“Bang, si te paras estás muerto”
Simple, directa, precisa. Así es Death or Glory, una de las más recientes creaciones de Rick Remender para su propio sello en Image Comics: Giant Generator. Lo cierto es que cuando el guionista americano anunció que se centraría en sus series de creación propia me dio bastante pena. Y es que soy de los que disfrutó mucho de sus etapas en Imposibles Vengadores e Imposibles X-Force para Marvel Comics. Aunque claro, viendo el resultado se hace más cierto que nunca eso de “nada como jugar con tus propios juguetes”.
Rick Remender ha rematado la serie de Death or Glory en apenas once números americanos publicados en España en dos volúmenes por Norma Editorial. Este thriller de acción en clave de road movie y con vocación de blockbuster veraniego es brillante por su sencillez y por la ejecución de la idea que el guionista tenía en la cabeza. No nos vende otra ni se dedica a estirar el chicle más de lo que sería necesario. No, todo tiene una lógica dentro de la serie con un inicio, un nudo y un desenlace muy bien elaborado.
El título de la serie, Death Or Glory, no puede ser más apropiado para lo que se cuenta en la media docena de capítulos finales. Glory, la protagonista, tiene que llegar a su objetivo. De ello depende la vida de un ser querido de manera directa, y de forma indirecta de incontables personas, que son el daño colateral del negocio perpetrado por un villano en la sombra que ahora por fin sale a escena.
A golpe de volantazo y entre tiroteo y tiroteo, Rick Remender saca tiempo para mostrarnos algunos flashbacks que explican el comportamiento de los personajes de su serie. Una mezcla de turbiedad, surrealismo y almas negras como el carbón. De paso, también hay cierta cantidad de crítica social relativa a la impunidad con la que ha menudo actúan los carteles de trata de personas.
Un aspecto que me gusta mucho de las obras de Remender es que a menudo ocultan muchos más valores humanos de lo que a priori parece. Al bueno de Rick le gusta juntar a personajes rotos, que no tienen ninguna meta en la vida (o que viven milla a milla como dice Toretto de Fast & Furious) y logra que creen vínculos o familias entre sí, sin que para ello sean necesarios lazos de sangre, como ya ha demostrado a lo largo de la genial Clase Letal. En Death or Glory hay mucho de esto, especialmente en la recta final de la obra. Toda una orgía en forma de carrera de coches monstruosos que parece haber salido del libreto de George Miller para su última Mad Max: Fury Road.
En serio, no exagero, la serie no ha dado en ningún momento un descanso a los protagonistas o al lector, pero el desenlace está tan subido al once que parece que Remender y Bengal lo hayan creado puestos de speed y de anfetaminas. Y ya que menciono a Bengal… me quedo sin alabanzas para el dibujo del artista francés. Sus planchas son sencillamente explosivas. La batalla de coches final es todo un derroche de imaginación y diseños imposibles que pueden llegar a contrarrestar un poco el supuesto realismo de la serie, pero es una concesión que estamos dispuestos a hacer visto el resultado final.
La verdad es que a veces se agradecen este tipo de tebeos que simplemente sirven de vehículo evasivo de calidad. Sentarte, abrir el tebeo, desconectar y dejarte llevar por una descarga de adrenalina que no baja hasta que cierras el cómic.
Tebeos así siempre hacen falta.