El Castigador es un personaje complicado de escribir en estos tiempos. Frank Castle es un personaje hijo de su época, creado en los años 70, los años dorados del cine de personajes como Harry el Sucio, de actores como Charles Bronson o Chuck Norris. Tuvo su época dorada en los 80, los años de Schwarzenegger y Stallone. Pero pasada la glorificación del justiciero urbano, del tipo más duro que un bocadillo de chapas, es un personaje difícil de encajar. Lo fue, al menos, hasta la llegada de dos autores británicos que vinieron a revolucionar a su manera el medio (qué sorpresa, británicos revolucionando el cómic americano), Garth Ennis y Steve Dillon. Los autores de Predicador, el superventas de Vertigo, dieron el salto al sello Marvel Knights para revitalizar al vigilante más violento de la editorial, que por entonces estaba atravesando uno de los momentos más bajos de su historia. Una etapa que ahora recopila Panini en la colección Marvel Saga: El Castigador de Ennis y Dillon.
En 1998, tras una temporada con el personaje pegando bandazos y series de poca popularidad, Marvel decidió meter al Castigador en el lote que tenían que revitalizar Joe Quesada y Jimmy Palmiotti en Marvel Knights. La primera serie del personaje en esta línea corrió de la mano de Christopher Golden y Tom Sniegoski, con dibujos de un siempre bienvenido Bernie Wrightson. El problema es que decidieron convertirlo en un vengador sobrenatural al servicio de los ángeles en posiblemente la peor interpretación del personaje de toda su historia. En el 2000, lo pusieron en manos de Ennis y Dillon para que hicieran algo con él. Lo que fuera que no fuera lo del vengador angelical.
Y lo que hicieron fue una serie en la línea de Predicador, que a fin de cuentas era por lo que se habían hecho famosos y por lo que les habían contratado. Aunque la temática del bombazo de DC y la serie Marvel Knights no puede ser más diferente, el enfoque de ambas es tremendamente similar. Personajes hechos para molar para los que los convencionalismos sociales no existen, secundarios cómicos tontorrones (Caraculo en Predicador, Spacker Dave en El Castigador), escenas de violencia que de grotescas que son llegan a ser cómicas (la muerte de D’Aronique en Predicador, la mutilación de Ma Gnucci en El Castigador), unos diálogos brillantes, un apartado gráfico perfectamente reconocible y la sensación de que tenemos entre manos una macarrada poochie hecha para hacernos pasar un buen rato.
La era Marvel Knights del Castigador comenzó con una serie limitada de doce números, a los que siguió una serie regular que duró treinta y siete. Según confirmación de la propia Panini, en esta colección Marvel Saga se publicarán ambas series completas, en lo que suponemos durará ocho tomos. No todos los números están firmados por Ennis y Dillon: el guionista irlandés firmó treinta y un números de la serie regular, y el dibujante londinense sólo dibujó dieciséis números. Los dos primeros tomos (Bienvenido a casa, Frank y Vamos, Frank) incluyen la serie limitada, a seis números por tomo.
En este primer tomo tenemos básicamente una declaración de intenciones a largo plazo. Se presenta el entorno en el que se va a mover el personaje -urbano, girando alrededor del crimen organizado, con CERO componentes sobrenaturales, menos mal- y un elenco de personajes secundarios a cada cual más bizarro. Tenemos la familia mafiosa de los Gnucci, dirigida por una grotesca matriarca conocida como Ma Gnucci llena de odio y resentimiento tras cierto evento que veremos al principio de la serie, a dos policías encargados de meterse en medio de la guerra entre Castle y los Gnucci, Molly von Richthofen y Martin Soap, y a tres vecinos de la identidad civil de Castle, a cada cual más raro: la tímida Joan, el obeso Mr. Bumpo y el muy cortito Spacker Dave. Y, por si fuera poco, salen tres asesinos en serie inspirados por El Castigador. Y, a partir de aquí, ya tenemos las fichas encima de la mesa y toca ponerse a jugar con ellas, pero eso ocurrirá en el mes de abril con el segundo volumen. Eso sí, no sin antes tener un cameo de los propios autores diciéndonos qué es lo que realmente piensan del Castigador como personaje.
La serie del Castigador en la que pensamos todos cuando sale el nombre de Garth Ennis en una conversación es la del sello MAX, la que el escritor irlandés se llevó fuera de continuidad y con un tono mucho más serio y adulto un mes después de cerrar la serie de Marvel Knights. Pero toda esa serie, la mejor que ha tenido el personaje en sus más de cincuenta años de existencia, tiene sus raíces en algún sitio. Y ese sitio es, fundamentalmente, aquí.