Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Dark Investment. El incidente Calcabrina

Dark Investment. El incidente Calcabrina
Guion
Javier Ara
Dibujo
Javier Ara
Color
Manuel J. Rodríguez
Formato
Rústica con solapas. 128 páginas. Color
Precio
15,95€
Editorial
Drakul (Línea Likantro). 2021

Desde que hace cuatro años nos sorprendiera con Atraco a mano alzada hasta hace unos meses, solo otra obra, La gran batalla de los gusis, se podía contar en el currículum comiquero de Javier Ara. Teniendo en cuenta que la segunda es además un cambio de registro hacia el cómic infantil y solo dibuja, Dark Investment. El incidente Calcabrina es su segunda obra como autor completo, o casi completo, ya que Manuel J. Rodriguez termina el trabajo con el color.

Dark Investment. El incidente Calcabrina

Con esto queremos decir que en cierto modo, Ara es un autor novel y, sin embargo, demuestra un acabado y unas tablas poco habituales en alguien de tan corta experiencia. La trampa está en que este autor madrileño tiene una amplia carrera a sus espaldas en el mundo de la animación, lo que explica el nivel de acabado, el movimiento y la amplitud de registros (de la que podéis ver una muestra en su reel). Si de Atraco a mano alzada a Los gusis lo vimos reinventarse, el cambio no es más leve en Dark Investment. El incidente Calcabrina. Y no solo a nivel gráfico, nos vamos de la metaficción noir a la comedia infantil y de ahí al blockbuster al más puro estilo de los tebeos mainstream USA.

Tratar de sintetizar Dark Investment. El incidente Calcabrina es todo un reto porque Javier Ara se empeña en dejarnos como mínimo una idea loca por página, pero a grandes rasgos, de la mano de Angélica Keil, descubrimos un mundo (muy parecido al nuestro) en el que las almas son un importante activo económico. Se compran y se venden con intrincadas legislaciones, agresivas estrategias y movimientos en bolsa. Una noche, en el transcurso de una transacción normal (todo lo normal que puede ser una invocación demoníaca que termina en asalto con patada a la puerta), se comenzará a destapar toda una oscura conspiración que envuelve cultos ninja, el multiverso, terminators con bombín, coches transformer, convenios colectivos y lo peor de todo: ¡abogados!

Dark Investment. El incidente Calcabrina

Dark Investment se atreve con todo y es que ambición no le falta. Aunque El incidente Calcabrina es una historia autónoma, planea ser sólo el primer tomo de una serie, cuya segunda entrega está en el horno y probablemente no tarde en salir. Dark investment funciona con todos los códigos de la acción superheroica y un buen chorro de humor, que hará las delicias de los amantes de Peter David o Fred Van Lente.

En el mismo sentido, el dibujo se distancia de lo que le hemos visto hacer en obras anteriores para acercarnos al mainstream yanki, pudiendo advertir ciertos toques de Kevin Maguire y algún que otro deje noventero. De nuevo se reinventa y de nuevo el acabado es elegante. La puesta en escena de la acción y el acting funcionan sin reservas de tal modo que si nos dijeran que esta serie proviene de Boom o IDW podría colar con toda tranquilidad.

Si hay que sacarle un pero a Dark Investment. El incidente Calcabrina es que, cae en un vicio de autor novel, que es querer contar demasiadas cosas. Hay una idea o chaladura por página, una secuencia de acción sucede a la otra, cada cambio de escena es un nuevo nivel de complejidad del mundo que nos presenta. No hay momento para el relax y tal vez los personajes resultan perjudicados. Dark Investment. El incidente Calcabrina es trepidante, imaginativo e ingenioso, pero no nos da un momento para hacernos con los personajes y cogerles cariño. Pese al carisma de la protagonista solo sabemos que responde al perfil de ejecutiva agresiva y que tal vez hay algo más por debajo, pero ni una pista de quién es o qué la motiva. Esto es aún más exagerado en el resto de personajes y tal vez nos falte algo de ancla emocional para terminar de cogerle al tebeo el cariño que se merece.

Dark Investment. El incidente Calcabrina

Esa misma sed por llenar hasta el último hueco lo tenemos también a nivel de narrativa gráfica. Sus viñetas apenas tienen aire y es común que sus personajes se salgan de ellas y, teniendo en cuenta que todo lo que nos son escenas de acción son diálogos, nos falta un poco de espacio para respirar y puede llegar a ser narrativamente algo abrumador. En este aspecto narrativo es donde también cojea el trabajo de color de Manuel J. Rodríguez. Luces, texturas, volúmenes y equilibrio cromático están impecables, pero por decirlo e algún modo, todo es demasiado de su color. Se echa en falta un uso más dramático y narrativo de la paleta de color, que tiene una fuerte propensión a las luces neutras.

Me vais a disculpar si me he puesto algo tiquismiquis, pero si esto es así es porque el baremo a la hora de juzgar Dark Investment. El incidente Calcabrina es el que podría utilizar para cualquier serie que nos venga de los USA, porque al fin y al cabo es el baremo que merece y eso en un autor no muy conocido en una editorial pequeña como Drakul es todo un hito. Dark Investment. El incidente Calcabrina es una historia loquísima donde cabe absolutamente todo y con el volumen al 11 en sus 128 páginas. Tienen toda mi atención para el siguiente volumen.