Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Don Drácula

Don Drácula
Guion
Osamu Tezuka
Dibujo
Osamu Tezuka
Formato
Tapa dura. 15x23 centímetros. 584 páginas. Blanco y negro
Precio
30 euros
Editorial
Planeta Cómic. 2023

Buenas noches, queridos lectores. Ah, que hermosa noche japonesa. Aquí, paseando por el jardín de la finca de mi amigo Don Drácula, siento que me viene la inspiración. Si para un haiku o para una reseña, eso ya no lo sé.

Estamos ante la versión de Drácula de Tezuka. Una comedia alocada y alejada del realismo, aunque sin caer en el humor del absurdo. Bueno, no mucho. Publicada en 1979, después de  obras como Black Jack. Lo que viene siendo un soplo de risas y diversión sin demasiada seriedad ni drama. Hay una serie animada que aún no he visto entera (no me da el tiempo, no me da) que empezó a emitirse en 1982 pero se quedó a medias por problemas  económicos de la empresa de animación.

¿Y de qué va esta serie? Pues el bueno del Conde Drácula se ha ido a vivir al lado de Tokio. Junto con su hija adolescente que estudia en el turno de noche del instituto. Y naturalmente, con su criado Igor. Y como Drácula es un caballero y un señor, se ha llevado con él su propia casa de estilo europeo.

¿Y tenemos aquí una obra de terror? ¿Un drama sobre la humanidad perdida y el monstruo interior? Pues va a ser que no. De todos es conocido el apego de Tezuka a las animaciones de Disney de principios del siglo XX, así que basándose en esas obras crea esta nueva versión de Drácula.

Veremos en muchos textos sobre  esta obra que se engloba dentro del slapstick. Que básicamente es humor de gente a la que le pegan (o le tiran tartas o golpean con pescados en la cara). Algo de eso tendremos aquí, pero mezclado con el típico humor de gente  fuera de su ambiente, intentando adaptarse a otra cultura o sociedad.

Drácula hace lo que puede, pero le cuesta vivir como un japonés de finales de los 70. Se hija Chócola se ha integrado mucho mejor, a pesar de cierto problemilla con la luz del sol…

¿Y consigue Tezuka ese tono de comedia alocada y gamberra que se veía en los cortos estadounidenses de animación?

He tenido que cerrar el libro mientras me reía. Con eso os lo digo todo.

Pero claro, Tezuka es Tezuka.  La obra se divide en capítulos cortos llenos de risas y gamberradas argumentales… hasta que tocan los capítulos serios e incluso dramáticos. yo diría que serios hay dos capítulos. De esos que si no fuera por el dibujo amable y el tono ligero con el que se tratan temas duros nos resultarían dolorosos.

Y luego hay un capítulo que simplemente duele al leerlo.

Tezuka hace estas cosas.

Entonces, ¿estamos ante una obra infantil, juvenil o adulta? Buena pregunta. Diría que infantil no. No solamente porque no se pensó para niños (diga lo que diga la gente de los tebeos con el trazo rápido de Osamu) sino porque algunas temáticas necesitan cierta edad y madurez para entenderlas.

Y seguro que hay gente que lo clasifica directamente de políticamente incorrecto. Que esto es de 1979, lectores míos. Las mentalidades del público han tenido de haber (o deberían haber) cambiado algo.

Hablemos un poco del resto de personajes. En contra de lo que pudiera pensarse, el personaje del cazador de vampiros con problemas intestinales no copa todo el protagonismo. No caigamos en el  error de pensar que todas las historias serán una fuga de ese hombre.

Y luego tenemos a Chócola, la hija. que no es una coprotagonista porque tiene tanto protagonismo o más que su padre.

Porque puede que Drácula nos robe la sangre, pero Chócola nos robará el corazón.

Un personaje adorable que no solamente sirve de contrapunto (a la vez que de apoyo) a su padre, sino que tendrá sus propias historias e intereses propios. En cierta manera me ha recordado a Vampi. Aunque lo más correcto sería decir que Vampi recuerda a Chócola, que es anterior, pero ya me entendéis :-).

¿Qué decir del dibujo? Simplemente que la expresividad de los personajes y la fluida narrativa de las peleas o persecuciones mantienen y refuerzan ese tono, ese sabor, de comedia física que el autor buscaba.

Y que estaremos tan ocupados riéndonos a lo largo de los 26 capítulos que no nos pararemos a estudiar los recursos técnicos que usa Tezuka. Ay, esas capas. Ay, ese clavo atravesando un corazón. Ay, ese carruaje…

La edición incluye un Epílogo de Tezuka y el habitual recordatorio de que estas obras tienen muchos años y se escribieron en un mundo y para un público diferente.

La traducción es, una vez más, obra de Marc Bernabé.

¿Por qué leer Don Drácula?

Un humor intemporal, que nos hace carcajearnos hoy como sin duda lo hacían los lectores de 1979. La expresividad de Drácula. El personaje de Chócola y sus intentos para ser una chica normal en el instituto.

¿Por qué no leer Don Drácula?

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