Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

El nirvana está aquí

El nirvana está aquí
Guion
Mikael Ross
Dibujo
Mikael Ross
Traducción
Itziar Hernández Rodilla
Formato
Rústica con solapas. 17 x 24 cm. 344 páginas. B/N
Precio
25€
Editorial
Astiberri Ediciones. Octubre 2024
Edición original
Der verkehrte himmel (Avant-verlag)

Incluso en este mundo globalizado finalizando el primer cuarto del siglo XXI, cuando hablamos de cómic europeo, la cabeza se va a la BD francobelga. Con suerte, tal vez nos acordemos del tebeo español y el fumetto italiano, pero ahí parece acabarse Europa. Sin embargo, desde hace ya varios años, está despuntando toda una serie de autores provenientes de Alemania. Ya no están solos los hoy clásicos Matthias Schultheiss o Ralf König. En nuestros días, ya nos van sonando nombres como Josephine Mark, Barbara Yelin, Ulli Lust, Reinhard Kleist o este Mikael Ross que nos trae El nirvana está aquí.

De Mikael Ross ya hemos podido disfrutar antes en España de El joven Ludwig y sobre todo de Aprendiendo a caer, obra que sonó bastante en su día y que se alzó con el premio Max und Moritz, el más prestigioso que puede recibir un cómic en su país de origen. En cualquier caso, lo que nos trae El nirvana está aquí supone un giro relativamente brusco con respecto a lo que hemos podido ver en sus obras anteriores, tanto por la propuesta gráfica y narrativa como por el propio género al que nos lleva la historia.

El nirvana está aquí

Y es que si digo que El nirvana está aquí es una comedia noir costumbrista, por mucho que parezca mezclar churras con merinas, no estoy muy alejado de la realidad. Mikael Ross nos propone un thriller ambientado en Lichtenberg, distrito obrero y multicultural de la zona este de Berlín y comienza poniendo el foco en Dennis y Tâm, dos hermanos de origen vietnamita que vendrán a hacer las veces de protagonistas. No obstante, el elenco de personajes va mucho más allá de estos dos chavales y podríamos hablar de un reparto coral. El flipado de Alex, la anciana Jutta, la ruda Marina, las Rollergirlz, los padres de Tâm y Dennis, Hoa Binh — que será quien encienda la chispa de la trama — o el siniestro Boris haciendo las veces de antagonista… todos ellos tienen un hueco como agentes de la historia y todos ellos tienen algún detalle memorable de caracterización y trasfondo.

Tanto es así que tal vez tarda un poco en arrancar mientras pone en marcha la trama, presenta y define a cada uno de los actores de la misma, pero creedme que luego no para y habrá merecido la pena el tiempo que le dedicamos a cada uno. Todo comienza cuando en un mercadillo Tâm y Dennis descubren una misteriosa chica en una aún más misteriosa furgoneta. No tardaremos en saber que se llama Hoa Binh, viene de Vietnam y huye de una red de trata de personas. Lo que parecía una comedieta de rifirrafes entre hermanos y misterios aventureros juveniles se irá enredando en una intriga sobre el tráfico de personas y convirtiéndose en un thriller opresivo y trepidante.

El nirvana está aquí

Obviamente, el problema de las mafias de tráfico de seres humanos es una parte importante de El nirvana está aquí, pero hasta cierto punto es parte del fresco de esta parte de la sociedad berlinesa que nos ilustra Ross. Por más que el tono de la obra no sea el que habitualmente nos viene a la mente al pensar en el noir, el género negro siempre ha sido un vistazo a los rincones oscuros del costumbrismo. A través del diverso elenco de vecinos de Lichtenberg, se nos da una instantánea de gente que podría ser real en circunstancias que igualmente podrían serlo. El nirvana está aquí nos habla de personas de distinta índole saliendo adelante de uno u otro modo de situaciones adversas y, sí, claro que el tráfico de personas es el asunto con más peso y gravedad, pero Mikael Ross se encarga de no tirárnoslo a la cara, de hacerlo un componente más de la historia, de integrarlo en otro crisol de historias, de huir del panfletarismo y tal vez así lograr incluso una mayor carga de implicación por parte del lector.

Probablemente de ahí surge también el planteamiento gráfico elegido. Puestos a virar de estilo en algo que no tienen gran cosa que ver con lo que nos ofrecía en sus obras anteriores y valiéndose además del blanco y negro, bien podria haber optado por una estética más tradicionalmente noir a base de potentes y dramáticos claroscuros. En su lugar, ofrece un look visual que nos lleva al manga, pero también a la escuela de L’Association. Se trata de un estilo más desenfadado pero que termina por acoplarse tan bien al registro de un costumbrismo de corte realista como a la comedia o incluso los momentos más trepidantes.

El nirvana está aquí

El estilo de Mikael Ross en El nirvana está aquí puede llegar a recordar a otros artistas que hibridan las escuelas japonesas y europeas como Isao Moutte o incluso Ken Niimura y, al igual que en el caso de ambos, el uso de la caricatura y la estilización de figuras y expresiones muy por encima de los límites que nos brinda lo realista, consigue de algún modo una sensación de verosimilitud a nivel emocional mucho más allá de lo que una estética más realista y convencional habría sido capaz.

Entre las pequeñas y grandes adversidades de las que nos hace partícipes Mikael Ross en El nirvana está aquí tal vez cuesta dar respuesta a ese «¿Dónde está el nirvana?» del poema de Hồ Xuân Hương con el que abre la obra, pero no es este un noir con un mensaje pesimista, sino la historia de varias personas saliendo adelante con lo que tienen y tal vez no encontrando el nirvana, pero sí haciendo lo que buenamente pueden para buscarlo.