Pues, como quien no quiere la cosa, estamos a un Marvel Gold de tener cerca de los primeros treinta años de aventuras del Doctor Extraño en formato Marvel Gold/Marvel Héroes. Doctor Extraño: Los versos vampíricos continúa la serie Doctor Strange, Sorceror Supreme donde la dejó Peter B. Gillis, cuya etapa fue recogida en el Marvel Heroes 100 , y recopila la etapa de Dann y Roy Thomas al frente de la colección. Una etapa en la que Thomas hace lo que mejor sabe hacer: integrar, redirigir y conducir todos esos secundarios importantes de la cabecera y crear un subuniverso fácilmente reconocible para los lectores habituales.
Thomas y su esposa toman la serie a partir del número 5 de la nueva cabecera y se hacen acompañar de Jackson Guice. El equipo permanecerá prácticamente estable en la gran mayoría de los 26 números que recoge este tomo, dejando aparte el tie-in del Motorista Fantasma. Y se nota, porque los Thomas hacen un ejercicio de reconducir lo que habíamos estado viendo para formar un grupo de personajes recurrentes que vayan participando y dando volumen a la serie. De este modo, vamos a seguir contando con Clea, Wong, Imei, Sarah Wolfe, Rintrah o Topaz, pero vamos a recuperar a Morgana Blessing, Mordo, Umar, Dormammu… y los vampiros y hombres lobos.
El Comic Code había hecho que el universo de monstruos Marvel estuviera muy limitado y centrado en ciertas colecciones y, en el punto en que nos encontramos de estos números, los vampiros prácticamente habían desaparecido, salvo por esa «trampa» que era el personaje del Dr. Morbius, un vampiro creado por la ciencia. Thomas contará con el propio Morbius para esta historia y con el Barón Sangre, un viejo conocido Stephen Extraño, y va recuperando el mundo de los vampiros, el vudú o los hombres lobo para una serie en la que se encuentran completamente a sus anchas.
El hecho de no ser una de las cabeceras más populares le dio cierta tranquilidad a los Thomas para poder desarrollar la idea que tenían en mente tomándose su tiempo. De este modo, van recuperando personajes poco a poco, sembrando semillas para desarrollar las tramas que tienen en mente, a un ritmo nada precipitado. De hecho, ese puede ser uno de los grandes handicaps de leer este tomo «de una sentada». Si bien otros tomos Omnibus se leen con mucha facilidad, la cantidad de datos que nos proporcionan, las tramas, los personajes… hacen que la lectura sea algo densa y preferible de intercalar con otras obras pendientes.
Porque otra cosa que perjudica en esa densidad en la lectura de la que hablamos es la decisión que toma Roy Thomas (esta vez en solitario) de realizar unos complementos en cada número bajo el nombre de El libro de Vishanti . En estas 6 páginas por número se hace acompañar de otros dibujantes para hacer historias donde se resumen demanera condensada diversas parcelas de las tramas principales de la etapa de Dann y Roy Thomas: la historia de los vampiros, del vudú, de los hombres lobo, la historia del Barón Mordo o la de Umar y Dormammu. Igual que digo que puede contribuir a que la lectura en grandes dosis haga un poco de bola, pocas veces hemos tenido tantas referencias para situarnos en una colección tan plagada de personajes y criaturas mágicas.
El dibujo de esta etapa, con honrosas excepciones de números dibujados por Gene Colan o Chris Marrinan, recae en Jackson Guice. Guice apuesta por un dibujo muy hijo de su época, con evidentes referencias fotográficas que hacen que algunas poses queden un poco forzadas, pero que por otro lado es un estilo muy transgresor, con numerosas viñetas a sangre, absolutamente explosivas a la vista y que, sin duda alguna, conectarán con facilidad con los nuevos lectores que lleguen alentados por el Universo Cinematográfico Marvel. Si Ditko planteaba páginas psicotrópicas y rompedoras para su tiempo, el trabajo de Guice marca el cambio de época hacia la edad moderna del cómic, con una tendencia a la sobrecarga visual que tenga con la boca abierta al lector. Sabiendo ubicarte en el momento de publicación, lo encuentro un trabajo superlativo. Lo que sí tiene mucha relevancia es el entintador. Comienza haciéndose cargo José Marzán Jr, con un entintado más clásico, pero pronto se hace cargo el propio Guice, con un entintado más pesado y que le dota de un aspecto más moderno, contribuyendo a ese cambio de época que marca el tono del dibujo de esta etapa.
El tomo cuenta con un tie-in con la serie del Motorista Fantasma y que, como viene siendo habitual en estas ediciones, incluye todos los números necesarios para entender la historia. El tomo incluye, a modo de extas, algunos bocetos de portadas y muestras de entintado de algunas de las páginas que hemos podido leer en estas más de 700 páginas.
En definitiva, Marvel Héroes 107. Doctor Extraño: Los versos vampíricos es, probablemente uno de los mejores tomos para el lector ocasional que haya salido del cine con ganas de ver cómo se las gasta Stephen Extraño en el cómic. Con la aparición de muchos de los personajes que hemos podido ver en mayor o menor medida en las películas, y con un estilo de dibujo más moderno y apto para el neófito que pueda tener algún conflicto con un dibujo más clásico, este tomo es una vía de entrada perfecta para encontrar en las páginas de cómic una fuente de entretenimiento igual o mejor que el cine.
Lo mejor: El esfuerzo de Thomas por hacer un universo con personajes recurrentes y por resumir toda la historia del personaje y sus enemigos. El salto de generación evidente que pega Guice con su dibujo.
Lo peor: Contiene tanta información y recurre a tantos secundarios, que la lectura a grandes dosis puede llegar a hacer bola.
