando relevancia y convirtiéndose en uno de los estandartes del movimiento LGTBIQ+. La directora Isabel Coixet también adaptó esta historia a una película para la plataforma Netflix en el año 2019. La Cúpula traduce ahora al castellano la obra que realizó la autora gallega Xulia Vicente por encargo del Consello da Cultura Galega con motivo de la celebración del Día del Orgullo LGTBI+ en el año 2020.
Para quien no conozca la historia, Elisa y Marcela fueron dos maestras que se conocieron durante los estudios en La Coruña y acabaron enamorándose. La familia de Marcela envió a la joven a estudiar a Madrid pero meses después acabarían volviendo a coincidir en las pequeñas poblaciones rurales donde ejercían como maestras, y decidieron que Elisa cambiaría su aspecto e identidad a la de Mario, un supuesto primo de Elisa, y acabarían contrayendo matrimonio en la capital gallega. Al volver a la población de Dumbría, los vecinos reconocieron a Elisa y tendrían que acabar huyendo de la justicia.
La adaptación de Xulia Vicente de la historia está muy bien documentada, hasta el punto en que se incluyen portadas de periódicos reales de la época, y la autora especifica todas las fuentes de información consultadas para realizar la obra. En todo caso, reconoce la falta de información que existe al respecto y que ha tenido que completar algunas partes de la historia de manera ficticia con un fin de dar empaque al relato. No obstante, y entendiendo que se trataba de una obra de encargo para un fin concreto, la historia se me ha quedado tremendamente corta. La historia de Elisa y Marcela daba para mucho más de las 36 páginas que contiene esta edición y, viendo el fabuloso trabajo que ha hecho Vicente, la sensación que queda, tras el disfrute, es de frustración por no haber podido leer una novela gráfica con mucho más detenimiento, desarrollo y no tan excesivamente condensada. Me habría encantado que La Cúpula hubiera apostado por encargar una versión ampliada como hiciera Astiberri con Us, o Fandogamia con Me das ansiedad.
Porque el dibujo de Xulia Vicente es cuidado, con un inteligente tratamiento del color asignando ciertas paletas a momentos concretos o cambios temporales, y con unas composiciones de página que funcionan a las mil maravillas. La cuidada documentación de la ropa de la época, y el tratamiento de personajes es fabuloso, y se incluyen también a modo de extras en las guardas de la contraportada algunos bocetos y diseños.
En definitiva, Elisa y Marcela es una obra que deja con ganas de más. Una sensación muy agridulce, porque el material incluido en esta edición es enormemente disfrutable, pero deja un poso de impotencia por no haber podido disfrutar de una obra mucho más desarrollada, no tan excesivamente condensada. En todo caso, Xulia Vicente realiza un trabajo magnífico de documentación y el dibujo consigue crear atmósfera, ambientar y transmitir esos momentos de intimidad con una delicadeza increíble.
Lo mejor: El trabajo de Xulia Vicente es rotundo y no admite apenas peros.
Lo peor: Excesivamente condensado, habría ganado mucho más con un desarrollo mayor.