Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

El integral de lo aún más nuevo de Tank Girl

El integral de lo aún más nuevo de Tank Girl
Guion
Alan Martin
Dibujo
Rufus Dayglo
Color
Christian Krank, Sofie Dodgson
Formato
Cartoné con sobrecubierta, 404 páginas
Precio
39.95 €
Editorial
Norma Editorial.
Edición original
Tank Girl: Visions of Booga, Skidmarks, The Royal Escape, Bad Wind Rising UK, USA

Tank Girl es un personaje minoritario en España. De eso que dicen de culto, vamos. Desde su debut en 1988 hasta pasados más de veinticinco años sólo se había editado en castellano su primera serie de cuatro números -tres veces, eso sí- y la miniserie que Peter Milligan hizo para Vertigo. Pero de repente llega Norma en 2015 y saca un integral con el material original, y en 2019 otro con el principio de las historias americanas del personaje, y hace un par de meses un tercer tomo más. Y lo que pensábamos que era un personaje condenado a una presencia testimonial en el mercado nacional va camino de tener toda su trayectoria editorial recopilada en lujosos tomos de tapa dura. Oye, igual resulta que no es tan minoritario. Yo encantado, pero, ¿me he perdido algo que justifique que en los últimos cinco años se haya editado cinco veces más material del personaje que en los veinticinco anteriores? Vale que Margot Robbie ha comprado los derechos para hacer una nueva película, pero que yo sepa no va la cosa muy avanzada…

EL INTEGRAL DE LO AÚN MÁS NUEVO DE TANK GIRL pg1

Este Integral de lo aún más nuevo sigue sin ser material precisamente actual -ya hablamos de ese tema en la reseña del volumen anterior-, pero ya es material producido íntegramente en el S.XXI, entre 2008 y 2012. En la época que va desde que la gente aún llevaba Blackberries al año del Samsung Galaxy SIII. La época que va entre el debut de Katy Perry y el one hit wonder de Gotye. Bueno, igual sí que ha pasado mucho tiempo, ¿no?

En este volumen se recopilan cuatro series limitadas que suponen la época de mayor estabilidad creativa que ha tenido el personaje: dieciséis números escritos por el mismo tipo (su creador, Alan Martin) y con un solo dibujante (un tal Rufus Dayglo del que no tenía el gusto pero que cumple). Y doce de ellos con el mismo colorista y todo, oye.

EL INTEGRAL DE LO AÚN MÁS NUEVO DE TANK GIRL pg2

Arranca el tomo con Visiones de Booga, la primera serie dibujada por Rufus Dayglo, en la que se retoma un estilo gráfico que recuerda -sólo recuerda, no es exactamente igual- a la época en la que Jaime Hewlett aún dibujaba a su criatura. Probablemente se deba al hecho de que Dayglo era uno de los animadores con los que Hewlett contaba para los videos de su banda virtual Gorillaz y algo se queda. Aquí, Alan Martin se desata y cuenta una macarrada llena de su tradicional mala leche en la que un libro –El libro de oro hipster– modifica la realidad volviendo a todo el mundo jipis blanditos pacifistas. Es una historia llena de sarcasmo hacia la fascinación por el misticismo oriental, lo hippy y todas esas perroflautadas que huelen a pachulí, pero también con sus habituales dosis de humor escatológico, sexual y  ultraviolento. No es plato de gusto para todo el mundo, pero eh, si has llegado al tercer integral de Tank Girl se supone que ya sabes a lo que vienes, ¿no?

La segunda serie es Derrape, una serie en la que nos encontramos metidos en una carrera que puede ser un cóctel entre Los autos locos, Los locos de Cannonball y La carrera de la muerte del año 2000. ¿Y a qué se debe el tema automovilístico? Barney, la amiga de Tank Girl y Booga, ha tenido un accidente haciendo skateboard y necesitan contratar un carísimo neurocirujano japonés para el que no tienen pasta. Pues a intentar conseguir el primer premio de la Carrera de la Sandía. A partir de ahí, acción adrenalínica sin sentido. Como tampoco tiene demasiado sentido la presencia de Dee Dee Ramone, pero yo qué sé, tío. Es a lo que hemos venido.

EL INTEGRAL DE LO AÚN MÁS NUEVO DE TANK GIRL pg3

La fuga real es llevar lo que ha sido Tank Girl desde sus orígenes a su extremo. La violencia es lo más radical que ha dado la serie desde sus inicios -aunque, dicho sea de paso, cuando lees demasiado Tank Girl seguido te inmunizas un poco y deja de impresionarte-, las composiciones de página no tienen el más mínimo respeto por lo habitual en el medio, la historia parece escrita en pleno viaje de peyote.. Digamos que tenemos almas dentro de huevos y… mira, mejor que te lo encuentres cuando llegues. Pero posiblemente sea el punto más interesante de este volumen.

Cerramos con Soplan malos vientos. Una serie totalmente descerebrada, que retoma el espíritu de los primeros tiempos, partiendo de unas vacaciones de relax, pasando por un atraco que sale como el Rosario de la Aurora, drogas, canguros mutantes… quizás tenga un punto caótico por encima del resto. Es la única en la que me ha costado entrar, pero no es que esté mal. Tiene los mismos ingredientes tradicionales y un arte fuera de lo habitual igual que en todas las páginas anteriores, pero… Igual es culpa mía.

EL INTEGRAL DE LO AÚN MÁS NUEVO DE TANK GIRL pg4

Tener a Alan Martin escribiendo de nuevo al personaje le ha devuelto al espíritu macarra de sus primeros tiempos, lo cual le ha sentado francamente bien. No quiere decir esto que los desvaríos culturetas de Peter Milligan en el tomo anterior no tuvieran su punto, que lo tenían, pero cuando lees Tank Girl lo que buscas está más cerca de los Ramones que de James Joyce. Y parece que de la pareja de creadores, al menos uno lo tiene claro. Por lo pronto, nosotros quedamos a la espera de ese Integral de lo Supernuevo de Tank Girl que anuncia Norma para yo qué sé cuándo. A ver qué nos encontramos.