Bueno, bueno, bueno… Cómo se pone este Caballero Vampiro. Si, lo que en principio parecía un shojo de manual, resulta que tiene más intrigas palaciegas y más dramas shakespeareanos que las Amistades Peligrosas de Pierre Choderlos de Laclos.
Comenzaremos conociendo a María Kurenai, una nueva alumna que revolucionará la clase nocturna, la diurna… Y especialmente a Zero. Estamos ante un personaje que traerá muchos (gratos e ingratos) recuerdos del pasado a nuestro «pelo plateado» particular. Además, poco a poco, iremos descubriendo los motivos de esta aparición estelar… Y es que en este manga nada ocurre por casualidad.
Por otro lado, la autora nos permite adentrarnos más en las vidas pasadas y presentes de diversos personajes, a los que se les concede poco a poco un papel más esencial en la trama. Es el caso de Hanabusa Aîdo, el guapo, exitoso y provocador vampiro que trae de cabeza a las alumnas de la clase diurna, que ahora se nos presenta como un cuidador fiel y leal, no sólo de su propio líder, Kaname Kuran, sino también de su propia familia.
El Caballero Vampiro coge carrerilla y nos regala emociones fuertes
¿Y qué decir de la relación a tres bandas Kaname-Yûki-Zero? Pues que no he visto tanto drama desde Romeo y Julieta. Matsuri Hino nos entremezcla por un lado los deseos de sangre cada vez más fuertes con otros instintos aún no revelados, pero latentes, de Zero; junto a la protección, intenciones ocultas y sorprendentes revelaciones por parte de Kaname; con la inocencia (y un poco de parguelismo, no nos engañemos) de Yûki Cross. Vamos, una telenovela en toda regla.
Lo que sí hemos de decir es que existe en esta relación a tres bandas un punto de inflexión en el momento en que Yûki decide investigar su pasado y descubrir por qué no recuerda nada desde hace 10 años, cuando Kaname la encontró entre la nieve… Y de momento hasta aquí podemos leer, porque nos vamos a encontrar con una de las grandes revelaciones de la historia. Una que, a buen seguro, cambiará el destino de nuestros protagonistas favoritos para siempre.
La verdad es que el manga no deja de sorprender en cada momento. Lo que en un principio parece una historia de amor vampiros-humanos adolescentes se convierte realmente en una lucha de poder e intrigas que relegan esa relación a tres bandas casi a un plano secundario. Ríanse de Juego de Tronos, porque a través de las páginas de El Caballero Vampiro también hace aparición el Consejo de Sabios, y vuelve un personaje que a Kaname no le hará ninguna gracia…
Además, la obra sigue siendo muy coral, con cada uno de los personajes aportando algo a la historia. Quizá no en un momento determinado, pero si en un futuro. Sabes que los secundarios siempre están pululando entre las páginas, esperando su momento de gloria, lo cual dota de intriga a la trama y te mantiene con los ojos pegados al papel.
Por otro lado siempre es agradable contemplar cómo la autora sigue manteniendo ese erotismo y sensualidad vampírico más allá de las propias páginas del manga. Es algo que traspasa incluso la cuarta pared y en más de una ocasión te quedas diciendo… “¡Ay! Casi!”. Y es que no hay que olvidar que los vampiros siempre tienen (o han de tener, excepción hecha en “Crepúsculo” y sucedáneos) ese aura de misterio que no puedes evitar, y que te obliga a acercarte aunque sepas que te van a hacer daño (y si no, que se lo digan a Mina Harker).
Por lo demás, el formato de Panini mantiene la encuadernación en rústica (tapa blanda), con la única pega de que los comentarios de Matsuri Hino al margen resultan un tanto pequeños por el tamaño de la letra. Eso si, es una ocasión muy buena para hacerte con la colección completa del manga en una edición muy chula y a un precio muy asequible.
En definitiva, El Caballero Vampiro nos va a mantener enganchados mucho más tiempo. ¿Cómo continuará la historia? Próximamente lo sabremos.
