Cuando Disney compró la 20th Century Fox en 2019, además de recuperar la licencia de X-Men para el MCU, se hizo con las propiedades intelectuales de varias jugosas sagas cinematográficas. Sagas que, a través de su filial Marvel Comics, eran susceptibles de adaptación a tebeos. A lo largo de los últimos años hemos podido disfrutar de los de Alien (a los que se ha unido la reedición de los cómics de la etapa original de Dark Horse) y los de Depredador (sí, los originales también). Y ahora se une a ellos El Planeta de los Simios.
La novela de Pierre Boulle ha tenido una larga vida de adaptaciones audiovisuales, más o menos extensas. Por supuesto, tenemos la película original, la icónica protagonizada por Charlton Heston, que tuvo un total de cuatro secuelas a lo largo de seis años. Después llegaron dos series de televisión, una de imagen real y una de animación, tras las cuales la franquicia se tomaría un descanso de un cuarto de siglo, volviendo ya en el XXI con el reboot de Tim Burton, una película que no tuvo continuación al descolgarse de la saga el director y varios de los actores protagonistas. No sería hasta 2011, con El origen del Planeta de los Simios, que llegaría una nueva saga estable de los monetes. Y es en esta última saga en la que están ambientados los cómics de Marvel precisamente.
La caída de la humanidad es una historia ambientada varios años después de que se extendiera el virus ALZ-113 (si no has visto las películas recientes, deberías verlas antes de leer este cómic si te quieres enterar del contexto), llamado comúnmente «virus de los simios». Una parte de la población decide que como el virus se extiende entre los simios, la mejor forma de acabar con la pandemia es acabar con los simios, y se monta una milicia paramilitar terrorista de marcado sabor ultraderechista llamada Exercitus Viri, Ejército de los Hombres. Al otro lado, tenemos a los científicos que tienen claro que para conseguir una cura para esta enfermedad hay que contar con los simios. También hay gente que es consciente de que los simios afectados por ALZ-113 han desarrollado una inteligencia superior y hay que tratarles como tales. Y, por supuesto están los simios. Que ya están hartos de que les toquen las narices.
El actual reboot del Planeta de los Simios comienza ocho años antes de la pandemia de la COVID-19, que el guionista David F. Walker (Power Man y Puño de Hierro) utiliza de forma bastante obvia y poco disimulada. La expresión «gripe simia» que hay gente que en este cómic insiste en que no hay que utilizar nos lleva sin duda a 2020 y la expresión «virus chino», y de la misma forma que se miraba con recelo por la calle a las personas asiáticas hace tan solo cuatro años, se echa la culpa a los simios de la pandemia… que viene de un virus de laboratorio creado por los humanos. Y así como mucha de la desinformación antivacunas que tuvimos que soportar se expandía por redes de comunicación de tendencia ultraderechista, aquí el Exercitus Viri, además de ser una metáfora muy poco velada del racismo y la xenofobia, están haciendo más difícil la búsqueda de una cura del ALZ-113. ¿Que, habiendo pasado cuatro años de una pandemia global que ha dejado millones de muertos y trastornos de ansiedad a buena parte de los vivos, era bastante obvio utilizar esta historia como reflejo de lo que hemos pasado? Sin duda. ¿Que podría haber sido algo más original? También. ¿Que por muy metaleros que seamos muchos en esta casa la constante mención a grupos clásicos de Heavy Metal nos acaba cansando? Ay, sí.
En cambio, al dibujo tenemos un Dave Wachter (Ms. Marvel) que cumple perfectamente en su trabajo. No es precisamente un virtuoso, pero la narración de la historia es comprensible, los personajes son reconocibles y los simios resultan muy amenazantes cuando están cabreados.
La sensación final que nos deja este tomo es de oportunidad desaprovechada. Tenemos entre manos una franquicia que da para hacer reflexiones sociales, morales o incluso religiosas (ahí tuvimos La Guerra del Planeta de los Simios), y Walker se ha quedado en la superficie, en lo más evidente y predecible. Y lo que es peor, tenemos un thriller que se hace incluso pesado. Sólo para fanáticos y completistas de la saga.