La sensación que está dando la serie Marvel Knights del Castigador de Garth Ennis es que alterna momentos serios y emocionalmente duros con otros de humor de sal gorda. Según los intereses de cada lector, una de las facetas de este guionista irlandés es la buena y la otra la mala. Hay gente que aprecia el humor macarra y provocador que es capaz escribir, y otros en cambio se sienten más vinculados con las historias más dramáticas. En De ratones y hombres, quinto tomo (de un total de siete) de la recopilación de esta etapa en la línea Marvel Saga de Panini, tenemos un poco de ambos, aunque quizás más de la seria.
Este tomo incluye ocho números americanos, del 19 al 26, repartidos en dos historias autoconclusivas y dos arcos argumentales de tres números. El primero de todos es el que da título al tomo, De ratones y hombres -nada que ver con la novela de John Steinbeck- y nos trae de vuelta a uno de los personajes que daban color humano a la primera serie limitada de Ennis y Dillon con el personaje, Joan, la ratita, la mujer tímida y apocada que compartía rellano con Frank, Spacker Dave y Mr. Bumpo. Joan se compró una casa en mitad de la nada con el dinero que le dio el Castigador y ha vivido feliz y aislada hasta que por casualidad sus caminos se vuelven a cruzar. A nadie se le escapa que al Castigador le siguen de cerca los problemas, ¿no?
Seguimos con Hermandad, tres números en los que el Castigador se enfrenta a su compromiso personal de no matar policías. En este caso, Frank sigue a dos policías que son ambos personas objetivamente malas. Uno está en nómina de la mafia y el otro lleva tiempo maltratando a su mujer. En ningún momento los justifica Ennis, pero nos muestra cómo han llegado a ser lo que son y sus dudas personales. Del mismo modo, también duda el Castigador si pesa más el hecho de que sean policías o de que sean criminales. Podremos leer aquí también cómo ha ido cambiando la opinión pública sobre la Policía en EEUU: pasaron de ser los héroes del 11-S a ser vistos como poco más que asesinos nazis. Estos tres números son, sin duda, la cumbre del tomo y una de las historias más potentes de la serie de Marvel Knights. Aquí podemos leer cómo la visión que tiene Ennis del Castigador empieza a evolucionar hacia lo que sería la serie MAX.
La segunda mitad del tomo es… desconcertante. Deja de lado la parte dramática, de un hombre desquiciado metido en una guerra contra el crimen que quizás está sólo en su cabeza, pero no se lanza al humor de sal gorda que podríamos esperar. En el primer número, Calamar, tenemos a un delincuente que ve fantasmas y está en busca de… ¿un calamar gigante? ¿en la costa de Brooklyn? Y el resto del tomo es otro arco de tres números llamado Oculto que se tira de cabeza al género del terror. Frank y una asistente social bajan al subsuelo de Nueva York, donde hay un grupo de personas sin hogar que están acumulando cadáveres para su histriónico y desquiciado jefe. Es una historia que ni tiene mucho sentido ni resulta coherente con el entorno que llevamos viendo durante cinco tomos. Además, Oculto está dibujado por Tom Mandrake, un dibujante más que solvente, pero cuya oscuridad y suciedad choca frontalmente con el característico estilo limpio de Steve Dillon.
Este tomo tiene un total de doscientas páginas, y el único extra que encontraremos en él es un artículo introductorio de Bruno Orive.
Sólo por la historia Hermandad ya merece la pena leer este tomo. No es aún el Ennis tan serio y realista que veríamos en la serie Max menos de un año después de estos números, pero ya empezamos cómo el enfoque del autor se empieza a separar de los chistes de gordos y enanos a algo más serio, más definido. Los que no hayan leído la serie MAX, deberían darle una oportunidad una vez termine esta serie de Marvel Saga, que llegará a su fin en los primeros meses de 2025.