Daredevil ha desaparecido pero su sombra se extiende por La Cocina del Infierno. En su ausencia, los auténticos diablos del barrio están empezando a surgir de debajo de las alcantarillas para reclamar lo que piensan que es suyo. El Detective Cole North puede haber detenido a Daredevil, pero su mayor problema está por venir. ¿Su siguiente objetivo? ¡Spiderman!
Daredevil y Matt Murdock son las dos caras inseparables de la misma moneda. No se puede entender el uno sin el otro. El superhéroe necesita el lado humano de su alter ego, y Murdock encuentra en el pijama rojo una válvula de escape para sus frustraciones y su rabia acumulada. Lo que los católicos encuentran en la oración y la confesión, Matt Murdock lo obtiene dando palizas a delincuentes. Pero ¿qué ocurre cuando Daredevil es dado por muerto? La liberación que experimenta Murdock es apenas ilusoria. Su nuevo trabajo como agente de libertad condicional no es tan satisfactorio como cabría esperar, y el consuelo que le brindan sus escarceos amorosos con la nuera de una matriarca mafiosa (en serio, Matt, ¿no puedes mantenerte la bragueta abrochada?) le puede traer más disgustos que alegrías. Para colmo de males, los jefes mafiosos de la ciudad de Nueva York campan a sus anchas y están empeando a verse por las calles imitadores de Daredevil. Está claro que la ciudad le necesita, pero Matt está muy a gusto durmiendo a pierna suelta por las noches. ¿O no?
Éste es, a grandes rasgos, el argumento de este arco de cinco números USA de la serie Daredevil a manos del guionista estrella de Marvel Chip Zdarsky (Spiderman: Toda una vida, Los Invasores: Fantasmas de guerra). Tras unos cinco primeros números de infarto, Matt parece estar casi totalmente recuperado de sus heridas, tanto las que sufrió al atropellarle un camión al final de la etapa de Charles Soule como las recibidas tras la pelea con el detective Cole North. Pero no sería un cómic de Daredevil si el protagonista no pasara unos cuantos apuros bajo su identidad civil. Se podría decir que Zdarsky retrata a un Matt Murdock completamente perdido. Durante muchos años, Matt ha encontrado su razón de ser en los tribunales y en la máscara de Daredevil. Al arrebatársele todo eso, Matt va dando palos de ciego (perdón por el chiste) a nivel profesional y sentimental. Matt Murdock NECESITA ser abogado por el día y justiciero por la noche; es lo que ha hecho toda su vida, y ni él ni nosotros los lectores podemos imaginarlo de ninguna otra manera. Evidentemente, esta desorientación emocional se refleja en una crisis de fe, como no podría ser de otra manera, y Matt busca refugio en la confesión y los consejos que le presta una joven monja. Algo que nos resulta bastante extraño, puesto que tras tantos años de comunión con el catolicismo y el traje de diablo, ya debería tener superado este conflicto. Pero dejemos que Zdarsky se salga con la suya en este aspecto, dado que lo compensa con creces con el resto de tramas y personajes: un Kingpin que decide volverse legal, un detective Cole rodeado de compañeros policías corruptos, y la nueva conquista de Matt, la librera Mindy Libris, esposa del hijo de una de las jefas del crimen de la Cocina del Infierno.
El dibujante italiano Marco Checchetto (El Viejo Ojo de Halcón, Life Zero) deja aquí paso al artista indio Lalit Kumar Sharma (Planet of the Apes: Ursus), quien tiene poco que envidiar a muchos artistas veteranos. Aunque en algunas viñetas se le nota la falta de experiencia, y abusa mucho de la gesticulación en sus personajes, Sharma sabe sacar el máximo partido de su talento y nos deja varias páginas para el recuerdo, como una que muestra a Kingpin afinando sus habilidades de lucha con varios presidiarios; una escena que recuerda en gran medida a la que pudimos ver en otra gran obra dedicada al cuernecitos, el Born Again de Miller y Mazzucchelli. El último número de este arco argumental está dibujado por otro conocido de esta web, el barcelonés Jorge Fornés (Héroes en Crisis), con un estilo que bebe de artistas como Chris Samnee, David Aja o el mismo Mazzucchelli.
Este arco argumental de Daredevil titulado No hay diablos, sólo Dios ocupa los números 4, 5 y la primera mitad del 6 de la edición de Panini. La publicación en formato de grapa doble mensual se mantendrá hasta alcanzar el ritmo de publicación USA, momento en el que se pasará a grapa doble bimestral (al menos, hasta que los mandamases italianos den otra orden). Personalmente, no veo con buenos ojos el cortar un arco argumental en medio de un cómic en grapa, pero lo cierto es que este arco no finaliza de un modo cerrado, sino que continúa directamente en el siguiente, del mismo modo que el anterior dio paso al actual en una transición muy fluida. Zdarsky ha hecho suyo al personaje del mismo modo que lo hicieron Miller, Bendis y Waid en su momento. Su Matt Murdock (porque es cierto que Daredevil no hace acto de presencia en este arco argumental) tiene voz propia y es fiel a los más de 50 años de continuidad sin caer en el aburrimiento ni la monotonía. En tres meses veremos a qué nivel nos lleva esta historia.