Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

El prolongado sueño del sr. T

El prolongado sueño del sr. T
Guion
Max
Dibujo
Max
Formato
Rústica con solapas. 17,1 x 24 cm. 84 páginas. Blanco y negro
Precio
12,90€
Editorial
La Cúpula . Septiembre de 2024
Edición original
Serializado originalmente en El Víbora

Los sueños tienen algo fascinante. No sólo son historias que generamos de un modo completamente inconsciente, sino que, por delirantes, inconexos y llenos de sinsentidos que puedan estar fuera de la lógica del propio sueño, dentro todo encaja. Vienen encapsulados con su propio código y nos llevan a donde ninguna otra historia podría llegar. Es por eso y por su capacidad para acarrear relatos subyacentes, que los sueños y su peculiar funcionamiento son un apoyo recurrente en la ficción. Y cuando es un autor como Max quien recoge este testigo, el resultado es un cómic como El prolongado sueño del sr. T.

La Cúpula devuelve a las estanterías de las librerías esta obra que ya tiene casi 30 años y a la que parece no haberle pasado el tiempo. Por ubicarnos, El prolongado sueño del sr. T comienza en 1997 publicado por entregas en El Víbora y no sólo gana el Premio del Saló del Cómic de Barcelona al mejor guion el año siguiente, sino que incluso se llega a alzar con un Premio Ignatz internacional. No obstante, los premios no eran algo nuevo para su autor, Max, nombre por el que es más conocido Francesc Capdevila, y tampoco se quedarían ahí. Unos años más tarde Bardín, el superrealista barrería con todos los galardones posibles, incluyendo el Premio Nacional del Cómic. Sin embargo, para cuando comienza a publicar El prolongado sueño del sr. T, Max ya es una figura incontestable en el cómic patrio. Su personaje Peter Pank y otras obras fuera de él, como Mujeres Fatales, ya le habían ganado un lugar en la historia de los cómics en España.

El prolongado sueño del sr. T

En cualquier caso, El prolongado sueño del sr. T llega en un momento convulso. Los avances en impresión habían dado lugar a una nueva explosión, diversificación de formatos y propuestas encarnadas en iniciativas independientes como las de Camaleón Ediciones, la Penya, 7 monos o la propia Nosotros somos los muertos, revista que había fundado Max con Pere Joan apenas un par de años antes. En cualquier caso, si bien el mercado se abría a otras fronteras que podríamos llamar más de nicho, el mercado del cómic estaba languideciendo en cuanto a popularidad y las grandes revistas de los 70 y 80 habían muerto en su mayoría. Resistía como podía aún El Víbora, pero lejos de ser aquel estandarte de su propio movimiento artístico, la célebre línea chunga, que ya es historia de los cómics.

Max siempre fue un artista peculiar, dado que, siendo uno de los abanderados de la citada línea chunga, eran evidentes en él las influencias de autores como Yves Chaland, heredero y renovador de la línea clara, que supuestamente se le oponía. No obstante y sin perder su identidad, en El prolongado sueño del sr. T, Max da un pequeño vuelco a su estilo y comenzamos a ver un trazo más sucio y texturado, tramados con reminiscencias de linograbado y nuevas influencias como Art Spiegelman o tal vez un David Mazzuchelli que en aquella época estaba acometiendo experimentos similares.

Y del mismo modo que trataba de buscar algo distinto en el apartado gráfico, también quería abordar otro tipo de propuestas a nivel temático y narrativo. Y con esto volvemos a los sueños con los que arrancábamos. El prolongado sueño del sr. T comienza con una especie de disclaimer. Nos cuenta que, al despertar de 40 días de coma, el empleado de ferretería Cristóbal T. pide inmediatamente papel y lápiz para anotar la experiencia onírica por la que ha pasado en este lapso. Así, El prolongado sueño del sr. T es el sueño de este Cristóbal, pero, en realidad está dividido en tres capítulos: El sueño de Su, El sueño de Sara y El sueño de Scallywax, tres personajes recurrentes, tanto en el sueño de Cristóbal, como en el de cada uno de los otros.

El prolongado sueño del sr. T

Esto, por un lado, nos mete en la estructura de matrioska de historias que caracteriza este cómic — además, cada uno de estos capítulos contienen a su vez otras — , pero también nos debería dar ciertas pistas sobre la naturaleza de este relato o al menos llamar nuestra atención el hecho de que el sueño del del sr.T contenga los sueños de otros.

Al final todo quedará explicado y no creo, hablando de sueños, que entre en el terreno del spoiler diciendo que algo tendrá que ver la batalla entre los mundos consciente e inconsciente. No obstante, dudo que la historia subyacente — que al final además explica con pelos y señales — sea la mayor virtud de El prolongado sueño del sr. T. Probablemente lo mejor de la experiencia de leer esta historia sea la aventura de inmersión en la lógica de los sueños que esta nos ofrece.

Tal y como llega Cristóbal, desnudo y desubicado, como un extraño en su propio sueño, partimos los lectores. Los escenarios cambian en torno a los personajes e incluso, de algún modo, llegamos a experimentar fenómenos de despersonalización o casi podríamos decir transpersonalización, todo de un modo bastante kafkiano. Sin embargo, de alguna manera, sabemos que todo forma parte de una misma historia, de un mismo sueño. Max llega incluso a equiparar ensoñaciones, memorias y relatos como una misma cosa y como una sola funcionan.

El prolongado sueño del sr. T

Y mientras seguimos a al sr. T en esta suerte de viaje iniciático, la forma en que la historia se hace imagen va variando y, en cada subnivel o anexo, Max cambia de registro gráfico y narrativo. En algunas ocasiones esto será desarrollado de un modo más sutil que otras, pero siempre sin dejar de ser Max, de ser también una misma cosa, tome la solución gráfica que tome.

Si acaso, tal vez se le puede objetar que tenemos lo mejor de El prolongado sueño del sr. T al principio y que, progresivamente, va tomando una estructura y una deriva narrativa más tradicional. De hecho, termina en unas últimas 5 páginas que bien podrían omitirse de la obra y ser tomadas como una especie de anexo, donde se nos explica de un modo bastante expositivo todo lo que acabamos de leer. Nos queda, pues un ligero regusto amargo ante lo que tal vez podría denotar una cierta falta de confianza del autor en su público.

En cualquier caso, El prolongado sueño del sr. T sigue siendo una obra clave en la carrera de Max, que se atreve a abrir nuevos caminos, y, por ende, podríamos decir que una obra clave del cómic español; un cómic que es a la vez testigo determinante de una época y completamente atemporal en su lectura casi treinta años después.