Paco Roca pone otra piedrecita más en su ya larga carrera de autor de cómics en España. Astiberri presenta la edición en libro de la exposición que realizó el autor valenciano para el IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno), un ejercicio novedoso y un intento más de darle el sitio que merece el noveno arte dentro de la cultura en nuestro país. El dibujado es una propuesta sorprendente en la que la narrativa gráfica es la protagonista de una historia que juega con el metalenguaje y que pone de relieve las posibilidades artísticas que tiene la historieta.
Roca nos cuenta una historia en varios niveles. Estos niveles son representados a diferentes alturas y nos muestra a un pintor que explora sus propias obras, siendo el lector o espectador (de los que fueron a la exposición original) testigo de lo que va sucediendo dentro y fuera de los cuadros. Llegado el momento, el pintor sufre un percance y las propias figuras irán tomando el mando de lo que sucede y comenzarán a interactuar entre los diferentes niveles.
El dibujado es una lectura muy fresca, y un ejemplo evidente de las posibilidades que tiene el cómic como medio de narración gráfica. La historia va saltando de uno a otro nivel y el propio autor acabará interactuando con «el dibujado» hasta el punto de ser necesario para que el autor acabe la obra. Para eso, el sentido de lectura sufre diferentes cambios y se va adaptando, imagino, a la disposición de la sala en la que fue representada la obra originalmente. Para trasladar un experimento artístico de tal calibre, Astiberri ha recurrido a páginas desplegables tanto en sentido horizontal como en vertical y salvaguarda todo lo posible la intención original del autor.
La exposición estuvo organizada por José Miguel G. Cortés (director del IVAM de 2014 a 2020) y contó con la participación del divulgador Álvaro Pons, que orientaron y prepararon la exposición junto al autor. De hecho, el primero es el encargado de realizar el prólogo de este libro, dejando claro su papel de apoyo a la industria del cómic en el período en el que ocupó dicho cargo, y hablando un poco de cómo se llevó a cabo la exposición.
La obra está presentada en un libro con un tamaño de 19.5×32 cm y su lectura es bastante ágil, permitiendo volver de atrás hacia adelante cuando toca y, al ser una obra muda, invitando a la relectura y a descubrir nuevos detalles de las diferentes líneas argumentales dentro de la historia. El precio puede resultar una barrera para el comprador ocasional, aunque la edición es bastante novedosa, con la inclusión de los diferentes desplegables y un tamaño, podríamos decir, único. Por suerte, Roca es un autor que aporta garantías a lo que nos vamos a encontrar, y es una ayuda indispensable para superar este escollo.
En definitiva, El dibujado es un experimento muy interesante. Permite trasladar a una edición en papel una obra pensada originalmente para ser representada en museos. Las paredes del museo son convertidas en hojas de papel de un libro que se adapta como puede al formato, teniendo que recurrir a fórmulas originales para respetar la intencionalidad narrativa del autor. Una iniciativa del IVAM, auspiciada por la supervisión de Álvaro Pons, que sorprende y demuestra las posibilidades narrativas únicas del cómic.
Lo mejor: Los recursos utilizados para poner de relieve adónde puede llegar el cómic a la hora de narrar una historia. El metalenguaje, un protagonista más de la obra.
Lo peor: El precio puede asustar a más de un curioso que quiera asomarse a ella.