Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

DC Pocket. Flash: Año Uno, de Joshua Williamson y Howard Porter

DC Pocket. Flash: Año Uno, de Joshua Williamson y Howard Porter
Guion
Joshua Williamson
Dibujo
Howard Porter
Color
Hi-Fi
Formato
144 páginas a color, rústica.
Precio
9.95 €
Editorial
ECC. Mayo 2023
Edición original
The Flash núms. 70-75 USA

Ayer se estrenó en todo el mundo la primera película de Flash en solitario. Aún no la he visto, pero debo reconocer que hace un año no tenía todas conmigo de que viera la luz algún día. Más allá de eso, ECC ha aprovechado la ocasión para lanzar unas cuantas novedades relacionadas con el velocista escarlata: la precuela, el integral con toda la saga Flashpoint (nombre inicial del proyecto fílmico y principal inspiración) o esta edición pocket del arco argumental “Año Uno”, de Joshua Williamson y Howard Porter.

Flash Año Uno

Diversidad y disparidad de formatos, precios e historias. A título personal, me quedo con este tomito porque soy un enamorado de la línea Pocket por la oportunidad que nos brinda de redescubrir o descubrir grandes tebeos a precio reducido. Este “Año Uno” fue publicado dentro de la serie regular de Flash en sus números 70 a 75 y, aunque formaban parte de una saga mayor, Williamson realiza un trabajo competente para que pueda disfrutarse de manera independiente.

El “Año Uno” de Barry Allen

Joshua Williamson es un autor todoterreno. Lo mismo triunfa con la serie Indie “Rompeuñas”, que se encarga del futuro relanzamiento de G.I.Joe en Skybound. En DC es todo un chico de empresa que no debe decir que no a ningún encargo. Recientemente le hemos podido leer en Batman o en las últimas Crisis Oscuras. En esta ocasión cogió las riendas de Flash durante el renacimiento del personaje de hace ya una década. Su etapa fue tan disfrutable como ramplona tratando de imitar, con pobres resultados, a la de Geoff Johns, sobre todo en el trato de los villanos.

Flash Año Uno

Flash: Año Uno arranca de una trama previa en la que Barry se ve “obligado” a rememorar su pasado que es justo lo que nos cuenta su equipo creativo en estas 140 páginas. Ahora bien, no es una historia de “origen” al uso. Tampoco sirve para redefinir al personaje en sus inicios como pudieron ser los orígenes secretos de Green Lantern o Superman contados por Geoff Johns. De hecho, toda la historia desprende un tufillo a “Elseworlds” que tira de espaldas. Tanto que incluso en el desarrollo de la misma se menciona varias veces al multiverso por lo que este Año Uno bien podría ser uno entre muchos posibles.

El cómic que tenemos entre manos se lee con gran rapidez gracias al ritmo y dinamismo que Williamson y Porter dan al curso de los acontecimientos. El accidente de laboratorio que da a Barry sus poderes sucede en las primeras páginas por lo que a partir de ahí vemos como sus primeros pasos como héroe de Central City se van desarrollando.

Me ha gustado mucho como es potenciado el lado más humano de Flash en Año Uno. Nos encontramos con una persona que se siente en parte indigna del don que ha recibido. Inexperta y temerosa del verdadero potencial y alcance de sus poderes. Es errático e imperfecto, cualidad extraña en los personajes clásicos de DC.

Otro aspecto positivo es como Williamson consigue retratar a un personaje cuyo mayor superpoder no es la velocidad sino la esperanza en que todo saldrá bien con el esfuerzo necesario. Por otro lado, hay toda una carta de amor al cómic de superhéroes oculta en un guion que no teme enaltecer al género por medio de escenas en las que Barry recuerda su pasado y lo mucho que le ayudaron los tebeos en sus momentos difíciles. Sospecho que aquí hay una historia personal y no creo que me equivoque en afirmar que el autor ha volcado sus propias vivencias en el procesador de textos. Para terminar de enumerar las virtudes de Flash: Año Uno no podemos dejar de lado la espectacular versión de Iris. Más “Lois Lane” que nunca, no dudará en meterse de cabeza en cualquier follón con tal de conseguir la noticia. Fuerte, decidida y testaruda, como debe ser.

Año Uno

En el lado menos positivo de la balanza cabe destacar que la obra no puede sacudirse en ningún momento el aroma intrascendente que la embriaga de principio a fin. Y hablando de desenlace, este puede llegar a resultar un pelin apresurado. Algo que contrasta con la naturaleza de la principal némesis de Flash en la obra. Pero no vamos a decir más.

Con todo, Flash: Año Uno es un tebeo la mar de divertido que nos hace recordar las añoradas etapas de Geoff Johns o Mark Waid.

Ojo, no me olvido de Howard Porter. Lejos queda el artista cumplidor que ilustró la plana mayor de la JLA de Grant Morrison. Ahora, Porter ha mutado en un dibujante sumamente espectacular que plasma con una energía embriagadora los poderes de Flash en el papel.

La edición de ECC es ramplona como pocas, eso sí, el único extra que incluye son algunas portadas alternativas. Por lo menos las cubiertas “regulares” están al comienzo de cada episodio. Habría estado bien que incluyesen algún artículo pues contextualizar cualquier tebeo de DC de los últimos 15 años debería ser obligatorio en su correspondiente edición en castellano.