¡Qué bien! ¡Por fin tengo en mis manos un nuevo volumen de “Dash Kappei”! La reedición de nuestro querido Chicho Terremoto se ha convertido en el buque insignia de la casi recién llegada editorial Kimmo, y lo cierto es que está serie es mi “lugar feliz” cada vez que se publica, colocándose de manera inmediata en los primeros puestos de la montaña de lecturas pendientes. Pero amigos, más nos vale disfrutarlo, porque este noveno tomo de “Dash Kappei” es el penúltimo de su colección. Lo bueno se acaba 🙁

Lo cierto es que estamos ante un tomo trascendental. En primer lugar veremos como Kappei termina su periplo de probar otros deportes como el tenis de mesa o la esgrima para volver a hacer lo que se le daba todavía mejor: el baloncesto.

No obstante, ya habrá tiempo de llegar ahí porque primero hay que gozar el desenlace del periplo de nuestro protagonista con el arte de la espada. Desconozco si Rokuda sabía que la serie iba a cerrar o es que directamente le daba todo igual. Sea cuál sea la respuesta, nosotros como lectores salimos ganando, pues la montaña de disparates y técnicas absurdas hacen a este manga elevarse por encima de la etiqueta de Spokon para abrazar más que nunca lo estrambótico y surrealista.

“Dash Kappei” es, por encima de todo, un manga de humor con toques románticos. Un humor que resulta picantón muchas veces pero sin caer en lo soez. A golpe de vulgaridad, este tipo de gags visuales también esconden una profunda inocencia en la forma en la que Kappei percibe a su amada Akane. Una inocencia que el autor echa por tierra al mostrar un pasaje onírico absoluto y completamente desternillante del que prefiero no dar más datos. Solo mencionaré que la escatología hará acto de presencia de manera bastante original.

Ahora bien, un detalle que me gusta mucho de esta obra (más allá de lo refrescante que me parece leer un humor tan políticamente incorrecto hoy en día) es la manera en la que Rokuda vuelca en sus páginas la influencia de productos de entretenimiento puramente occidentales. En un mercado tan hermético a la cultura exterior como el japonés, resulta de lo más curioso encontrarse referencias claras y directas a filmes como “Terminator” o “Conan el bárbaro”.

Más allá de esto, cabe destacar que el autor da a Kappei de un monumental objetivo, como es salvar al instituto Seirin de su cierre definitivo. Una causa que le hará enfrentarse a adversidades de todo tipo como conjuros sobrenaturales o su propia versión del KKK, sí, KKK. Pero para saber lo que significan las siglas, en esta ocasión tendréis que haceros con este volumen.

Como siempre, el dibujo de Noboru Rokuda no puede ser más adecuado para “Dash Kappei”, gracias a su gusto por la exageración, los gags visuales de humor slapstick o las expresiones faciales de todo tipo (e igual de exageradas).

La edición de Kimmo incluye páginas a color y una correcta reproducción de los materiales originales. La elección del papel también es muy buena (pese a alguna transparencia ocasional) que hace que este tomo de más de trescientas páginas sea sumamente manejable.

La octava entrega de “Dash Kappei” vio la luz en verano de 2023. Hemos tenido que esperar seis meses para leer su continuación, esperemos que el desenlace final de la obra no se haga tanto de rogar.

Creedme si os digo que voy a echar muchísimo de menos las peripecias de Kappei Sakamoto y compañía.