En esta semana de Halloween había que publicar como fuera al menos una reseña de algún tebeo de terror. Vale que ya somos mayorcitos y no nos fascina esta festividad como a los niños pequeños, ni la utilizamos como justificación para una fiesta macarra y pasada de vueltas como los veinteañeros, pero cualquier excusa es buena para visitar un género que tan buenos momentos nos ha dado a lo largo de nuestra vida. Así que había que buscar algún tebeo con alguna de las criaturas clásicas del género, y a poder ser, con un toque de humor. Y resulta que en la pila de lecturas pendientes tenía el tebeo perfecto: El Sargento Rock contra el Ejército de los Muertos. Vamos con él.
A estas alturas, no hace falta presentar al Sargento Rock. La creación de Robert Kanigher y Joe Kubert es uno de los personajes de cómic bélico más importantes de la historia, y sin duda alguna el principal del género en DC. Aunque su continuidad es confusa, como corresponde a la mayor parte de los personajes de la Edad de Plata de DC, se ha contado en alguna ocasión que el Sargento Franklin Rock es la última víctima de la Segunda Guerra Mundial, muerto por la última bala disparada por el ejército enemigo. Pero es un personaje que mola demasiado como para dejarle caer en el olvido. Desde el cierre de su primera serie a finales de los 80, ha ido volviendo periódicamente, en historias dentro de continuidad del Universo DC (como Crisis en Tierras Infinitas o Mundos en Guerra), alguna de Vertigo (Sargento Rock: Entre el infierno y algo peor) o la macarrada que nos ocupa hoy.
El Sargento Rock contra el Ejército de los Muertos nos lleva al conocido personaje y su Compañía Easy al entorno para el que fue creado: la Segunda Guerra Mundial. Pero una versión alternativa del conflicto en la que los nazis han conseguido reaprovechar sus soldados muertos para crear un ejército de zombis gracias a descubrimientos científicos loquísimos de serie B. El tema es que los zombis son mucho más duros que los humanos normales, y si Hitler consigue hacer un batallón de estos monstruos (zombis y nazis, no se puede ser peor bicho) tiene auténticas posibilidades de ganar la guerra. Así que la misión de Rock y compañía no es tanto acabar con los zombis sino inflitrarse en la fábrica donde los hacen y cortar el suministro desde el principio.
Uno de los principales atractivos que tiene esta serie es el guion de Bruce Campbell. A priori, uno podría pensar que estamos ante la típica obra para la que se ha contratado a un famosete cualquiera para que ponga el nombre y la haga otro tipo, pero hay detalles en la biografía del actor que nos hacen pensar que puede estar más implicado de lo que se podría esperar. Campbell ha escrito varios libros, alguno de ellos best sellers de la lista del New York Times, guiones para películas, y ya tiene experiencia previa en el medio del cómic, en las series The Hire, derivada de una serie de cortos producida por BMW, y Man with the Screaming Brain, adaptación de la película escrita y dirigida por él mismo. Si ha hecho un guion técnico completo o se ha limitado a darle un argumento al estilo Marvel al dibujante, el muy capaz Eduardo Risso, y luego ha escrito los diálogos con las páginas terminadas, eso es algo que sabrán los implicados en el proceso. La sección de extras de este tomo se limita a portadas alternativas, por autores como Francesco Francavilla, Ben Templesmith o Evan “Doc” Shaner, que se unen a las originales de Gary Frank.
Sobre el dibujo, el mencionado Eduardo Risso es el responsable de que esta historia, divertida pero bastante vacía y alargada, funcione. La verdad es que lo que tenemos entre manos se limita a presentar la historia y encadenar escenas de acción y humor hasta llegar a la conclusión. Con un artista menos dotado, podría haberse hecho tremendamente pesada, pero Risso consigue hacer que la historia sea tremendamente divertida y de ritmo ágil. ¿Terror? Pues más bien poco. Por mucho que viera la luz originalmente en el sello DC Horror (donde también salieron Fontanero de almas y los tebeos de Expediente Warren), no hay que perder de vista que estamos ante un tebeo de zombis nazis. Es más cómico y de acción que terrorífico, la verdad.
Como curiosidad, la editora original del tebeo es Katie Kubert, la nieta de Joe Kubert, cocreador del personaje.
El Sargento Rock contra el Ejército de los Muertos es un entretenimiento ligero, que gustará a los que disfrutaron macarradas como Iron Sky o, por supuesto, Zombis Nazis. No es ni de lejos una historia que pasará a la historia como un de los tebeos clave del personaje, y quizás se pudiera haber contado sin problemas en la mitad de extensión o incluso menos, pero el buen hacer de su dibujante ha salvado un tren que podría haber descarrilado en condiciones menos favorables.
