Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

El Heraldo, de Mark Waid y J.G. Jones

A veces parece que el ser humano está hecho para odiar. Al que piensa diferente, al que vive en un lugar diferente, al que cree en un dios diferente… pero de todas las formas de odio que esta mezquina especie a la que pertenecemos, una de las más bajas y rastreras es el racismo. ¿En serio el color de la piel de una persona es motivo suficiente para odiarla y discriminarla? Jamás podré entenderlo. Así que una obra sobre este tema, de la mano de dos autores como Mark Waid y J. G. Jones era una lectura obligada.

el heraldo de mark waid

Contiene: Strange Fruit 1-4 USA
Guión: Mark Waid
Dibujo: J.G. Jones
Formato: Cartoné, 128 páginas.
Precio: 16 €

La historia

En 1927, el río Misisipi se desbordó. Fue la inundación más destructiva de su historia, anegando 27000 km² hasta una profundidad de diez metros. En esta época, en la ciudad ficticia de Chatterlee, la tensión racial está aumentando, y la presión está a punto de estallar. Las riadas hacen necesario cavar un canal de desague… pero una parte de la población piensa que lo lógico es que sean los negros quien hagan el trabajo duro. Que el salario que se les ofrece por ese trabajo no sea justo o que se les imponga ir a trabajar a las obras en contra de su voluntad es una aberración digna de una época en la que el Ku Klux Klan había resurgido después de su disolución en 1870, por culpa de la glorificación de esta infame organización que hizo la película El Nacimiento de una Nación.

En esta situación, cae una nave de los cielos. Y de ella surge un alienígena de aspecto humano, pero con unas capacidades físicas muy por encima de lo normal. Cuando eso ocurrió en los cómics en 1938, Superman fue recibido como un símbolo de esperanza, como el defensor de la humanidad. Pero el alienígena que sale de esta nave es de raza negra, así que en lugar de como un símbolo es visto por algunos como una amenaza y por otros como un liberador…

La canción

El título original, Strange Fruit, hace referencia a una canción de 1939 de Billie Holiday, que hace referencia a los ahorcamientos de afroamericanos en álamos en el sur de Estados Unidos (Black bodies swinging in the southern breeze/Strange fruit hanging from the poplar trees). Por qué Panini ha decidido traducir el título a algo tan insípido como El Heraldo, que pierde todo el significado del título original, se me escapa.

Southern trees bear a strange fruit
Blood on the leaves and blood at the root
Black bodies swingin’ in the Southern breeze
Strange fruit hangin’ from the poplar trees

Pastoral scene of the gallant South
The bulgin’ eyes and the twisted mouth
Scent of magnolias sweet and fresh
Then the sudden smell of burnin’ flesh

Here is a fruit for the crows to pluck
For the rain to gather, for the wind to suck
For the sun to rot, for the tree to drop
Here is a strange and bitter crop

La polémica

Por algún motivo que no alcanzo a comprender, ha habido voces que se han levantado contra este Strange Fruit por el hecho de haber sido escrito y dibujado por dos autores de raza blanca. Estamos de acuerdo en que los blancos vemos el racismo hacia los negros desde fuera, sin haber llegado a experimentarlo en nuestras propias carnes. ¿Impide eso acaso comprender en una cierta medida el sufrimiento? ¿No estamos, acaso, dotados de empatía? Cierto, un blanco no puede experimentar en primera persona el racismo en los Estados del Sur, pero eso no impide que se nos revuelvan las tripas ante esta aberración.

También ha habido una cierta controversia por la imagen del héroe negro cubriéndose con la bandera confederada. El propio Mark Waid aclaró este punto: “¿Se está envolviendo en ella en cierto modo, o se está limpiando el culo con ella? Más bien esto último. No la está adoptando como su traje de superhéroe, no. De hecho, es un gran dedo medio a los tipos blancos que la llevan, los tipos del Klan.”

el heraldo bandera confederada

La otra Strange Fruit

Éste no es el primer cómic que trata el tema del racismo con este título. En 1985, Alan Moore lo utilizó para el número 42 de La Cosa del Pantano, uno de los que estaban ambientados en una plantación sureña. Aquél que empezaba con un cadáver que no podía dormir en su ataúd.

Los autores

Mark Waid es un guionista al que se suele ver asociado con el género superheroico. Sus historias suelen tener un marcado espíritu clásico, aún siendo un escritor totalmente actual en sus formas. Es uno de los principales responsables, junto a Geoff Johns, de haber convertido a Wally West en el Flash definitivo para toda una generación de lectores entre los que me incluyo. Suyas también son sendas etapas en Capitán América, en la que demostró que se pueden hacer grandes historias de Steve Rogers sin necesidad de reinventarlo, y en Daredevil, en la que recuperó el espíritu optimista original del personaje y es probablemente una de las tres mejores épocas del personaje, junto a las escritas por Frank Miller y Brian Michael Bendis. También está en su impresionante curriculum Kingdom Come, uno de los mejores cómics con el sello Otros Mundos en el que enfrentó al héroe clásico con la parodia ultraviolenta del mismo que tuvimos que soportar durante los 90. Y Superman: Legado. 52. Los Cuatro Fantásticos. Irredeemable. Demonios, es imposible seleccionar sólo un puñado de obras de Mark Waid sin dejarse alguna fundamental fuera…

J. G. Jones utiliza en El Heraldo un estilo pictórico que recuerda a Alex Ross por primera vez para ilustrar un cómic. Ya le habíamos visto usar esta técnica como portadista, en series como Y: El Último Hombre o 52, pero su forma de trabajo habitual, hasta ahora, es el estándar lápiz/tinta/color. Entre sus trabajos más afamados están Crisis Final o Marvel Boy, ambas con guiones de Grant Morrison, o Wanted, con Mark Millar.

En resumen…

Aunque los autores nos presenten un superhéroe en estas páginas, no hay que esperarse ni remotamente una historia de acción. Es una historia de denuncia social, con todo lo que ello implica. La presencia de este trasunto de Superman plantea que hay personas que cambiarían el respeto a un icono por odio visceral sólo por el color de su piel. Quizás podría decirse que la historia se queda un tanto en la superficie del problema… pero es que estamos ante una serie limitada de cuatro cómics, y el problema del racismo daría para desbordar ríos. De tinta.