Es la hora de las tortas!!!

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El tebeo favorito de… Samu (Rantifuso): Generación-X

Hola niños y niñas. Este mes nos visitan los mutantes, más concretamente la cuarta generación de estudiantes del Instituto Xavier de mano de Samu, componente de Rantifuso y colaborador de La Parada Magazine, las revistas Fanzine Digital, Nintendo Acción desmenuzando sobre videojuegos, y en Rock Zone versando sobre cómics, además de ser el creador de El Niño Cabrón, que lo dice él, no lo digo yo.

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Seré mundano, raso y, en definitiva, sincero, porque uno de mis tebeos favoritos de todos los tiempos es, sin duda alguna, Generación-X, la alternativa noventera a los Nuevos Mutantes de Claremont, firmada por Scott Lobdell y Chris Bachalo. Esta colección me tocó de lleno. Fue una de las primeras series de mutantes que seguí fielmente, mes a mes, por ello el recuerdo de esos viejos tebeos de Forum evoca en mí ecos de un tiempo pasado que, si no era mejor, por lo menos sí era más refrescante.

Junto con la serie de animación de los X-Men, Generación-X de Lobdell surgió a mediados de los noventa para llenar un vacío creativo y emocional. Daba igual que hubiera habido una Segunda Génesis de La Patrulla-X o unos Nuevos Mutantes, éstos eran la nueva generación de personajes que cubrirían de gloria el futuro de la Academia de Jóvenes Extraordinarios.

Presentados en la saga La Alianza Falange dentro de las páginas de X-Men y la Patrulla-X, este grupo de personajes nacía con la intención de ser el nuevo relevo adolescente, tan de moda por aquella época (recordemos que Image presentaba casi al mismo tiempo su Gen 13). El mayor impacto en la presentación de estos hormonados jovenzuelos mutantes vino de la mano de Destello, la primera baja del grupo, sabiamente recuperada en La Era de Apocalipsis (con Joe Madureira a los lápices), y años después en la colección Los Exiliados.

Chris Bachalo, el artista encargado de dar forma a esta nueva colección, era un sopapo directo en cada página que dibujaba. Entrenado en la Distinguida Competencia, era el dibujante ideal para crear esa mezcla de horror y esperanza que representaban los miembros de la serie (Pellejo, Cámara o Penitencia son los ejemplos más claros de la torcida imaginación de Bachalo). Hay que decir, de todas formas, que de un trazo sobrio y elegante en los primeros números pasó a un estilo bizarro y recargado en la perturbadora La Era de Apocalipsis que potenciaría desde entonces y que se ha convertido en su firma habitual a la hora de trabajar.

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Daba la sensación de que Scott Lobdell, en todos los números que escribió, no sabía qué puñetas hacer con estos personajes, pero eran suyos y no los maltrataba tanto como a los habitantes de la Mansión; además, la serie estaba plagada de tramas que nunca se cerraban, pistas falsas… lo habitual en los noventa y que apenas importaba en esta serie, o al menos, a mi no me supuso ningún problema para disfrutarla.

Sumado al vaivén de tramas, Generación-X recuperó a una reformada, seductora y fría Reina Blanca en el papel de educadora, retomando el rol que desempeñó con Los Infernales y, tal vez, sembrando la semilla de lo que luego Morrison haría con ella en New X-Men. La contrapartida masculina del profesorado vendría de la mano de Banshee, el irlandés por antonomasia de La Patrulla-X, que pasaba a formar parte estable de un grupo después de años dando tumbos de un lado a otro.

Si tengo que remarcar un número de toda la colección, incluyendo los números tras la marcha del tándem creador, este sería el número 21 del volumen 2 de la edición Forum, el correspondiente al 25 USA. La serie entraba de pleno en el crossover Tolerancia Cero y se armaba la de Dios es Cristo. Bachalo llenaba las páginas de bofetones industriales y Tom Cassidy el Negro daba un miedo del copón. Se supone que también moría un personaje del equipo, pero bueno, luego aprendí que la muerte no es algo que se suela respetar en la Casa de las Ideas.

Esta serie, como muchas otras de aquel entonces, traía añadidos que completaban la revista; los correos eran una cita ineludible que se disfrutaban de mala manera y Generación-X incluía, en particular, una sección llamada Primer Nivel escrita por Enrique Santamaría sobre temas sociales en sus primeros años de vida.

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En el tiempo que se publicó la serie apenas ocurrieron cosas importantes en mi vida, aunque recuerdo aquellos años con gran cariño. Puede que incluso los tebeos de entonces fuesen más divertidos. Los tebeos Marvel de ahora sólo sirven para que los fans nos enfademos con los editores por lo que estos les hacen a nuestros personajes, para hacer películas basadas en ellos y para hablar en las tertulias de gafapastas sobre si se trata de “cocina de primer nivel” o “subproductos” para el populacho.