Es la hora de las tortas!!!

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ELHDLT Entrevista a Tim Sale en Expocomic

El pasado mes de diciembre asistimos a Expocómic y tuvimos la fortuna de coincidir con el dibujante Tim Sale, que tuvo la amabilidad de dedicarnos diez minutos para contestar a una improvisada batería de preguntas. Lamentablemente, las condiciones no fueron las más adecuadas: la organización de Expocómic sólo nos pudo proporcionar una salita con un continuo ir y venir de personas, una puerta con una desagradable escasez de aceite lubricante y un par de sillas de plástico. Nada que ver con la exquisita organización de Ficómic en el Saló del Cómic de Barcelona. Pese a todas las incomodidades, nos pertrechamos de cámara y grabadora y sometimos a Tim Sale a este pequeño cuestionario:

Tim, ¿es tu primera vez en Madrid?
Mi segunda vez.

¿Cuándo fue la primera vez?
2003, para el Expocómic.

El año pasado estuviste en Barcelona, recuerdo.
Sí, así es.

Primera pregunta: ¿Por qué empezaste a dibujar cómics?
Porque me encantaban cuando crecía. Siempre supe que me gustaba mucho dibujar. La gente me animaba, y desde muy joven no es que estuviera determinado, pero sí creía que me dedicaría a esto cuando creciera. Tendría trece o catorce años.

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¿Cuáles fueron tus principales influencias cuando empezaste? ¿A quién te hubiera gustado parecerte?
He cambiado mucho a lo largo de los años. Tal vez John Buscema, también Jim Steranko, Neal Adams, Barry Smith durante un tiempo.

Pero tu estilo actual no tiene nada que ver con el de Adams, o…
No. A veces con el de Buscema, en algunas cosas. Pero he tomado cosas de muchos sitios, como los ilustradores americanos clásicos, por ejemplo Norman Rockwell. Pero también, cuando crecía, de los tebeos de la Warren, Eerie, Creepy y Vampirella, fueron grandes influencias. Soy daltónico, así que los tebeos en blanco y negro eran muy emocionantes para mí. Alex Toth fue una gran influencia, lo descubrí en Creepy y Eerie. También Blazing Combats. Posteriormente, cuando las obras de autores europeos se hicieron más accesibles en Estados Unidos, descubrí a Moebius en Heavy Metal. Y después, hay un artista aquí, en Expocómic, Rubén Pellejero, que también descubrí en los EEUU, en Heavy Metal, que me encanta. Y tuve la suerte de poder conocerle aquí, en un encuentro. También Juanjo Guarnido, con su Blacksad.

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¿A qué te habrías dedicado de no ser dibujante de cómics?
Habría sido artista, de alguna otra forma: publicidad, tal vez animación…

Cualquier cosa relacionada con papel y tinta.
Sí, exactamente.

¿Dónde te gustaría irte a vivir al jubilarte?
¡Buena pregunta! No estoy seguro. Ahora vivo en Los Ángeles, pero nací y me crié en Seattle. Echo de menos Seattle, pero no me jubilaría ahí. Tal vez en algún lugar cálido…

Los Ángeles estaría bien…
No, es demasiado cálido (risas), y no me gusta la ciudad. En alguna otra lugar. Barcelona, tal vez. Una ciudad preciosa. Mi lugar favorito de los que conozco en España.

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¿Quién es tu mejor amigo en la industria del cómic y con quién te gustaría llevarte mejor?
Mi mejor amigo es Jeph Loeb. Con quién me gustaría llevarme mejor… es complicado, pero quizás sería Darwyn Cooke.

Tenéis unos estilos muy similares.
Él tiene un estilo más “cartoon”. Los dos enfocamos de la misma manera cómo sentimos los personajes, pero la forma en que dibujamos es diferente. Pero hay algunas similitudes en otros aspectos.

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¿Cómo surgió lo de Héroes?
Jeph Loeb conocía a Tim Kring (creador de la serie) desde hacía muchos años. Jeph me llamó y me dijo que Tim había escrito un guion y que quería unas ilustraciones para acompañarlo. Hice esas ilustraciones, hablé con Tim y me pidieron si podía hacer pinturas para la serie. Dije que no podía pintar, porque soy daltónico, pero que podía enseñarles cómo hacía los coloreados. Catwoman: Si vas a Roma o Daredevil: Yellow son en blanco, negro y gris. Los escaneo y los coloreo con el ordenador. Y luego se imprimen en un lienzo. Les enseñé cómo lo haría y dijeron que de acuerdo.

Lamentablemente, tenemos que cortar la entrevista prematuramente porque Tim tiene que coger el metro de vuelta a la ciudad. Para terminar, proponemos a Tim que se atreva con nuestro “Desafío de un minuto” y, cómo no, el resultado no podía ser otro:

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Y, de vuelta a casa, volvemos a coincidir con Tim en las escaleras del Metro Tribunal. Y seguro que sólo nosotros sabíamos quién era.