Aunque nos cueste admitirlo, vivimos en un mundo malvado lleno de gente malvada que hace maldades todo el rato. Por suerte, hay una camarilla secreta dentro del gobierno de Estados Unidos que opera al margen del sistema para influir en los asuntos del mundo mediante asesinatos selectivos. Así que si vas por ahí dañando al prójimo, haciendo del mundo un lugar peor de lo que ya es o impidiendo sin más que algo bueno ocurra… en este momento alguien podría estar condenándote a… DIE!DIE!DIE!
Admitámoslo: Robert Kirkman es uno de los autores de cómic más palomiteros que nos podamos echar a la cara. No sólo ha creado Invencible, una de las series de superhéroes más frescas y adictivas del siglo XXI. No sólo ha creado Los Muertos Vivientes, una de las franquicias más exitosas del cómic independiente, y germen de una longeva y áclamada serie de televisión. Además, entre trallazo y trallazo, le da tiempo a sacar pequeñas joyas como El asombroso Hombre Lobo o El poder del fuego que son, como mínimo, garantía de calidad y entretenimiento. A este grupo de pasatiempos se une este Die!Die!Die!, un thriller de acción desenfrenada y con mala leche a espuertas.
Si me dicen que Die!Die!Die! está escrito por Mark Millar, me lo creo a pies juntillas. El guionista escocés está especializado en este tipo de gamberradas, a las que sólo le falta una pegatina en la portada que diga “próximamente en cines”. Sin embargo, no estamos acostumbrados a ver a Robert Kirkman en semejantes despliegues de mala uva. El mundo de Die!Die!Die! va desde los despachos de senadores de Washington a lo recóndito de las selvas sudamericanas, y no sé si impactan más las pullas que se lanzan los políticos o los golpes y puñaladas que se asestan los asesinos de campo. Kirkman, junto con su compinche Scott M. Gimple (productor y escritor de la serie de televisión The Walking Dead, y coautor del guion de la película Ghost Rider: Espíritu de Venganza), urden una trama que nos cuenta cómo unos trillizos son entrenados desde niños por su padre para convertirse en asesinos de élite. Uno de ellos termina trabajando para una camarilla de políticos estadounidenses que pretenden hacer del mundo un lugar mejor mediante misiones encubiertas que implican asesinato, chantaje y espionaje al más alto nivel. Y los otros dos… tendréis que leer el cómic para saberlo.
No cuesta imaginar Die!Die!Die! como la semilla de un proyecto de película o serie de televisión. Puestos a soñar, nadie como Helen Mirren podría interpretar a la deslenguada y libertina senadora Lipshitz, el agente del Gobierno Stan tiene los rasgos y el porte de Jason Statham, y los trillizos Paul, John y George (sí, en el cómic se explica por qué se llaman así) habrían sido maravillosamente interpretados por un joven Mark Dacascos… hace 25 años. Pero no son sólo los rasgos físicos de los personajes los que confieren un look cinematográfico a este tebeo. La extraordinaria labor a los lápices de Chris Burnham (El Multiverso de Grant Morrison), con un estilo muy similar al de Frank Quitely, sus escenas de acción trepidantes y acertados ángulos de cámara, hacen que este cómic se lea en un suspiro, y que las comparaciones con The Authority sean inevitables. Aquí, sin embargo, la trama se reparte entre la acción a cargo de los trillizos y las conspiraciones gubernamentales protagonizadas por la muy pasada de vueltas senadora Lipshitz. Una mujer que, entre orgías, rayas de coca y cunnilingus en su despacho, sólo quiere hacer del mundo un lugar mejor. Que su cargo conlleva responsabilidades, pero también privilegios.
Intentar profundizar en la trama de este primer volumen de Die!Die!Die!, publicado en España por ECC Ediciones, implicaría soltar algún que otro spoiler, y me niego a recurrir a eso. Kirkman, Gimple y Burnham nos plantan en la cara un taquillazo palomitero veraniego con tiroteos, explosiones y espectaculares combates cuerpo a cuerpo, pero sin descuidar una trama de conspiraciones gubernamentales a gran escala (a muy gran escala, y no puedo decir más). Si queréis pasarlo en grande con un tebeo divertido y plagado de acción, aquí tenéis algo a la altura de vuestras expectativas.