Con El departamento de la verdad 4 ponemos fin al primer volumen de la serie. Del mismo modo que hizo con The Nice House on the Lake, James Tynion ha decidido tomarse una pausa tras un final de acto, un gran arco argumental que termina aquí. En los USA el último número salió en noviembre del pasado año y aún no hay noticias de su vuelta. Antes o después llegarán a España Blue Book y W0rldtr33 y, mientras, aún podemos seguirlo en Hay algo matando niños, pero durante una temporada indefinida nos quedamos huérfanos de estas conspiraciones en viñetas.
Dado que El departamento de la verdad 4 trae un punto y aparte, es momento de explicar muchas de las cosas que se habían sugerido y estaban en el aire, pero los detalles nos vendrán por parte de ambos lados y ambos nos dirán que mienten y que su mentira es la verdad. Un Cole al borde del colapso se enfrentará a varias revelaciones, pero además su pareja Matty parece haber sido captado por el Sombrero Negro, que también tiene su versión de los hechos.
Más allá de motivos de la trama, no debería sorprendernos que sea Cole el testigo de cómo se va desvelando, al fin y al cabo entramos con él en el departamento, pero Tynion y Simmonds deciden bajar un nivel y usar a Matty para brindarnos la versión que se podría dar a un completo recién llegado, una hábil artimaña para poner todo junto, resumido y claro este batiburrillo conspiranoico y aunque sin dejar de introducir nuevas dudas, como no podría ser de otro modo en esta serie.
Con la introducción de la Guerra Fría y Hawk en el tomo dos, Tynion nos iba dejando más claro que la imposición del relato del departamento iba más allá de ovnis y bigfoots y que quizá aquello de que la Historia la escriben los vencedores era más literal de lo que pensábamos. El departamento de la verdad 4 pone el broche final a una especie de tesis de los autores sobre la imposición de narrativas y desinformación en los tiempos que vivimos, pero siempre con la forma de esa trepidante historia de conspiraciones con tintes de terror, que es su marca de fábrica.
Sin embargo, nada es totalmente claro ni categórico en El departamento de la verdad 4. Tynion se encarga de crear un clima de misterio y contradicciones, que pretende que sea el lector quien extraiga conclusiones. Más allá de tramas de fondo y subtextos, es en los diálogos donde Tynion destaca. Crípticas, enigmáticas, sugestivas y embaucadoras, son las líneas en boca de los personajes las que mueven la trama. Aunque tampoco abandone la caracterización, la prioridad de Tynion al dialogar es mover la trama y es que no olvidemos que esta es una serie de gente hablando, así que tiene que ser lo que dicen los personajes lo que nos intrigue y nos haga seguir pegados al tebeo.
Es muy posible, no obstante, que Tynion fracasara en este empeño si no tuviera a su lado a Martin Simmonds. Estoy seguro de que si nos paramos a examinar la trama de El departamento de la verdad 4 y de toda la serie en general, hay cosas que no terminan de encajar y otras que suceden de manera un tanto arbitraria y gratuita, se redunda insistentemente en algunos asuntos y se deja otros en el aire, pero tal como está planteado este tebeo, tampoco es que detenernos en esto sea el juego al que nos hacen jugar. Por lo general, introducir ruido en una historia debería ser perjudicial para la misma, pero tal como lo hace Simmonds consigue una atmósfera que nos lleva a procesar la historia de un modo más visceral y menos analítico. Simmonds puede variar de registro casi a cada escena y aprovecha su estética expresionista para introducir absolutas rarezas que en el contexto de su dibujo funcionan como parte del mismo constructo, que terminan por funcionar de modo natural en el conjunto.
Como si se tratase del mismo Lee Harvey Oswald de este cómic, despliega las claves para una narrativa que se nos hace pasar por real de un modo tan confuso e hipnótico como requiere la propuesta de Tynion. Simmonds es el que permite que las posibles inconsistencias del tambaleante castillo de naipes que construye Tynion se nos pasen por alto, empapados por completo del clima de El departamento de la verdad.
Y aún con todo esto y con todos los premios Eisner y nominaciones que ha tenido esta serie, no estoy seguro de si recomendar la lectura de El departamento de la verdad 4. Por si acaso, si sufrís algún problema de ansiedad, será mejor que no os acerquéis, porque sin fecha de regreso anunciada y el final que no dejan los muy [censurado] de Tynion y Simmonds, me da que lo vais a pasar mal.