Do A Power Bomb! es el tebeo de la década. Sí, lo sé, es algo que también dije hace un par de años cuando se publicó Murder Falcon. Pero es que lo de Daniel Warren Johnson no es ni medio normal. Hacía muchos años que no me encontraba con un autor que consiguiera hacerme flipar tan fuerte con sus obras. DWJ (así lo llamaremos a partir de ahora) consigue amalgamar sobre el papel pasión y corazón para regalarnos historias mucho más complejas de lo que pudiera parecer.
Si en Murder Falcon, DWJ nos contó una historia de superación a ritmo de Heavy Metal, en Do A Power Bomb! es el wrestling el motor narrativo de una historia que gira en torno a la importancia de la familia, el perdón y las segundas oportunidades. Nada es lo que parece en esta miniserie de siete números, nada.
Do A Power Bomb! tollinas con mucho corazón
Como buen chaval de los ochenta, también fui de los que flipó con los combates de lucha libre de Telecinco los fines de semana por la mañana, tuve algunos muñecos, me construí un ring con una caja de zapatos, gomas y lápices y perdí el interés poco más tarde hasta que hace unos lustros luchadores como Batista, Triple H, el Rey Misterio o John Cena me hicieron volver a aficionarme. En el mundo de cómic, también había pasado el momento de este espectáculo guionizado y coreografiado hasta la extenuación. Tuvo que llegar DWJ para que mucha gente hiciera volar su imaginación otra vez.
Así que si eres (como yo) de los que disfrutaba del wrestling hace la tira de tiempo o, si por el contrario, te la repampinfla pero estás buscando un buen tebeo, te garantizo que con Do A Power Bomb! lo vas a encontrar. Agárrate que vienen curvas.
No voy a desvelar detalles de la trama. Baste decir que las líneas maestras del tebeo quedan bien definidas antes de terminar el primer capítulo pero que esto no exime de que la obra tenga un buen montón de giros, cliffhangers o revelaciones que nos dejarán con el culo torcido e incluso nos darán una buena torta en la patata.
La protagonista de Do A Power Bomb! es Lona Steelrose, una joven que quiere hacer carrera en el wrestling profesional. El problema es que vive a la sombra de su madre, que murió en combate a manos de Cobra Sun, un heel (villano, según la narrativa y reglas propias de ese deporte) con el que se verá obligada a hacer equipo para un torneo por parejas de lo más peculiar. Destacar que el premio por ganar dicha competición es el mismo para todos los equipos. No diremos qué es, simplemente que es algo que a prácticamente todo el mundo le gustaría ganar.
Esta circunstancia provoca que el dramatismo de Do A Power Bomb! se dispare a medida que los diferentes combates se van sucediendo. Para lograr que empaticemos más con la causa, DWJ nos ofrece pequeñas píldoras de información para saber el motivo que ha llevado a los distintos equipos a formar parte de tan particular contienda.
Un dramatismo casi poético de proporciones shakesperianas que nos agarra del pescuezo obligandonos a terminar Do A Power Bomb! Tanto me ha gustado la obra que para confeccionar esta reseña la he leído varias veces en días consecutivos. Me sigue pareciendo increíble cómo el autor saca oro de una mamarrachada del calibre de la lucha libre, un espectáculo tan divertido como superfluo. También es brillante la forma en que un hilo narrativo compuesto de combates de dos contra dos sirve de vehículo para mostrar las emociones naturales que sirven de motor para el común de los mortales.
La obra ofrece también una lectura sobre la importancia de la sinceridad dentro del seno familiar, lo fundamental que es perdonar y otorgar segundas oportunidades, así como plantar cara a las adversidades con las que la vida nos pone a prueba.
Mención aparte merece el combate final. Todo un delirio onírico que nos hará parpadear y mirar dos veces para cerciorarnos de que estamos leyendo lo que estamos leyendo. Una locura de la que pocos autores podrían salir bien parados. Spoiler: estamos de suerte.
Daniel Warren Johnson, el insoportable peso de un talento descomunal
Así, citando una de las últimas obras del inmortal Nicolas Cage llegamos a la parte en la que nos faltan sombreros que quitarnos para alabar el espectacular dibujo de Do A Power Bomb! Lo de este muchacho, acompañado siempre de su leal colorista y amigo Mike Spicer, es de otra galaxia. Qué diseños, qué narrativa…
Los combates que vemos en este tebeo son puro heavy metal. La violencia y fisicidad de los diferentes golpes y movimientos es mostrada con toda su crudeza de una manera casi visceral. Estamos ante uno de los mejores, sino el mejor, dibujante de su generación. Un dibujante capaz de hacer realidad en el papel toda la furia imparable que es su imaginación.
Un último apunte sobre Do A Power Bomb!. Hace apenas unas semanas Daniel Warren Johnson consiguió un Eisner a la mejor obra juvenil publicada en 2022. Se lo merece sin duda.
Norma Editorial ha publicado esta miniserie en formato oversized, con sobrecubierta y papel de alto gramaje. Incluye una galería con bocetos y portadas alternativas, así como un texto del luchador profesional Christopher Daniels. La pega es que el PVP es de 40 €. La historia y la edición merecen estos lujos, pero quizás antes debería haberse editado en un formato más estándar con un precio más económico, porque imagino que mucha gente se quedará sin disfrutar de esta joya debido a su importe.
En resumidas cuentas, un tebeo magnífico de esos que hacen grande al medio del cómic.