Tal vez al pensar en cómic británico la mente se nos vaya a 2000 AD sin darle demasiadas vueltas. Puede que si acaso a tiempos anteriores con Warrior, Near Myths o incluso los viejos seriales de IPC/Fleetway. Sin embargo, existe en el Reino Unido un movimiento ajeno a revistas y publicaciones periódicas que, por entendernos, podríamos equiparar con lo que llamamos novela gráfica. Autores como Raymond Briggs o Hunt Emmerson son algunos de los exponentes más conocidos, pero sin duda brilla con luz propia Posy Simmonds, la autora de El mundillo literario.
Rosemary Elizabeth Simmonds es una absoluta veterana de éxito más que reconocido y no sólo como autora de cómics, sino también como escritora e ilustradora en esos vastos campos de la literatura. La avalan más de medio siglo de profesión, incontables premios y multitud de adaptaciones de sus obras al cine o al teatro (con sus propios premios y nominaciones). La autora de Gemma Bovery o Tamara Drewe es en su país una estrella absoluta pese a que tal vez en España no sea tan conocida como debería. Su trabajo, su estatus y su multidisciplinariedad le han valido su colaboración con algunos de los periódicos y revistas más importantes del Reino Unido, como The Sun, Times, Cosmopolitan o The Guardian, el diario al que pertenecen las tiras y gags gráficos de El mundillo literario.
Así, El mundillo literario es una recopilación de sus colaboraciones con The Guardian entre 2002 y 2005, con el nexo temático común que indica el propio título. Escritores, agentes, editores, libreros, críticos, lectores y todos cuantos forman parte de El mundillo literario tendrán aquí su momento de gloria. Simmonds ofrece una mirada ácida, pero cómplice a cada uno de los convencionalismos de la profesión con mucho humor y un despliegue de registros ciertamente impresionante.
El mundillo literario se compone de tiras de una página, en su mayoría, pero con multitud de planteamientos y estilos diferentes. Simmonds crea distintos personajes como el Dr. Derek y la enfermera Tozer, el agente Rick Raker, el escritor Owen Lloyd o los libreros de Wintergreenes para poner el foco sobre cada uno de los aspectos del mundillo: los egos, las envidias, auges y caídas, las críticas, los saraos, los contratos mediáticos, la venta en grandes superficies, las sesiones de firmas o hasta el inevitable bloqueo del escritor.
Con cada personaje, Posy Simmonds establece un tipo de historia y enfoque y, con ello, añade a su tan característico estilo de línea desgarbada una pequeña vuelta tanto estética como narrativa, consiguiendo así hacer de las historias protagonizadas por cada uno algo así como series independientes con su propuesta formal particular.
La verdad es que El mundillo literario está lleno de pequeñas genialidades y puntos de vista agudos, pero la mayor pega podría estar en la recopilación. Nada que objetar a la edición de Salamandra Graphic, que cumple sobradamente, pero al fin y al cabo, cada una de las páginas individuales fueron pensadas para su consumo por separado dentro de The Guardian y es así como realmente funcionan. Por eso debería advertir de que su lectura del tirón puede llegar a saturar por acumulación. Casi 100 minihistorias, con casi 100 principios, casi 100 finales y muchas más de 100 ideas puede resultar algo abrumador para su digestión de una sola vez.
Completan el tomo dos historias cortas que no pasan de lo anecdótico y tal vez el resultado final no haga de El mundillo literario lo más representativo para acercarse a El mundillo literario como autora de novela gráfica. Sin embargo, se ajusta muy bien dentro del modo en que podría encajar el mundo del cómic dentro del mundo del que nos habla. Podría decirse que para un gran público consumidor de libros, El mundillo literario bien podría funcionar como esa lectura de cómic más casual, más cercana — podríamos decir — a lo que un profano podría aproximarse, lo que lo convierte en resumidas cuentas en un libro muy regalable.
