Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

El duelo

El duelo
Guion
Paula Cheshire.
Dibujo
Paula Cheshire.
Formato
Rústica con solapas, 136 págs, color. 15x21 cm.
Precio
12€.
Editorial
Fandogamia. 2022.

Negación, ira, negociación, ira y depresión. Son las fases naturales del duelo en el ser humano, descritas desde finales de los años sesenta por la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross y que recogen a la perfección unos períodos que atravesamos todos ante la pérdida de un ser querido. Cada persona la vive de un modo distinto, y esas fases no son modelos matemáticos en los que A va después de B, siendo posible pasar por algunas de ellas con mayor intensidad e incluso saltarnos o pasar casi imperceptiblemente por otras. La ilustradora gallega Paula García Vázquez, más conocida en redes sociales como Paula Cheshire nos presenta su trabajo más personal en El duelo, obra editada por Fandogamia y que nos narra en primera persona lo que supuso para ella la pérdida de su madre.


Con El duelo, Paula busca compartir cómo vivió ella el fallecimiento de su madre, lo cual es algo que una persona que atraviesa un duelo complicado puede apreciar como un espejo en el que mirarse y sentir que no está sola, que atraviesa una etapa muy dura psicológicamente y de la que se consigue salir, por negro que lo veamos en ciertos momentos. Pero con la experiencia de llevar años indagando en muchas obras de Medicina Gráfica, cuando he leído esta obra, y conociendo además las publicaciones de su autora en redes, la he visto como una terapia de vocalización del dolor. Cuando uno lee esta obra ve a una persona que se ha sentido muy mal y que necesita «decirlo en voz alta» y reconciliarse con ella misma. Y por supuesto, que se encuentra ya afincada en la última fase, la aceptación que, por más que uno ya haya asumido que no va a volver a ver a esa persona perdida, no quiere decir que no siga doliéndole su ausencia.

El estilo de Paula Cheshire es muy cartoon, kawaii hasta cierto punto, y nos recuerda un poco al de Sara Soler en su célebre Us. Ello contribuye a que el lector acepte la lectura con mayor facilidad que con un estilo más dramático. Ojo, no pretendo decir que sea una comedia, pero es indudable que ese estilo amable en el dibujo nos permita enfrentarnos a un tema, que de por sí es desagradable, con algo de mejor talante. Cheshire recurre a muchas metáforas visuales, y es que funcionan muy bien en este género, y por eso hay tanta obra de psicología/psiquiatría en la Medicina Gráfica. Qué mejor manera de mostrar cómo nos sentimos que con unas representaciones del dolor, la desesperación y la tristeza con la que un recuerdo o la propia transferencia que nos produce dicha situación, nos permita comprender a la perfección lo que nos pretende contar la autora.


Aunque la narración está muy bien estructurada y centra cada capítulo en una de las fases del duelo, se trata más de una sucesión de sensaciones y vivencias, más que una historia con un hilo central. Me explico: su autora nos cataloga cómo vivió cada una de las fases y nos cuenta lo que vivió, pero se nota de dónde viene como artista, porque tiene esa estructura más cercana a las tiras de prensa que a una narrativa de cómic como tal. Y es que los que conocemos sus tiras de «Me das ansiedad» que iba subiendo a sus redes y que acabó autoeditando en un cómic recopilatorio, estamos ya acostumbrados a ese tipo de narrativa.

En definitiva, El duelo es una obra con la que es muy difícil no empatizar. Todos hemos perdido a alguien especial, alguien con el que nos ha costado más atravesar esas cinco fases del modelo de Kübler-Ross. Cheshire nos cuenta su propia historia, pero lo hace con una sensibilidad y una capacidad autocrítica que hacen de esta obra un comprimido en forma de cómic con el que todas esas personas que estén ancladas en un duelo difícil pueden encontrar algo de consuelo. Porque hay veces que duele más la incertidumbre de cuándo acabaremos saliendo del pozo…


Lo mejor: La sensibilidad de su autora para contar una historia muy personal. El estilo cartoon actúa como bálsamo para poder digerir un tema tan difícil, sin perder seriedad en ningún momento.

Lo peor: Hay que leerlo con buen estado de ánimo, para no dejarte arrastrar por su tono melancólico.