Es la hora de las tortas!!!

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Doctor Extraño: Amanecer de otoño

Doctor Extraño: Amanecer de otoño
Guion
Tradd Moore
Dibujo
Tradd Moore y Jensine Eckwall
Color
Heather Moore
Traducción
Gonzalo Quesada
Formato
Rústica. 23,4 x 33 cm. 136 páginas. Color
Precio
25€
Editorial
Panini Cómics . 2024
Edición original
Doctor Strange: Fall Sunrise #1-4 (Marvel)

La verdad es que es toda una sorpresa encontrar un cómic como Doctor Extraño: Amanecer de otoño en la Marvel actual, con una deriva de lo más conservadora desde la llegada de C. B. Cebulski en 2017 al sillón del editor-in-chief, que dicen los yankis y que vendría a ser algo así como el director editorial.

Doctor Extraño: Amanecer de otoño parece más propio de épocas anteriores, como justo la anterior, con Axel Alonso a la cabeza, o aquella primera etapa loca de Joe Quesada… incluso, si nos vamos más atrás, podría haber sido uno de esos proyectos que antaño salían al abrigo del sello Epic.

Pero Tradd Moore tampoco es el autor que uno esperaría ver en Marvel actualmente. Y más curioso aún es que haya forjado la mayor parte de su carrera en la Casa de las ideas, porque aunque su curioso estilo empezó a despegar ante los ojos de los fans en la saga de Luther Strode en Image, no tardaría en debutar en Marvel con Piloto Fantasma, hace ya una década. Desde entonces, nunca se ha desligado del todo de la editorial, ya sea haciendo portadas o en proyectos especiales bastante sui generis como Estela Plateada: Negro. Pero es que no hay más que abrir Doctor Extraño: Amanecer de otoño por cualquier página para ver que esta vez ha ido un paso más allá.

Doctor Extraño: Amanecer de otoño

Para empezar, esta serie es su primer trabajo largo como lo que se viene a llamar autor completo — aunque con algo de ayuda de Jensine Eckwall y los impresionantes colores de su esposa, Heather Moore — . Además, su idea embrionaria iba a ser un proyecto independiente que, aunque terminó recalando en Marvel y en el bueno de Stephen Strange, mantiene por completo la voluntad experimental y la impronta autoral, convirtiéndolo, como decíamos, en toda una rara avis en la Marvel actual, un soplo de aire fresco y un desparrame absoluto.

Aunque comenzamos in media res en un paraje insólito y surreal, poco a poco sabremos que el Dr. Extraño ha recibido un encargo por parte de una entidad primordial de otro mundo, nada menos que asistir el parto de su hijo. No obstante, he de advertir que esto no se parece para nada a lo que se os pueda estar pasando por la cabeza. El resultado es una aventura trepidante en dos mundos repleta de amenazas, persecuciones vertiginosas y sin tiempo para respirar, pero también un viaje de ácido, un despliegue de juegos simbólicos y prácticamente todo lo que ha podido ir llegando a la desbordante imaginación e imaginería de Tradd Moore, todo a la vez y comprimido en 136 páginas.

Por primera vez, Tradd Moore se encarga de una historia larga como guionista, pero más allá de la carrera psicodélica y los juegos subtextuales, lo mejor de guisárselo y comérselo todo es que es él mismo quién decide hasta dónde pueden llegar sus planteamientos gráficos. A nada que hayáis visto alguna imagen, no creo descubrir nada a nadie al decir que el peso de esta obra está fundamentalmente en lo visual.

Doctor Extraño: Amanecer de otoño

En cualquier caso, Moore se las apaña para salvar con éxito la papeleta literaria y volcar un nutrido puñado de ideas y conceptos más allá del apartado plástico. Tal vez puede pecar de algo bastante habitual en guionistas primerizos y querer volcar demasiadas cosas en un solo guion y es por eso que el estilo de historia de Doctor Extraño: Amanecer de otoño no es especialmente amable con el lector. Es pretendidamente confuso en el planteamiento para que experimentemos con Stephen el flipadote lisérgico de encontrarnos de repente en una realidad ajena y psicodélica. Gran parte de la obra es una especie de particular Alicia en el país de las maravillas, obra madre de los isekais y la psicodelia.

Además, sus textos son crípticos, fragmentados, tal vez hasta surrealistas, sin concesiones ni asideros para el lector hasta bien avanzada la obra. Por momentos puede recordar al J.M. DeMatteis más laberíntico de Moonshadow o Blood, un relato sangriento. Se empeña en usar conceptos del gnosticismo, crear mitologías, juegos simbólicos… Sí, puede ser que intente encajar demasiadas cosas en pocas páginas y quede un tanto denso, pero tiene la inteligencia de envolverlo en un correquetepillo trepidante de persecuciones y peleas, donde el bueno del doctor constantemente sale de la sartén para caer en las brasas. Pero más allá de todo esto, sobre todo, tiene la confianza de que te vas a quedar a bordo por el apabullante goce visual que nos ofrece.

Lo que nos da Tradd Moore en Doctor Extraño: Amanecer de otoño no es dibujo, es una experiencia. Es curioso que al principio no fuera un proyecto para el hechicero supremo de Marvel, porque aquí encontramos reminiscencias — diría que completamente voluntarias — de un Steve Ditko pasado de drogas, mezclado con el P. Craig Russel de aquel mítico ¿Qué te molesta, Stephen? Pero también vemos ciertos retazos de aquel Moebius que ya se intuía por momentos en Estela Plateada: Negro o hasta ciertos ecos de Javier Rodríguez o Marcos Martín. Y esto en lo que a cómic se refiere, porque si nos vamos fuera, podemos ver a M. C. Escher, a varios de los grandes de la psicodelia, como Alan Aldridge o Rick Griffin (aunque este último sí cultivó el mundo de las viñetas) y, si nos da por retroceder, podemos hasta encontrar cierta evocación de El Bosco.

Doctor Extraño: Amanecer de otoño

Y, si bien es en ocasiones denso y profuso en texto, tenemos también montones de secuencias mudas o prácticamente para recrearnos en esa realidad caleidoscópica, llena de fractales de colores vivos, como mirar la vidriera de una iglesia puesto de LSD. Y es que el color es importantísimo y el trabajo de Heather Moore es impresionante. De partida, despliega esa paleta de cálidos a la que nos lleva el título de la obra, pero encuentra hueco absolutamente para cualquier cosa a la que quiera atreverse y cada tono está subido al once durante toda la extensión del tebeo. Lo curioso es que mantiene el equilibrio y no cansa, pero eso sí, apabulla, porque esta es la intención del conjunto de Doctor Extraño: Amanecer de otoño.

Es por eso que, aunque este aún aturdido reseñador no sea muy fan de los tamaños grandes y menos aún cuando suponen saltarse el tamaño original de publicación, en este caso puede considerarse un acierto. Si se trata de hacer todo lo posible porque esta experiencia nos sobrepase, entonces esta edición gigante e incómoda de leer de Grandes Tesoros Marvel. Doctor Extraño: Amanecer de otoño está completamente justificada. La verdad es que hacía mucho que no podía leerse un tebeo así procedente de los USA y aún más en Marvel. Abstenerse corazones delicados.