Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Daredevil: El hombre sin miedo, de Miller y Romita Jr.

Daredevil: El hombre sin miedo, de Miller y Romita Jr.
Guion
Frank Miller
Dibujo
John Romita Jr.
Tinta
Al Williamson
Color
Christie Scheele
Formato
Cartoné, 168 páginas
Precio
18 €
Editorial
Panini Comics. 2020, reedición en 2022
Edición original
Daredevil: Man Without Fear 1-5 USA

Si preguntas a un grupo más o menos amplio de lectores por el autor definitivo de Spiderman, aparecería un listado variado en el que estarían los nombres de Steve Ditko, John Romita, padre e hijo, Roger Stern o Dan Slott entre otros. Con Hulk pasaría algo parecido, y nos encontraríamos con Peter David, Sal Buscema, Herb Trimpe o incluso Al Ewing. Y así con la práctica totalidad de los primeras espadas de la editorial, salvo con el caso de Daredevil. Por muy buenos trabajos que hayan realizado gente como Chip Zdarsky o Brian Michael Bendis, el autor definitivo del Hombre sin Miedo es, irrefutablemente, Frank Miller. El autor que revolucionó el medio durante los años 80 y 90 cogió una serie de segunda con un personaje que no le importaba demasiado a nadie y la convirtió en una de las más interesantes de la editorial a lo largo de los casi cuatro años que estuvo al frente de ella.  Y si entre 1979 y 1983 Miller fue el responsable de la etapa más recordada del personaje, cuando volvió a él en 1986 para narrar su muerte y resurrección en la legendaria Born Again consiguió superarse, firmando una de esas obras que están en el Olimpo del género. Terminada esta historia, Miller ya nos había contado la era dorada de Daredevil y su muerte y renacimiento. Sólo faltaba conocer su versión del origen del personaje, para la que habría que esperar hasta 1993, año en el que ve la luz el primer número de la serie limitada Daredevil: El hombre sin miedo.

dd el hombre sin miedo pg1

El hombre sin miedo es un muy particular relato de orígenes. A diferencia de lo que el propio Miller hizo en Batman: Año Uno, esta serie no se centra en contarnos los primeros tiempos del héroe de turno. Nos encontramos aquí con una colección de escenas dispersas que comienzan en la infancia de Matt Murdock, anteriores al accidente que le privó de la vista, y que terminan con el debut del héroe enmascarado de la Cocina del Infierno en sus úlitmas páginas. No es tanto el principio de la carrera de Daredevil como la sucesión de acontecimientos de la vida de Matt Murdock que le acaban convirtiendo en el Diablo Guardián. Arranca con su juventud como un niño en los barrios más deprimidos de Nueva York, y criado en solitario por un padre boxeador metido en asuntos turbios que le llevarían a una muerte violenta. Ese hecho traumático, unido a la figura de la madre ausente, marca la personalidad futura de un Matt Murdock, que a base de esfuerzo y una voluntad de hierro consigue terminar la carrera de Derecho, durante la cual conoce a una de las personas más importantes de su vida, su amigo Foggy Nelson. También con toneladas de esfuerzo y un entrenamiento que bordea lo inhumano, con su mentor Stick, consigue sobreponerse a su discapacidad visual. Otro de los pupilos de Stick marcará su vida futura también, y aquí vemos sus primeros contactos: Elektra Natchios, uno de sus grandes amores, de sus principales antagonistas y femme fatale por excelencia de la serie. Y, por supuesto, también aparece aquí su gran némesis, Wilson Fisk, el Kingpin del crimen, cuyas actividades delictivas acaban empujando a Murdock a emprender una carrera como vigilante enmascarado.

El tono que Miller presenta en El hombre sin miedo es el tradicional noir sórdido que tan bien se le da cuando cuenta historias de justicieros urbanos individualistas. Quizás sea un poco más limpio y luminoso que lo que hizo en la serie regular de Daredevil o en Batman, pero las señas de identidad del autor están ahí. Incluso nos encontramos con una pelea del aspirante a héroe protagonista con unas prostitutas, en una escena que nos recuerda a otra similar vista en Batman: Año Uno. Por poner algún pero, se podría decir que hay facetas enteras del personaje que quedan totalmente obviadas -la dimensión religiosa de Murdock, sin ir más lejos-, y que de alguna otra se limita a pasar por encima casi de puntillas, pero también hay que ser conscientes de que nos está contando décadas de vida del personaje en tan solo cinco grapas. Es por ello que El hombre sin miedo debe ser vista como lo que es: una precuela. Una historia que nos cuenta el pasado del personaje, pero que debe ser leída después del grueso de la etapa de Miller con el personaje.

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En el plano gráfico tenemos a un John Romita Jr. en el punto álgido de su carrera, haciendo equipo con Al Williamson, posiblemente el mejor entintador con el que ha trabajado a lo largo de sus cuarenta y cinco años de carrera, quizás igualado sólo por Dan Green. El dinamismo con el que plantea las páginas es marca de la casa de uno de los mejores dibujantes -si no directamente el mejor- de la Marvel de los 90, y brilla especialmente en las escenas de acción, con un movimiento y una fuerza como pocos ilustradores han conseguido. Los golpes de JRJR duelen, la sangre salpica y el entorno está sucio, exactamente lo que pide la historia que nos cuenta Miller. El estilo visual es el mismo al que nos tenía acostumbrado por aquella época este fantástico artista, que acababa de terminar una larga etapa con el personaje escrita por Ann Nocenti pocos años atrás, pero con algún guiño visual estilístico e incluso narrativo al dibujo de Frank Miller.

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El hombre sin miedo es el trabajo con el que Frank Miller se despide definitivamente de Marvel Comics. No es la mejor obra que firmó para la editorial, pero es un cómic que vio la luz hace casi treinta años y que supera sin problemas la prueba del tiempo. Es un magnífico trabajo que debe acompañar al resto de trabajos que el autor de Maryland hizo con Daredevil en la colección de todo fan del personaje que se precie.