En este año 2019 nuestra querida Marvel Comics cumple 80 años de historia editorial. Ahí es nada, ocho décadas haciendo soñar a millones de personas con un bagaje formado por miles de historietas, personajes y ahora además con todo un universo cinematográfico para que su fama sea todavía mayor. Pero vamos a centrarnos en el papel, que aquí es de lo que hablamos. Como parte de los eventos para celebrar tan sonada fecha, La Casa de las Ideas está publicando numerosos proyectos: desde el próximo especial de 80 páginas con 80 equipos creativos distintos, pasando por one-shots que suponen el regreso de autores míticos de la editorial a la línea “Décadas”.
“Décadas: Marvel en los años 40. La Antorcha Humana contra el Hombre Submarino” es el primero de los volúmenes impulsados por Cebulski donde podremos seguir un recorrido por la evolución de la editorial. El tomo que nos ocupa recopila material de la mismísima Golden Age, pero ojo, no es una recopilación cronológica ni tampoco encontraremos en ella las primeras apariciones de los personajes, no. Aquí podremos leer diversos números seleccionados de las cabeceras “Marvel Mystery Comics” y “The Human Torch Comics” de la Timely de Martin Goodman, una selección que sigue como criterio ver la eterna disputa que había entre lo dos mencionados personajes.
Leer este tomo supone una excelente oportunidad para acceder a un material que en España casi no hemos olido. Más allá de un tomo de la línea Marvel Limited Edition dedicado al Capitán América de los años 50 (protagonista del siguiente tomo de la colección) y alguna otra rareza como el “Marvel: Cinco fabulosas décadas de cómics”, en España la Golden Age de Timely/Marvel es casi como una leyenda urbana. Es cierto que estamos ante un material por el que se nota el paso y el peso de los años y que hay que leer con la mente abierta y sabiendo un poco los tópicos que nos vamos a encontrar, así como contextualizar la época en la que se editó (en estas páginas hay bastantes situaciones machistas y comentarios que difícilmente superarían el rasero moral actual).
¿Qué podemos encontrar en este puñado de tebeos? Pues en esencia la lucha entre Namor, que quiere conquistar el mundo de la superficie, y a la Antorcha Humana original (el androide Jim Hammond) tratando de evitarlo y a la vez preservar el estilo de vida americano. También, haciendo uso de los grandes elementos clásicos del género podremos ver como se alían contra un enemigo común: los nazis. Sin un Comics Code que tocase las narices, en estas páginas podíamos ver a la escoria alemana representada claramente (con la esvástica incluída). De hecho Hitler aparecerá personificado como La Muerte o como uno de los jinetes del apocalipsis. También se puede apreciar la influencia del Pulp (que era lo que mandaba en Estados Unidos hasta que DC Comics presentó a Superman y Batman unos años antes) y en los rasgos de Namor, así como en su reino, la tecnología futurista de Atlantis y demás hay semejanzas con Ming, el villano de Flash Gordon creado por Alex Raymond en 1934. También hay una aparición de la versión Golden Age de Ka-Zar que está claramente influenciada por The Phantom de Lee Falk y Ray Moore o la forma en la que la Antorcha Humana se relaciona con la policía puede recordar también en cierta forma a la red de La Sombra de Walyter B. Gibson. Por último, destacar que también aparece Toro, el sidekick de la Antorcha Humana y cuya concepción bebe del concepto de “compañero” impulsado por la mencionada DC con Batman y Robin.
Hemos mencionado que en la obra no hay censura (el Comics Code se fundó en 1954) y aunque no hay violencia explícita si que podremos observar a un Namor que no duda en masacrar a los seres humanos usando sus turbinas generadoras de maremotos, sus ballenas mecánicas, pulpos devoradores de hombres o tiburones suicidas. Sin embargo, también conoceremos a un Namor que muestra misericordia al apiadarse de un bebé que queda abandonado o salvando a un piloto de un caza cuya muerte no serviría a sus propósitos de modo alguno. Por su parte la Antorcha Humana representa la bondad y Toro el entusiasmo de una juventud que estaba deseosa de entrar en acción (todo con fines propagandísticos, por supuesto). Ya se ha mencionado que también trabajaran juntos, aunque dicha asociación todavía no responderá a ningún tipo de denominación, puesto que todavía faltaba mucho tiempo para que los designasen como All Winners Squad o Invaders.
Estamos ante un puñado de aventuras ligeras que no pretenden otra cosa que entretener y servir como diversión de consumo. Realmente creo que lo consiguen y logran que se puedan disfrutar por mucho que pueda echar para atrás un dibujo muy funcional (esa ausencia de fondos o ese diseño de Namor) y que la abundancia de textos de apoyo y de situación ralentice en exceso la lectura. Al fin y al cabo estamos ante el comienzo de la historia de Marvel Comics y ya vemos algunas de las señas de identidad de la compañía, como la existencia de una ligera continuidad y la sensación de universo compartido entre ambos personajes. También hay muchas cosas que sacan los colores, como que un Androide esté preocupado por ahogarse o algunos poderes de Namor como su capacidad para expulsar agua por sus poros como si fuera un sistema de riego humanoide.
La mayoría de las páginas vienen firmadas por los propios creadores de los personajes: Carl Burgos (La Antorcha Humana) y Bill Everett (Namor). Por supuesto habría muchos más autores implicados, pero una de las grandes lacras de la industria fue la de hacer invisibles, o directamente inexistentes, a todos aquellos que se consideraron secundarios o prescindibles.
Terminamos destacando la edición de Panini. Calcada de la de Marvel, incluye los textos originales, algunos bocetos y anuncios de la época cuya publicación ha sido posible gracias a la recuperación de los materiales para la línea Marvel Masterworks, siendo la reproducción de los mismos excelente.
Me he quedado con ganas de más.
